El Real Valladolid sí cree. Y su afición también. Y más después de ganar el partido que menos se esperaba. El Pucela se impuso por 3-1, contra muchos pronósticos, a un Barça ya campeón y medio de vacaciones para salir del descenso -a expensas de lo que haga este miércoles el Getafe-, depender de sí mismo y dar la vuelta a una clasificación que invitaba a pensar en un descenso. La cosa sigue complicada pero los tres puntos sumados ante los culés este martes colocan a los blanquivioleta con 38, cuatro más que el Espanyol y tres por encima del Getafe. Y, de paso, meten de nuevo en el lío al Almería, el próximo rival.
El encuentro este martes no pudo comenzar mejor. No había dado tiempo ni a asentarse, casi ni había acabado el minuto de protesta de la afición contra las actuaciones arbitrales, cuando Christensen se metió el balón en su propia portería en un envenenado centro de Machis por banda izquierda. El central evitó el remate de Larin, solo relamiéndose, pero lo hizo batiendo a Ter Stegen para el júbilo de la grada. Era el 1.25 y el Pucela mandaba. Ver para creer. Ya daba igual la alineación de Pezzolano, con siete cambios. Incluso la protesta y los últimos partidos.
Tras ello, el conjunto blanquivioleta, por delante, dejó hacer al Barcelona. Era el guion imaginado, aunque sin ese 1-0. Así que se parapetó atrás esperando una contra o alguna llegada, como dos de Machis en el 12. Una taponada por Sergi Roberto y la segunda, atajada por Ter Stegen. Eso sí, con el de enfrente en cualquier momento podía cambiar todo. Porque un minuto después, Masip tuvo que lucirse a lanzamiento de Raphinha. Por entonces, el técnico ya se había visto obligado al primer cambio, por lesión de Joaquín, dando entrada a David Torres.
Era día para sufrir. Seguro. Aunque el Barça no parecía ir al cien por cien. Y sin embargo, el Pucela quería. Como al filo del minuto 20 en una galopada de Larin, que superó a su defensor, evitó a Ter Stegen en su salida lateral y cedió para Plata. Este, en vez de chutar directo, buscó el regate y se encontró con la pierta de Eric García. Penalti claro. Pitado a la vieja usanza. Sin el VAR. Larin cogió el balón y no tembló, engañando al portero culé y elevando el 2-0 para delirio de toda una parroquia entregada.
El Pucela lo tenía. Era la situación ideal. Pero claro, el Barcelona, por mucho que no se jugase nada, tenía a Gavi, De Jong, Lewandowki y Raphinha, entre otros, sobre el césped. Este último volvió a buscar el gol antes del 30, y de nuevo se encontró con la manopla de Masip. El portero empezaba a ser clave. Y más cuando evitó el 2-1 a un tremendo cabezazo en el córner siguiente de Christensen, esta vez a la portería 'buena'. La mano dura del capitán fue celebrada casi como un gol. Y tanto.
El partido continuaba igual. Con el balón en posesión del Barça y con el Real Valladolid defendiendo fuerte pero sin desdeñar salir a la contra. Como en otro balón a la espalda de la defensa culé al que no llegó por poco Larin. Ya era el minuto 37. Y el cuadro blanquivioleta seguía con buenas sensaciones. Aunque en el otro lado tampoco cesaron las llegadas. Como en otro intento de Raphinha, el más activo, de falta. Arriba.
Antes del descanso, Marcos Alonso evitó una contra de Larin, que se podía ir solo tras un tremendo esfuerzo de Roque Mesa por recuperar el balón. Y una llegada de Balde acabó en córner. La ovación con el pitido de Soto Grande y los cánticos de la afición fueron lo siguiente antes de las instrucciones.
Tras ellas, y con cambios en el Barça: Iñaki Peña por Ter Stegen (por aquello del Zamora) y Kessie por Sergi Roberto, el partido siguió con el mismo guion. Posesión del Barcelona y defensa aguerrida del Pucela. Y, salidas a la contra con peligro. En el 49, con Larin de punta de lanza y llegada desde atrás de Aguado, que remató flojo a las manos de Peña.
De nuevo rondaba el gol el cuadro local. Como en el 52 lo hacía Balde para el visitante, rematando fuera en el segundo palo. Lo dicho, era día de sufrir. Mucho. Y más viendo el problema físico mostrado en las últimas semanas. Roque Mesa y Olaza lo notaron y Pezzolano dio entrada a Monchu y Escudero. Aún quedaba mucho. Y cada minuto contaba. De hecho, se aplaudía cada recuperación, cada balón bien jugado.
Y cada ocasión más. Como la que tuvo al filo del minuto 60, en un centro con rosca de Plata, al que no llegó Larin por poco, acabando en el palo. El uy se oyó en todo Parquesol. Fue tan clara como inesperada.
Para entonces, Xavi tenía claro que debía cambiar cosas. Y metió a Dembele y Ferrán Torres por Pablo Torre y Raphinha. Su equipo tenía la posesión pero no acababa de morder. Y el Pucela parecía medio cómodo. Aunque el silencio por momentos de la grada denotaba nerviosismo. Como en una llegada de Balde y balón al segundo palo, al que no llegó Ferrán Torres, aunque estaba en fuera de juego. Era el 67. Todavía quedaba mucho. Demasiado.
Pezzolano agotó los cambios en el 70, dando entrada a Lucas Rosa y Kike Pérez por Machis y Plano. Había cansancio. Y miedo a que se notase más.
Y entonces llegó la jugada que muchos deseaban. Aquella en la que el VAR, por fin, le quitaba la razón al trío arbitral y se la daba al Pucela. Minuto 72 para 73, enésimo balón en largo a Larin, que salió como un avión en posición dudosa, asistencia a Plata y gol... cantado en diferido. Primero apenas, por aquello de que el asistente vio fuera de juego del canadiense. Y luego, con el VAR y las líneas, a grito pelado. Porque el '25' estaba en posición legal gracias a Eric García. La explosión de la grada llegó al grito de 'sí se puede'.
Pudo ser aún mejor si el palo no vuelve a evitar otro gol pucelano, de Lucas Rosa en una contra en la que ganó a todos por velocidad, evitó a Peña tocando el cuero con sutileza, pero no al poste. Era el 78 y un minuto después, Plata remató, solo, arriba un medio centro de Escudero. El Pucela se estaba gustando. Ya no había sufrimiento. Y sí alegría.
Ni siquiera el tanto de Lewandowski en el 84, saliendo en velocidad, regateando a Masip y rematando sin titubear hizo temer a la parroquia. Aunque el temor rondaba el área local.
El triunfo se celebró como lo que es. Volver a creer. Salir del descenso y depender de sí mismo.
Ficha técnica:
3- Real Valladolid: Masip; Fresneda, Joaquín (David Torres, m.16), Javi Sánchez, Olaza (Escudero, m.56); Óscar Plano (kike Pérez, m.70), Roque Mesa (Monchu, m.56), Aguado; Plata, Larin, Machis (Lucas Rosa, m.70).
1- FC Barcelona: Ter Stegen (Iñaki Peña, m.46); Balde, Christensen, Marcos Alonso, Sergi Roberto (Kessie, m.46); Eric García, De Jong, Pablo Torre (Dembelé, m.62); Raphinha (Ferran, m.62), Lewandowski, Gavi.
Goles: 1-0, m.2: Christensen (en propia puerta). 2-0, m.21: Larin (de penalti). 3-0, m.73: Plata. 3-1, m.84: Lewandowski.
Árbitro: César Soto Grado (Comité riojano). Mostró cartulina amarilla a Fresneda (m.26), del Real Valladolid.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigesimosexta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 22.341 espectadores. Antes de comenzar el partido, el Real Valladolid le hizo el "pasilllo" al campeón de liga.