El presidente del Grupo Municipal Socialista, Óscar Puente, dio el miércoles 24 horas a Juan José Zancada, concejal y portavoz del Grupo Socialista en la Diputación, para que «entregara» su acta de concejal o se pasara al grupo de concejales no adscritos. Un plazo que el edil estiró al límite para después dar un giro inesperado al órdago de Puente y sorprender a muchos con una petición pública de disculpas.
Un gesto con mucha historia y mucha negociación entre bambalinas. Y es ha sido necesaria la intervención de los máximos dirigentes del partido para cerrar en falso este cisma. Es decir, Julio Villarrubia, tomó las riendas del conflicto para reconducir la situación con una conversación directamente con Alfredo Pérez Rubalcaba, al que informó de la situación creada en Valladolid. Y ambos acordaron que uno, Zancada pidiera disculpas, y que la otra parte, Puente e Izquierdo, no siguieran con el expediente de expulsión del concejal del grupo, como se había acordado el miércoles, según informa Ical.
Y así, Zancada, en una rueda de prensa convocada vía urgente, explicó que en sus declaraciones del pasado martes en un programa de La 8 de Valladolid, no pretendía «en ningún momento dañar la imagen de su compañero o la del Grupo Socialista». El portavoz en al Diputación utilizó su despacho en la institución provincial para intentar zanjar esta «polémica» y reiteró media docena de veces que lamentaba que algunos se hubiesen sentido molestos por su valoración del trabajo del Grupo Municipal Socialista.
Una y otra vez apostó por encontrar la vía para «trabajar todos unidos porque a pesar de las diferencias nos unen más cosas que nos separan». Y para demostrar que esa vía es posible puso como ejemplo la reunión que esa misma mañana había mantenido con el secretario general del PSOE de Valladolid, Javier Izquierdo, y los diputados provinciales, donde se reclamó «entendimiento» y «un ejercicio de reflexión» para acabar con las «diferencias».
Zancada también puso sobre la mesa que como militante del PSOE «está a disposición de su partido» y que si algún órgano competente del partido la reclamará su acta de concejal la entregaría inmediatamente. «Soy del PSOE y el acta le pertenece al partido», aclaró a la vez que anunciaba que había pedido la convocatoria de la Comisión Orgánica de Garantías de la Ejecutiva regional, donde él ostenta la responsabilidad de secretario de Política Municipal.
Precisamente el secretario de Organización del PSOECyL ya había expresado por la mañana el respaldo de la Comisión Ejecutiva Autonómica a Zancada y recordó al presidente del Grupo Socialista que no puede ser «juez y parte» y «amenazar» y «exigir» su salida. Estas declaraciones se producían mientras el secretario regional acordaba con el secretario general la solución final, que llegaría horas más tarde.
Cambio de planes. Esta rueda de prensa no prevista en la agenda del día, y la petición pública de disculpas, además de los consiguientes movimientos internos en el partido, provocaron también un cambio de planes de Óscar Puente. El presidente del Grupo Socialista había convocado una rueda de prensa tres cuartos de hora después que la de su compañero donde, en principio, iba a anunciar los pasos a seguir para que Zancada abandonara la disciplina del Grupo Socialista.
Pero las informaciones que le iban llegando a cuentagotas a través de los periodistas provocaron un cambio de planes. «La petición de disculpas públicamente es una rectificación en toda regla y merece que no se cierre la puerta a otra solución», aseguraba Puente, a la vez que pedía tiempo para estudiar el cambio de situación.
Un tiempo con plazo límite para conocer la resolución final. Y es que hoy, después de una reunión del Grupo Municipal Socialista, un previsible encuentro entre Puente y Zancada y la celebración de una Ejecutiva municipal, se conocerá la decisión final de este «golpe encima de la mesa» de Óscar Puente.
Eso sí, aunque la Ejecutiva municipal decida hoy no abrir ningún expediente, lo que está garantizado es que el Comité Provincial del próximo día 30 no será ajeno a este cisma que parece se va a cerrar en falso.