El Grupo Municipal Socialista denuncia una actuación de la Junta con negligencia prolongada en la estación de autobuses de Valladolid. Los socialistas apuntan que el deterioro progresivo de la terminal es responsabilidad de Administración Autonómica por no controlar a la empresa concesionaria desde 1988. Si la semana pasada se conoció que la Junta no había cobrado nunca el canon, hoy los concejales del PSOE en el Ayuntamiento de Valladolid han desvelado nuevas pruebas de la desidia y la indolencia de la Junta: durante los 35 años se han realizado únicamente 10 inspecciones y en este tiempo de concesión ha habido un periodo de 13 años sin ninguna supervisión de las instalaciones.
Y otro dato relevante: la falta de control de la Junta se evidencia en que a lo largo de estos siete lustros no se ha incoado ningún expediente sancionador, a pesar de que los funcionarios sí detectaban anomalías y deficiencias que debían corregirse.
"Sin canon, sin sanciones y sin apenas inspecciones. Este es el balance de la gestión de la Junta respecto a la estación de autobuses de Valladolid, gestión que lamentablemente respalda el alcalde. En consecuencia, Carnero es cómplice del abandono de las instalaciones", ha afirmado Pedro Herrero, quien añade algo más: "A partir de ahora el alcalde es también responsable junto al Gobierno Regional de que no se construya la nueva estación de autobuses en Delicias, contemplada en el proyecto de la Integración Ferroviaria". (Jesús Julio Carnero avaló públicamente la gestión de la Junta en las declaraciones que realizó a los medios de comunicación el pasado 12 de enero: "Me consta que la Junta de Castilla y León está trabajando en el proceso que permita mantener la estación de autobuses en un uso adecuado mientras se produce la construcción de la nueva estación de autobuses".)
La primera acta de inspección de la Junta de Castilla y León a la empresa que gestiona la estación de autobuses de Valladolid tuvo lugar en 1999; es decir, once años después de que ésta se hiciera cargo de la concesión. Desde entonces han sido diez las inspecciones realizadas, de las cuáles sólo seis hicieron referencia a las instalaciones, la última de ellas en 2010, hace nada menos que trece años, si bien no incluyó el estado de los aseos, que han permanecido sin inspeccionar desde 2004.
Esta es la información que se recoge en la documentación que ha recabado el Grupo Municipal Socialista y refuerza su denuncia, la pasada semana, de que la Junta de Castilla y León no ha cobrado nunca el canon a la empresa concesionaria "Estación de autobuses de Valladolid S. A.", compuesta a su vez por las empresas Linecar (38%), La Regional Vallisoletana (30,8%), Autores SL, Galo Álvarez SA, Grupo Enatcar y Cabrero (un 7,69% cada una de ellas) y otras (0,44%).
Dicha documentación acredita que la Directora General de Transportes y Logística de la Junta solicitó en dos ocasiones a la empresa concesionaria que "extreme el mantenimiento de la infraestructura". La primera de ellas el 28 de julio, al día siguiente de que el PSOE pidiera la información, y la segunda el pasado 23 de octubre. Ambas solicitudes de la Junta aluden a supuestas inspecciones de cuya existencia no se ha dado cuenta a los socialistas junto con las demás.
¿Qué detectaron los funcionarios de la Junta de Castilla y León?
Las seis actas de inspección acerca de las instalaciones de la estación de autobuses reflejan lo siguiente:
Marzo de 1999. La inspección detecta distintas anomalías: una puerta automática que no funciona, cuadros de tarifas desactualizados y no coincidentes con los oficiales o falta de concordancia en los horarios de salida y llegada. Igualmente, se retira un libro de reclamaciones con 25 hojas de una de las empresas, con distintas irregularidades, y se remite a la Inspección de transportes de Segovia para que verifique si se han tramitado. En el informe los agentes de inspección recogen la necesidad de la "pronta puesta en funcionamiento de la Oficina de Inspección en cualquiera de las oficinas disponibles".
Marzo de 2000. Se registra la carencia o no funcionamiento de puntos de luz en el vestíbulo de la estación, la ausencia de ceniceros en los andenes y de papeleras en los baños. Los aseos de señoras se encuentran cerrados en el momento de la inspección; el espejo sobre los lavabos está rayado; el estado de conservación de las cocheras es deficiente, en especial las techumbres. Los servicios de limpieza y seguridad corresponden a empresas privadas subcontratadas. En la sala de espera no hay panel de información general y el instalado junto a la entrada de la cafetería está deteriorado y con la leyenda "fuera de servicio". No se exponen tarifas ni libro de reclamaciones. Una de las empresas carece de todo tipo de información y otra anuncia la venta de billetes en la taquilla de otra diferente.
Noviembre de 2002. Una de las puertas de acceso a las dársenas está averiada. Ni en la sala de espera ni en Información hay panel general. Los aseos de caballeros están cerrados en el momento de la inspección. Los aseos de señoras están llenos de pintadas en paredes y puertas. La estación se cierra a las 0:30 h. y se abre a las 6:00 h. pero la cafetería permanece abierta toda la noche. Sobre el balance de explotación del año 2001 se pregunta a la empresa por sus recortes de gasto en limpieza, vigilancia y reparaciones, alegando que se ha contratado con empresas más baratas y el descenso de las actuaciones de conservación. Requeridos los ingresos de la empresa en concepto de cánones de uso y facturación a las diferentes empresas de transporte en el año 2011, la encargada de la estación contesta que "se pagan mensualmente en base a un concierto verbal con cada una" y se compromete a remitirlos al Servicio Territorial de Fomento.
Junio de 2003. Un informe de medio folio recoge que el suelo está sucio y que "hay bastante suciedad en el resto de las dependencias de la estación". Hay urinarios que pierden agua y retretes cerrados en los aseos de señoras con el cartel de "No usar"
Agosto de 2004. En un informe de apenas un folio, se recoge que la pintura del suelo de la dársena está muy desgastada, que en los aseos hay un "fuerte olor a orina", una encimera rota y en el baño de personas con discapacidad falta un brazo metálico y las tapas del retrete están "arrancadas y en el suelo".
Mayo de 2010. En el acta de inspección, que sólo se centra en las taquillas, se refleja la ocultación de la leyenda de que los usuarios tienen a su disposición hojas de reclamaciones. A pesar de ello, diversas empresas de transporte registran quejas habituales y recientes.
En cuanto a las otras cuatro actas de inspección durante estos 35 años, la primera de ellas data del año 2002 y deriva de la queja de algunos vecinos por las molestias ocasionadas por unas obras. La segunda y la tercera fueron realizadas por la inspección de Transportes y se refieren a la línea Valladolid – Segovia (2007) y el estado de los vehículos que prestan servicio en ella (2008). La cuarta acta (2015) versa sobre la antigüedad de los autobuses de la línea Valladolid – Aranda de Duero.