Un atasco histórico. Los dos carriles sentido Portugal de la A-62 (Autovía de Castilla), entre Cigales y Cabezón, se cerraron ayer durante casi cinco horas al tráfico por las inundaciones provocadas por la tromba de agua que cayó en la zona sobre las 16.30 horas de la tarde. La Dirección General de Tráfico (DGT) se vio obligada a cortar la circulación, inicialmente entre los kilómetros 112 y el 116, por la aparición de dos grandes balsas de agua. Aunque las consecuencias de este cierre se extendieron al poco tiempo hasta el kilómetro 104, casi en el límite con la provincia de Palencia.
Una imagen inédita en esta carretera que nunca había sufrido una situación similar y que pilló desprevenidos a cientos de conductores. Y una situación que se fue complicando por momentos, ya que lo que parecía un corte puntual se prolongó durante cinco horas para muchos conductores, que se iban enterando de lo que sucedía por los medios de comunicación y por las redes sociales.
Autovía A-62 cortada por una tromba de agua - Foto: JONATHAN tAJES ¿Qué provocó esta situación?. Es una pregunta que ayer no supieron responder la mayoría de las fuentes consultadas por El Día de Valladolid, aunque algunas versiones extraoficiales apuntan a las obras que se están realizado para construir los carriles de acceso a la VA-30, el tramo de la Ronda Exterior que se está rematando durante estos días.
Para aclarar el origen de este suceso desde la Subdelegación del Gobierno de Valladolid se ha pedido un informe al servicio de Carreteras para «conocer cuáles han sido las causas y que no se vuelva a repetir una situación así», según José Antonio Martínez Bermejo, subdelegado del Gobierno. «Ha podido existir una confluencia de varios factores, aunque no se puede obviar la cantidad de lluvia que ha caído», reitera. Y en ese sentido adelanta que también pedirá otro informe a la Confederación Hidrográfica del Duero y a la Agencia Estatal de Meteorología para conocer los metros cúbicos de agua que cayeron ayer en ese tramo.
Además está pendiente de esclarecer por qué no pudieron intervenir los bomberos de Valladolid para «evacuar» el agua de las balsas. Y es que aunque enviaron un camión a la zona al poco de producirse el corte, fuentes del Parque de Bomberos aseguraron a este periódico que no pudieron actuar porque «no había capacidad para achicar el agua porque no había modo de sacarlo, ya que los conductos de evacuación estaban cerrados».
Autovía A-62 cortada por una tromba de agua - Foto: JONATHAN tAJES Esto provocó que los técnicos enviados por el Ministerio de Fomento tuvieran que estudiar otras alternativas para hacer desaparecer la balsa, que era insalvable para los centenares de vehículos atrapados. Entre las decisiones que se tomaron estuvo la de enviar a la zona varios motores de achique, algunos del Ministerio y otros de la empresa que realiza las obras de la VA-30, y también que retroexcavadoras de la empresa que ejecuta la Ronda se dedicaran a limpiar los carriles de servicio y las cunetas para abrir vías de salida a los vehículos. Unos trabajos que se prolongaron hasta casi entrada la noche, aunque el atasco desapareció a las 22.00 horas, según el Centro de Gestión de Tráfico.
Historia de un atasco. Centenares de conductores no olvidarán la tarde del 3 de julio, donde las previsiones apuntaban la posibilidad de tormentas, pero nadie podía imaginar que una tromba de agua pudiera cortar una autovía.Pero a las 16.30 horas las pantallas de la DGT y sus servicios de alerta comenzaban a prevenir de una situación. Minutos antes de las 17 horas se pasó a nivel negro, es decir, carretera cerrada al tráfico. En el otro sentido, los ocupantes de los vehículos que circulaban hacia Burgos observaban con sorpresa como dos bolsas de agua comenzaban a colapsar la autovía en sentido Portugal. Y es que las colas de coches y camiones ofrecían un panorama inédito.
Los conductores retenidos cerca de las salidas de Cigales y Cabezón fueron los primeros en salir del atasco, aunque estas vías también sufrieron pequeñas retenciones. Más suerte tuvieron los camiones, ya que la Guardia Civil consiguió habilitar, en menos de una hora, el carril izquierdo para que siguieran trayecto. Sólo estos vehículos podían atravesar la gran balsa del cruce de Cigales, un paso imposible para los vehículos, ya que el nivel de agua podía llegar a la altura de su capó.
Esto provocó la desesperación de los centenares de automovilistas atrapados, que salían una y otra vez de sus coches para atisbar cualquier cambio en la situación. Muchos, después de horas atrapados en sus vehículos, optaron por intentar dar la vuelta en el propio carril y salir de la autovía por el arcén. El atasco comenzó a disolverse pasadas las 22 horas cuando se habilitó un carril adicional.