La Pilarica tiene un museo en un mesón

M.B.
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Bienvenido Rodríguez y María José López nos abren las puertas del Mesón Asador Casa Bienve, un restaurante de los de toda la vida con horno y parrilla

Bienvenido Rodríguez, en la cocina del Mesón Asador Casa Bienve. - Foto: Jonathan Tajes

En La Pilarica hay un museo de antigüedades. Mucha gente quizá no lo sepa, pero mientras se degustan los manjares del Mesón Asador Casa Bienve, uno se puede retrotraer a tiempos pasados, en los que el cereal se trillaba; en los que los televisores tenían 'culo'; en los que había cámaras de fotografía con carretes; en los que por las mañanas uno se aseaba en una palancana o miccionaba en un orinal... el 'museo', porque no lo es de manera oficial aunque bien podría serlo, cuenta con utensilios que tienen décadas y que fueron usados por nuestros abuelos o bisabuelos, pero también tiene reminiscencias de anuncios, de oficios que han ido evolucionando... «Algunas cosas las he ido adquiriendo y otras me las han regalado», explica Bienvenido Rodríguez, el jefe del museo.

Hace 21 años que este Mesón abrió sus puertas en la calle Puente la Reina, 28. Porque realmente de lo que estamos hablando es de un restaurante, uno de los de toda la vida –«hacemos comida casera de nuestras madres y abuelas con ese amor que ellas ponían en sus guisos», aseguran–. Se abrió en un local que ya era restaurante. «Lo conocía de venir como cliente y un día su antiguo dueño me dijo medio serio, medio en broma que si se lo compraba. Sin darme cuenta estábamos firmando», señala Bienve.

Lo suyo ha sido la hostelería, «desde siempre». Empezó como camarero en el Siete Siete, aunque pronto emprendió. Con 18 años abrió su primer negocio, el 'Arcadia', cerca de la Casa Colón. Aunque si por algo es conocido es por su segundo, 'El Buen Tapeo de Bimi', que estuvo 35 años abierto, primero en la plaza Caño Argales y luego en la calle Correos, y donde las tapas y las raciones eran las protagonistas en la zona de pinchos del centro de la capital: «Mantuve los dos hasta la pandemia, cuando cerré el de la calle Correos».

Desde entonces se ha centrado en el Mesón Asador Casa Bienve donde, desde su apertura, apostaron (él y su mujer, María José López) por la cocina castellana, con un menú diario, tanto entre semana como los fines de semana y festivos; además de por los asados y las carnes, que para eso cuenta con un horno de leña y una parrilla. «Pusimos el nombre porque ya nos conocían del otro local e intentamos aprovechar el tirón publicitario», reconoce Bienve.

Así que por un lado lo suyo son los asados (lechazo o cochinillo) y las carnes a la parrilla, como el pincho de lechazo, el chuletón, el entrecot o las chuletillas, por poner algunos ejemplos. Para ambas usa leña de encina: «Lo hacemos por encargo y esos días de horno, arrancamos con el fuego sobre las ocho de la mañana, porque se tiene que quemar lentamente». Y precisamente a fuego lento es una de las claves que imponen en sus preparaciones Bienve y María José. 

No solo en los asados, también en los guisos. Como el cocido, que ofertan todos los martes del año, «incluido en verano», por tan solo 13 euros y que hacen al chup-chup de toda la vida. Mismo precio que tiene el menú entre semana, que cuenta siempre con dos primeros (ensalada de queso de cabra y revuelto de boletus, gulas y gambas) y dos segundos (cachopo de jamón y bacalao a la vizcaína) fijos, para variar los otros dos que ofrecen. Los fines de semana el menú cuesta 19 euros y cambian las elaboraciones. Con proveedores conocidos gracias a sus más de tres décadas de trabajo en común, la carne y los lechazos son de kilómetro 0, de Cigales.

Cierra los miércoles todo el día y los domingos por la tarde, para abrir el resto desde las diez de la mañana. Con un comedor interior para unos 100 comensales, puede dar –y de hecho, da– comuniones y diferentes celebraciones. En la zona de la barra, también con mesas, tiene una capacidad para 25 clientes más. Allí acude gente de la zona, de los barrios cercanos y mucha de fuera, que son clientes de toda la vida. Todos saben que al entrar, se abre las puertas de un museo.Primero futbolero y musical, ya que el mesón es la sede de la Peña del Real Valladolid 'La Garimba de Bienve', con más de medio centenar de miembros; y porque los gustos musicales de Bienve tienen su espacio. Y luego, en el comedor, de antigüedades... aunque el restaurante sea de asados, carnes y de especialidades como los calamares del cantábrico, la sepia, las setas a al plancha, los callos, los revueltos, la oreja...