Cuando un equipo asciende de categoría siempre suele haber uno o dos futbolistas que sobresalen por encima del resto. Por sus goles (como Weissman hace dos temporadas o Mata hace cuatro o Javi Guerra hace doce); por su regularidad (Roque Mesa o Aguado en la campaña de Pacheta; o Plano en la de Sergio o Víctor Pérez en la de Djukic), por sus paradas o, simplemente, por aparecer en el momento oportuno. Este año, el Real Valladolid ha sido más bloque que nunca, con hasta 37 futbolistas usados, con otros ocho más entrando en convocatorias, con presencia de canteranos, con muchos cambios entre el verano y el invierno... y con varios protagonistas. ¿Cinco? Quizá más, pero cinco hay para destacar.
Masip, Tárrega, Monchu, Meseguer y Sylla han sido claves en el ascenso del Pucela. Por diferentes motivos. El portero dio estabilidad a la portería en un momento convulso; Tárrega, la seguridad a una defensa con dudas; Monchu fue la continuación de Pezzolano en el césped; y Meseguer, la agradable sorpresa con juego y goles. Sylla aportó gol... el gol del ascenso, entre otros.
El capitán del Real Valladolid y el más veterano de la plantilla, con siete temporadas seguidas como blanquivioleta (Anuar debutó en 2016 pero entre medias ha estado cedido en el Panathinaikos y el Apoel de Nicosia), comenzó como titular hasta que Paulo Pezzolano apostó por John Victor, recién aterrizado en Valladolid procedente de Brasil. El catalán, sin levantar la voz, esperó su oportunidad, que llegó tras una lesión del carioca. Fue en la jornada 14. Desde entonces, Masip lo ha jugado todo –como se ha repetido en todas las campañas desde que llegó a Zorrilla–, batiendo un nuevo récord de imbatibilidad de un portero del Pucela, que él mismo tenía, dejándolo en 732 minutos sin recibir un gol. El de Sabadell, que termina contrato este junio, ha vuelto a demostrar su sobriedad bajo palos, su bueno mano a mano y sus reflejos para rozar ser el Zamora de la categoría.
César Tárrega llegó en el mercado de invierno sin apenas hacer ruido. Lo hizo en calidad de cedido por el Valencia, sin opción de compra y con solo cuatro partidos de experiencia en el primer equipo ché (tres de ellos en la Copa). Cuatro meses después, el valenciano regresará a Mestalla con un año más de contrato (hasta 2028) y ficha con la plantilla de Rubén Baraja. Lo hará tras jugar 16 partidos (15 de inicio), anotar un gol y formar una pareja consistente con cualquiera de sus compañeros (David Torres, Boyomo o Javi Sánchez). A pesar de su altura, que le hace ser un baluarte por arriba, su buen manejo de ambas piernas, su velocidad y su colocación le hicieron ganarse el respeto de la grada y una titularidad a prueba de bombas. Regresará a Valencia pese a que en Valladolid le querían.
Monchu es el único jugador del Real Valladolid que ha sido titular en las 42 jornadas disputadas (del resto de equipos, solo los porteros Zidane, Leo Román, Ezkieta y Cantero lo han hecho). El de Palma es el octavo futbolista con más minutos de LaLiga Hypermotion y la continuidad de Pezzolano sobre el césped. Ha completado 29 partidos, anotando seis goles y dando 3 asistencias. Con 74 disparos es el que más lo ha intentado del Pucela y sus 31 lanzamientos a puerta le convierten en el 12º de toda la competición. Duro en la presión, preciso en el pase y 'dueño' de las jugadas a balón parado, el '8' tiene contrato hasta 2026 y se ha asentado en el Real Valladolid en su tercera campaña, sumando su segundo ascenso con los blanquivioleta.
Víctor Meseguer ha sido otra de las agradables sorpresas de la temporada. Cedido por el Granada, conjunto con el que había logrado el ascenso a Primera en 2023 –aunque con menos protagonismo que en Zorrilla–, estuvo en el ostracismo el primer tramo de la temporada, jugando solo un partido de los cinco primeros (llegó justo antes de la segunda jornada).Alternó titularidades con suplencias –e incluso sin minutos– hasta el 21 de enero, cuando se hizo con la confianza del míster y, salvo en tres fechas (una por sanción), ha sido salido siempre desde el inicio. Jugador invisible para los rivales, ha hecho jugar al equipo desde una posición en la medular, siempre cayendo hacia la izquierda. Además, ha aportado 6 goles (con tan solo 10 disparos a puerta) y 4 asistencias. Su cesión llevaba aparejada una compra obligatoria del Real Valladolid por 3 millones de euros.
Mamadou Sylla tampoco hizo ruido en su llegada. De hecho, la suya se produjo el último día, tras la salida de Sergio León y después de su rescisión con el Alavés, donde apenas había tenido minutos el último curso. Su incorporación, por una temporada con una cláusula de renovación por dos años más en caso de subir, no generó ilusiones en el aficionado, pero él se ha encargado de darle la vuelta a la tortilla. Su primer gol llegó en octubre y dio los tres puntos en Elda. A partir de ahí lo jugó todo, anotando cinco dianas más antes de lesionarse. Se perdió dos partidos en diciembre, otro más por sanción antes de volver a caer lesionado en abril. Regresó justo a tiempo para anotar el penalti decisivo en el último minuto del encuentro ante el Villarreal B. Rápido en el desmarque, buen jugador de espaldas y con facilidad para caer a las bandas y abrir las defensas, sus goles han llegado de todos los colores, siendo con 8 el pichichi blanquivioleta , a lo que se le añaden dos asistencias.
Los cinco no han estado solos pero han sido indispensables en la consecución del ascenso a Primera.