Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Inés Arrimadas

03/06/2023

Fue la primera en darse cuenta de que esta política no es su política, que no le gustan los trasiegos y que prefería cambiar de vida antes que irse con su biografía a otro lugar que no fuera Ciudadanos. Quizá, solo quizá, no le convenció que Cs quedara en manos de Patricia Guasp y Andrés Vázquez, a la que ella conocía bien pero que eran unos perfectos desconocidos para casi toda España.

Inés Arrimadas ha sido víctima de muchas circunstancias. La primera, que la acusaran de no haber presentado su candidatura a la presidencia de la Generalitat después de ganar las elecciones catalanes, que debía haberlo hecho aunque no tenía ninguna posibilidad de ser investida. Explicaba que no se presentó porque se lo impidió el presidente del Parlament, y el tiempo le dió la razón cuando años después la nueva presidenta, también independentista, hizo toda clase de maniobras para que no pudiera presentar su candidatura el socialista Illa.

Cuando Albert Rivera decidió abandonar la política catalana para dar el salto a la nacional, también Arrimadas se fue a Madrid, y pertenece al secreto del sumario queda si fue decisión personal que permitió Rivera, o fue Rivera quien la presionó, hay distintas versiones. Lo que sí es cierto es que Rivera se equivocó de medio a medio y aquella maniobra acabó con su carrera política. Arrimadas se quedó como presidenta del partido y portavoz parlamentaria.

No tuvo muchas lealtades, el goteo de deserciones empezó casi inmediatamente, y luchó contra viento y marea por mantener las siglas, pelear por Ciudadanos desde el Congreso y defender el cuartel cuando uno de los hombres de confianza de Rivera, Fran Hervías, se hizo con un despacho en Génova, junto al de Teodoro García Egea, para desde allí promover que miembros destacados de Ciudadanos se pasaran al PP. Una operación que avergonzó a muchos miembros del PP, pero que sufrió sobre todo Inés Arrimadas.

Aguantó aunque el partido se desmoronaba a su alrededor. Aguantó aunque la abandonaron muchos de sus colaboradores y personas que hicieron política a su lado. Aguantó cuando la operación de renovar el partido no convenció a nadie.

Finalmente se fue a Jerez por razones estrictamente familiares, pero se adivinaba que podía ser un primer paso para otra cosa, y muchos creían que esa otra cosa era entrar en el PP por la puerta grande. Era no conocerla, y eso que no solo la tentaron sino que le propusieron en firme formar parte del PP de Feijóo. No quiso. Había comprometido su lealtad a un partido, y si el partido desaparecía se iba a su casa.

Es lo que ha hecho, y ha asombrado al mundo político. Asombro que se comprende: pocos políticos mantienen su palabra y pocos mantienen su fidelidad a las siglas que le han dado todo. Qué le depara el futuro no lo sabe probablemente ni la propia Inés. Pero ha dado un ejemplo de coherencia, y eso ya no se lo quita nadie.