La 69 Semana Internacional de Cine de Valladolid se acerca a su ecuador con una cuarta jornada marcada por la necesidad de resituar la mirada y por cómo la perspectiva condiciona la realidad cotidiana. Ese es el foco central de dos de las tres películas que hoy se sumaron a la competición: 'La mitad de Ana', el debut tras la cámara de Marta Nieto, explora la posibilidad de renacer de las mujeres adultas para encontrar su propia identidad, mientras que el singapurense Yeo Siew Hua compone en 'Stranger Eyes', su tercer largo, un thriller mutante sobre la pulsión escópica en un mundo hipervigilado. El día se completó con la conmovedora 'Bob Trevino Likes It', primer largometraje de la estadounidense Tracie Laymon, que recrea a través de la ficción su historia de sanación tras una infancia huérfana de madre y con un padre ausente.
A partir del relato de un despertar de una infancia trans, que abordó hace dos años en su cortometraje 'Son', Marta Nieto despliega en 'La mitad de Ana' una historia sobre las segundas oportunidades y sobre "cómo una mujer adulta puede reinventarse y renacer". "La crisis que su hija Son le plantea a Ana, la protagonista, es lo que la moviliza y le hace aprender a mirar su vida desde otro lugar", explicó.
Directora, guionista y protagonista, Marta Nieto encarna en el film a una madre divorciada, que convive con su hija de siete años y sobrevive tras haber dejado enterrados sus sueños y anhelos como vigilante de sala en un museo. En esas, estalla el conflicto con la identidad de género de la pequeña, y con él todo el mundo que ella intentaba tener controlado en su cabeza.
El proyecto, según desgranó la autora, comenzó a cobrar forma unos cuantos años atrás en las residencias creativas de la Academia de Cine. Cuando intentaba dar forma a la historia, se subió al barco María Zamora, la productora de 'Alcarrás', entre otras muchas películas, flamante Premio Nacional de Cine 2024. "Ella me animó a rodar un corto para ver cómo era esto de dirigir, y así surgió 'Son' (presentado en Seminci en 2022), que muestra a los mismos personajes pero en otro momento previo de sus vidas".
Tras aquello, Beatriz Herzog se incorporó como guionista y el universo de todas ellas generó "una simbiosis diferente", entrando en juego elementos como el lienzo 'Un mundo', que ángeles Santos pintó en Valladolid en 1929 con apenas 17 años, que reactiva y libera todo el mundo interior de la protagonista. ¡Al principio habíamos elegido otra obra, pero luego nos dimos cuenta de que tenía que ser 'Un mundo', porque generaba un engranaje especial con el resto de partes del guion. Además nos hacía especial ilusión reivindicar la obra de Ángeles Santos, que es divertida, mágica, rara y gigante, y nos permitía cambiar el punto de vista de la protagonista", detalló.
Un acto transformador
También en torno a la mirada , su desgaste y relativización, reflexiona Yeo Siew Hua en 'Stranger Eyes', su tercer largo. "Mirar no es un acto pasivo, sino transformador. Lo que sucede ahora en nuestras vidas es que replicamos el hecho de ver, y en su lugar vamos pasando por las imágenes, como si estuviéramos haciendo scroll en una pantalla sin ver nada en realidad", afirmó hoy en Valladolid, en su egreso seis años después de alzarse con el premio a la mejor fotografía por 'A Land Imagined'.
'Stranger Eyes' arranca en clave de thriller, con dos jóvenes padres veinteañeros sumidos en una profunda crisis de pareja después de que su bebé de apenas dos años haya sido secuestrada en un parque infantil. La situación se complica cuando comienzan a recibir grabaciones que les registran en sus tareas cotidianas, como le sucedía a los protagonistas de 'Cache', de Michael Haneke. Pero el juego no ha hecho más que empezar, y la tensión se desdobla cuando entra en escena un hombre mayor llamado Wu (interpretado por Lee Kang-sheng, el actor fetiche de Tsai Ming-liang), que es quien ha realizado las grabaciones.
En evolución constante y mutante, la película aborda cuestiones delicadas en torno a la pulsión escópica y cómo condiciona nuestros comportamientos sociales el hecho de vivir en una realidad hipervigilada, rodeados de una infinita sobresaturación de imágenes que ni siquiera intentamos descodificar. La confrontación entre lo real y lo percibido y el precio psicológico que podemos estar pagando sin siquiera ser conscientes de ello, son algunos de los temas que aborda el film.
Según desgranó el realizador en su encuentro con los medios, su país natal es una de las naciones con mayor concentración de cámaras de vigilancia por metro cuadrado en todo el mundo. "Singapur es una isla muy pequeña y muy poblada. Vivimos en grandes bloques compactos de apartamentos, en los que ves a tu vecino por la ventana y él te ve a ti cada día. Es como un ritual diario. Al mismo tiempo sé que el estado me vigila, es algo muy presente. Esa especie de cadena de miradas es en cierto modo la premisa de esta historia", relató.
Hasta en tres ocasiones le preguntaron los periodistas por la historia que describe en el film, pidiéndole aclaraciones, y en todas ellas el cineasta rehuyó dar explicaciones concretas para subrayar que "se trata de una película sobre las perspectivas". "En la vida real no es posible comprender siempre todo. Nunca vemos la imagen completa. Nos acercamos a la realidad desde diferentes ángulos y eso es parte del propio tejido de la película. Está construida a partir de sucesivas capas bajo las imágenes, y cómo las interpreta cada espectador se relaciona con quién es cada uno. Nos proyectamos constantemente a través de lo que vemos. Para poder comprender algo o a alguien tenemos que proyectar algo de nuestra propia humanidad hacia el sujeto de nuestra observación", reflexionó.
En su charla, Siew Hua aludió a la relación cotidiana que mantenemos con miles de imágenes, en nuestros teléfonos, ordenadores, televisores… y recalcó cómo ha cambiado incluso la forma de relacionarnos, como sociedad, a partir de esa realidad. "Siento que la imagen que proyectamos puede ser prácticamente es más real que lo que somos de verdad, porque la imagen pública se ha convertido en un lugar prominente en nuestra existencia. Quería mostrar eso en la película, que habla de una joven pareja que sufre en su paternidad, pero también de las relaciones con sus propios padres. Es una historia intergeneracional", deslizó.
Amor y redención
Por su parte, Tracie Laymon acarició el corazón de los semanistas con el estreno en España de 'Bob Trevino Likes It', su primer largometraje, una conmovedora película que recrea su historia personal de búsqueda de un lugar en un mundo deshumanizado, donde las redes sociales también pueden tener una faceta positiva. Barbie Ferreira, la Kat Hernández de 'Euforia', encarna a su alter ego en la ficción, que ve cómo su vida cambia cuando el azar (las redes sociales en este caso) puso en su camino a un hombre con el mismo nombre que el padre que la había abandonado, interpretado por un contenido y brillante John Leguizamo.
"Escribes sobre lo que conoces", explicó la cineasta en la presentación del film ante los medios, en el seno de la 69 Seminci. Para ella, el proyecto supuso "todo un desafío" por múltiples motivos, entre ellos decidir cómo dar forma en la ficción al padre que la abandonó cuando era una veinteañera. "No quería mostrarle como una caricatura, ni hacerle daño. Quería reflejar también su nobleza. Al fin y al cabo es un ser humano, y por otro lado quería compartir con el público el regalo que me había hecho el 'padre' virtual que conocí a través de Facebook, que murió sin ser consciente de cuánto me había ayudado", relató.
Sobre la elección de los actores principales, comentó que a Barbie Ferreira la tuvo en mente "desde el principio". "Había visto su vulnerabilidad en 'Euforia' y pude comprobar su faceta más divertida en 'Estoy embarazada', también en HBO. Pensé que podía aportar una combinación impresionante con su mirada con ojos frescos. Nos reunimos y le dije: esto es tuyo, te lo mereces, y fue tan profesional y tan amable que pudimos construir mucha confianza alrededor nuestro, compartiendo historias de vulnerabilidad. Charlando con ella y con otros actores aprendimos que hay muchos casos de padres narcisistas", explicó.
Respecto a Leguizamo ('Moulin Rouge'), aseguró que le envió un vídeo para proponerle el papel, y tras leer el guion se conocieron en Nueva York, ya que el actor "quería saber quiénes eran esas personas". "Tiene un corazón impresionante. Es muy profesional. Procede del teatro y cada vez que sugería algún cambio, en realidad tenía razón en su planteamiento. Al acabar la película me dijo que este proyecto había restaurado su confianza en el cine de autor", señaló en declaraciones recogidas por Ical.
Toda la historia gira en torno a cómo ellos dos se complementan, supliendo las carencias de una madre que falleció cuando ella era una niña y la incapacidad manifiesta de un padre biológico capaz de guardar durante décadas los tickets que había gastado en la manutención de la pequeña. "Lily es una superviviente, tiene un mecanismo para manejar la situación. La película habla en el fondo sobre las familias que elegimos y sobre cómo podemos encontrar la familia en lugares inesperados", resumió.