Nueve de la mañana en la puerta oeste de Mercaolid. 11 tractores y un grupo de seis agricultores, uno de ellos con cachava, se encuentran en la puerta de acceso. "¡Perroflautas! ¿Qué hacéis aquí? ¡Que os necesitan en el otro lado!", les espeta un vigilante de Seguridad que se está medio riendo con gesto cómplice. Le devuelven una enorme sonrisa pues a renglón seguido añade: "Estoy con vosotros". Se sienten queridos y uno de ellos señala con rotundidad y una mirada fija que "quien no hace nada no gana".

Óscar, de Torre de Esgueva, pide un sincero perdón a la gente por los "daños colaterales" por las molestias y les invita a que, cuando vayan a comer, que miren lo que tienen en el plato pues es "por lo que estamos luchando". Y es entonces cuando recuerda que deben luchar con igualdad de condiciones con sus competidores, a los que acusa de emplear productos fitosanitarios y en algunos casos con una mano de obra demasiado barata, "a veces en condiciones de esclavitud".

¿Y qué pasa entonces cuando compramos camisetas y pantalones de 'Made in' países en los que las condiciones de trabajo son miserables? "Eso te lo pones encima del cuerpo, los alimentos dentro. Aunque también te digo que esa camiseta con algodón de Andalucía siempre va a ser mejor que otra en la que han trabajado niños de la India; eso es una cuestión moral".

Un grupo de agricultores habla con un agente de la Policía Nacional. - Foto: Ical

Tras reconocer que salió a las cuatro de la mañana de su pueblo, junto a sus seis compañeros y amigos, dirige un mensaje a todos los que compran un kilo de tomates, patatas o de lo que sea de la "competencia desleal" en vez de medio kilo de lo suyo porque es mucho más barato alegando que no llega a final de mes, que si la luz, el gas, los sueldos… "Es que muchos de ellos ahorran para un Iphone, un fin de semana en una casa rural, un coche… La salud es más importante". Marcos, de Castroverde, añade que el precio al consumidor se cuatriplica y Óscar apostilla que estamos en "una Ecodictadura". 

"No somos de Vox"

Ya en el acceso principal, en una rotonda en la que hay tres furgonetas de la Policía Nacional y 13 agentes -aparte de dos coches de la Policía Local y tres agentes-, se atisba una hilera infinita de tractores. Nos dirigimos a un grupo de unos 30 manifestantes y les preguntamos cuántos tienen carnet de Vox ya que el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, señaló que vienen dirigidos por este partido. Solo uno levanta el brazo.

"No somos de Vox, somos agricultores. Estoy seguro de que en el último partido del Pucela en casa había gente con el carné de Vox y no suspendió el partido, aquí no nos organiza nadie", señala Óscar.

Carlos Duque, de Castroverde de Cerrato, llegó ayer. Debe tener menos menos de 40 seguro. Está cansado, confiesa que los 35 o 40 de ayer no tenían preparado volver a luchar hoy. Señala acusador a "los políticos, con sus trajes y sus escoltas, la burocracia, los 'lobbys'…", al tiempo que reconoce que nunca han estado bien tratados. "Igual hace 150 años... De verdad que no necesitamos las subvenciones". Apela a la gente que hace la cesta de la compra a la solidaridad, con la gente de los pueblos, con sus paisanos, con los españoles: "Que piensen también en nosotros antes de comprar".

Muy atento a las palabras de su compañero, Pablo, de Amusquillo de Esgueva, reconoce que se emocionó cuando en la carretera les pitaban "muchos conductores" apoyándoles -"alguno nos insultó", matiza- y "cuando la gente salió del coche, con los niños, en la ciudad, aplaudiéndonos".