El Congreso Internacional de Asistencia Personal concluyó en Valladolid, tras dos días de trabajo para más de 300 personas y 30 ponentes, con el objetivo de "terminar con la desigual implantación" de la asistencia en las comunidades autónomas y la necesidad de impulsar la formación e incrementar la cuantía económica de la prestación.
Algunos de los datos que se manejaron en el foro pusieron de manifiesto el largo camino que queda por recorrer, ya que solo el 0,5 por ciento de las personas beneficiarias de algún tipo de prestación o recurso de la cartera de prestaciones de dependencia en España accede a la asistencia personal. Un dato que contrasta con las necesidades, ya que la asistencia personal es la figura más deseada y la que más se adecúa con el derecho a la vida independiente, según apuntaron las entidades organizadoras del Congreso, Impulsa Igualdad y Salud Mental.
La temática de este Congreso Internacional se centró también en la incorporación de la tecnología como una parte más de un trinomio que favorece la vida independiente y la autonomía personal: el apoyo humano, las ayudas técnicas (como la domótica o inteligencia artificial) y la atención centrada en la persona.
Respecto al desarrollo de las tecnologías aplicadas a la asistencia personal, se han analizado los principales retos a enfrentar tales como el abaratamiento de los hardware, la difusión de las tecnologías, la concienciación de la implantación de la domótica y el desarrollo de talleres de formación, entre otros.
No obstante, quedó patente que, actualmente, se puede realizar cualquier tipo de adaptación a las necesidades de las personas con muy poco dinero, lo que abre amplias posibilidades a la mejora en su calidad de vida. En este sentido, el usuario tiene que formar parte del diseño y la tecnología se tiene que adaptar a la persona, siendo productos vivos que vayan cambiando de acuerdo a las necesidades que vaya teniendo la persona.
Igualmente, y en consonancia con la postura de la Unión Europea centrada en la desinstitucionalización de las personas con discapacidad, las reivindicaciones desde el tercer sector en España pasan por exigir una real igualdad de acceso a este servicio, hoy por hoy, limitado en función de la comunidad autónoma de residencia.
Respecto a la calidad en la prestación de la asistencia personal, también se manifestó la necesidad de una formación mínima de 50 horas que deberán complementarse con la propia formación recibida por la persona que recibe el servicio, y que cumple con la esencia propia del servicio diseñado por y para esa persona.
El congreso también ha dado voz a representantes de las administraciones públicas, a quienes se les ha solicitado una mayor implicación en el desarrollo del servicio así como una mayor dotación económica que facilite la contratación y que no convierta este servicio en un recurso para sólo unos pocos.
La organización de este Congreso de Asistencia Personal, en el que las dos entidades referentes han confluido para poner en valor no sólo este servicio sino el papel del movimiento asociativo a la hora de acercar el recurso de forma real y efectiva hasta la persona, ha contado con el apoyo de Fundación ONCE, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Valladolid y la Diputación Provincial de Valladolid.
En lo que se refiere al desarrollo de la asistencia personal en Castilla y León, según datos oficiales de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, a 31 de enero de este año hay reconocidas 2.284 prestaciones de este servicio. A lo largo de 2023, las entidades Federación Salud Mental e Impulsa Igualdad en Castilla y León gestionaron 1.071 servicios de asistencia personal, es decir, cerca del 47 por ciento del total, lo que convierte a ambas entidades en las referentes en la gestión del servicio en cada uno de sus colectivos.