La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) está a punto de cerrar una de las operaciones urbanísticas más importantes de la ciudad en los últimos años. Se trata de la venta de la mitad del edificio de la emblemática Casa Resines, ubicada en el número 9 de la Acera de Recoletos. Una de las joyas arquitectónicas más importantes de la ciudad, con una fachada que refleja los estilos propios de finales del siglo XIX y principios del XX. De hecho, el edificio data de 1891 y fue proyectado por Julio Saracíbar, el mismo arquitecto de la Casa Mantilla, situada a solo unos metros.
Este edificio, que siempre ha tenido un uso residencial, está divido en dos partes muy diferenciadas, puesto que una fue sometida a una reforma en 2015 y la otra se encuentra en un estado muy deteriorado, pendiente de la rehabilitación de su fachada. Aunque están juntas, son dos propiedades distintas, con accesos diferenciados en los número ocho y nueve de la Acera de Recoletos.
Hace algunas semanas que la inmobiliaria Aliseda, una de las que tiene encargada la comercialización de activos de la Sareb, publicó un anuncio sobre la venta de la parte de este edificio ubicado en el número 9 de la Acera de Recoletos (la pendiente de reformar). Un lote que también incluía otro edificio en el número 11 de la calle Perú, perpendicular a Recoletos. El reclamo avisaba de que ambos inmuebles necesitan una rehabilitación integral y están sometidos a protección urbanística. La Casa Resines, de grado 3 (estructural) y el edificio de la calle Perú, de grado 4 (medioambiental). El primero tiene cinco alturas y el segundo, cuatro.
La venta incluye otro edificio que da al número 11 de la calle Perú. - Foto: Jonathan TajesPues bien, el anuncio que estuvo activos durante varios días, ya no está publicado porque, según confirman fuentes de Aliseda, «hay una operación de venta muy avanzada». Una operación que se presume millonaria, dados los 3.600 metros de uso residencial que suman los dos edificios más lo de uso comercial de la planta baja, en total, casi 4.000 metros, además de la ubicación privilegiada de ambos inmuebles. Si bien las mismas fuentes no precisaron el volumen económico de la operación.
El anuncio destacaba que una posible futura promoción podría poner en el mercado 20 viviendas «de máxima calidad» e incidía en que «la configuración conjunta de los dos inmuebles ofrece la posibilidad de realizar un parking bajo rasante con dotación de plazas de garaje y trasteros para todas las viviendas, con acceso desde la calle Perú». Sin embargo, fuentes municipales aseguran a este periódico que cualquier actuación conjunta es complicada desde el punto de vista urbanístico al tratarse de dos inmuebles diferentes separados por un patio de luces cuya propiedad se comparte con otras comunidades.
En las calles donde se ubican las fachadas de ambos edificios se encuentran colocados sendos andamios con protección para los peatones para evitar que la caída de cascotes pueda provocar daños a algún viandante. En este sentido, el Ayuntamiento de Valladolid ya ha enviado en varias ocasiones a la Sareb una orden de ejecución de la rehabilitación de la fachada, aunque todavía no se ha producido porque el 'banco malo' ha ido pidiendo prórrogas.
De hecho, el proyecto de rehabilitación ya está aprobado por el propio Ayuntamiento y tiene previsto ser ejecutado por el arquitecto Mariano Benito Duque, el mismo que firmó la reforma del otro 50% de la Casa Resines en 2015. De hecho, cuando se hizo esa obra, hace nueve años, el Ayuntamiento puso la condición de que cuando se acometiera la otra mitad se hiciera con los mismos parámetros. El propio arquitecto reconoce que la previsión era que le llamaran este mismo mes de abril para iniciar la reforma, aunque desconoce el impacto que podría tener en el proyecto una posible venta del edificio. «Yo creo que se hará conforme a este proyecto y a la dirección de obra que tengo encargada», señala.
Benito opina que la Casa Resines representa un tipo de arquitectura «muy interesante, que debe mantenerse». «A nivel compositivo, a mí me convence más la Casa Resines que la Casa Mantilla», finaliza.