Verano de 2001. La Juventus de Turín acaba de reventar el mercado de fichajes con los 54 millones de euros que ha pagado al Parma por Gianluigi Buffon, un estupendo proyecto de guardameta de 23 años. Además, el Lazio quiere hacerse fuerte y desembolsa 48 millones por Gaizka Mendieta, el Milan pone 45 sobre la mesa por Rui Costa y la propia 'Juve' gasta más de 80 en llevarse a Nedved y Thuram. En total, los equipos de la Serie A rompen la barrera de los 800 millones de euros invertidos (834,8 en total). Es la última vez en que la Premier League -que ese año gastó 580- estuvo por debajo en una ventana de fichajes.
Desde su reestructuración en 1992 (hasta entonces se llamaba Football League First Division), la competición británica ha experimentado un brutal crecimiento basado, entre muchas otras cosas, en el llamado «marketing emocional», al estilo de la NBA u otros deportes en Estados Unidos: estadios, camisetas, entretenimiento, imagen, experiencias diseñadas para el consumidor… todo detalle estuvo diseñado y cuidado para que la ingeniería comercial del producto convirtiese al campeonato en el más reputada del planeta.
Es el que más ingresa (casi 7.000 millones de euros por temporada, frente a los 3.800 de la Bundesliga o los casi 3.500 de la Liga española). Y por eso, también es la Liga que basa su éxito en una inflación premeditada: con una estrategia similar a la que hoy critican de la Saudi Pro League, la Premier ha aprovechado y se sirve de su músculo financiero para hinchar precios y 'arrebatar' a sus principales competidoras (principalmente Italia y España, con Francia y Alemania más abajo) las mejores 'piezas' en los mercados.
El pasado fin de semana y con más de 40 días para la fecha tope de nuevas incorporaciones, los clubes ingleses ya habían superado los 1.000 millones de gasto. Un ejemplo: el Ipswich Town, que ha vuelto a la élite después de 22 años, ya lleva invertidos 72,40 millones en cuatro incorporaciones… lo mismo que, por el momento, llevan este verano Barça, Valencia, Atlético, Rayo, Mallorca, Espanyol, Osasuna, Leganés, Las Palmas, Sevilla, Alavés, Getafe, Celta, Villarreal y Valladolid juntos. Este curso ya hay 13 fichajes en la Premier por encima de los 30 millones de euros, con el de Leny Yoro (62 ha pagado el Manchester United), el de Amadou Onana (59,3 el Aston Villa) y el de Max Kilman (47,5 por parte del West Ham) a la cabeza.
Enorme diferencia
En los últimos 23 años de dominio, la Premier League ha gastado en fichajes más de 28.210 millones de euros, casi el doble que la Serie A (15.500), casi el triple que la Liga (11.380) y casi el cuádruple que la Ligue 1 (8.960) y la Bundesliga (8.870). Con una particularidad que no le deja en buen lugar: tiene un balance negativo de 14.409 millones, ya que en ventas de futbolistas sólo ingresó 13.800. Italia apenas 'pierde' 1.930, España 1.757, Alemania 1.342… e incluso Francia, que ingresó 9.330 millones en estos últimos 23 años, presenta incluso hasta un balance positivo de 374.
Hasta hace dos campañas, los 2.190 millones de euros gastados por los clubes-Premier en la 17/18 había establecido un techo de gasto casi obsceno. Pero los ingleses están 'desatados': los 3.140 de la 22/23 y los 2.930 del pasado curso establecen una tendencia alcista imparable. España, cuyo tope fueron los 1.550 millones de la 19/20 (el año de Joao Félix al Atleti, Hazard al Madrid o Griezmann al Barça) y que lleva cuatro años a la cola de las cinco grandes, mira con desconcierto hacia una competición que sigue 'robando' futbolistas al conjunto blanco o al culé: desde 2002 son (respectivamente) el 5º y el 6º en el ranking de gasto mundial en fichajes (por debajo de Chelsea, City, United y Juventus)… y que juntos han gastado 4530 millones, el 40 por ciento de los 11.380 de LaLiga.