El Barça vapuleó (80-72) este viernes al Panathinaikos en la sexta jornada de la Euroliga celebrada en el Palau Blaugrana, una buena manera de reanimar juego y espíritu después de dos derrotas y pese a las ausencias de Rokas Jokubaitis y Nicolás Laprovittola.
Los de Roger Grimau no acusaron la falta de dos directores de juego vitales, ni arrastraron las penas de las derrotas contra el Valencia y el Real Madrid. El Barça retomó con fuerza el nuevo proyecto con motivos para creer, con un triunfo basado en el hambre, la intensidad, el rebote y un buen ritmo de partido, a pesar de que el último cuarto se dejó llevar después de amasar buen colchón.
El equipo griego se fue diluyendo sobre el parqué azulgrana con dos duros parciales, el segundo y el tercero, para los locales. Oriol Paulí, que no tuvo oportunidad europea con Sarunas Jasikevicius, aprovechó sus minutos con las bajas y fue artífice de la escapada culé en el segundo cuarto junto a un Jabari Parker que terminó como máximo anotador con 17 puntos.
De inicio, fueron Jan Vesley y Tomas Satoransky los que ayudaron a meter en el partido a un Barça sin triple, como estuvo todo el partido. Ergin Ataman, de vuelta amarga a un Palau que siempre le guarda un rencor especial, vio pronto las señales de alerta, con sólo Jerian Grant capaz de rendir a un nivel aceptable.
El inicio del segundo cuarto fue el despegue de los de Grimau, con alguna pérdida más de la cuenta, pero superior cargando el rebote ofensivo. Fue el momento de Parker, canastas de calidad, y un 45-33 al descanso. La reanudación confirmó la intención azulgrana de recuperar sensaciones a costa de un rival sin química, con bajas también pero necesitado de refrendar la era Ataman.
El ex del Efes se desesperó en la banda ante una defensa blanda que fue arrasada por los locales. Kalinic fue el hombre del tercer cuarto, sin necesitar el Barça los puntos de Willy Hernangómez, en el duelo con su hermano Juancho, o el acierto exterior de Álex Abrines, para llegar al último cuarto con la victoria en la mano (71-47).
Aleksander Balcerowski mostró el orgullo griego y el equipo visitante tuvo la compasión azulgrana de poder maquillar el encuentro, demasiado quizá para el técnico local porque fue un 9-25, con minutos para los jóvenes de ambos equipos. En el Barça debutó en Euroliga Dame Sarr, en un partido que devuelve a los de Grimau al buen camino después de dos derrotas dolorosas.