Es un emblema de la tierra y su forma de trabajo no solo ha llevado a garantizar la excelencia del producto, sino a ser más eficiente y sostenible con el medio ambiente y con la sociedad en la que desarrolla su actividad. Leche Gaza lleva más de 50 años ofreciendo leche de la mejor calidad y no se ha conformado con eso, sino que ha ido modernizando cada proceso de la producción para garantizar su excelencia y convertirse en una industria más eficiente.
De hecho, Leche Gaza cuenta con una subestación eléctrica propia. La nueva fábrica, con maquinaria que opera con una reducción de consumo, ha permitido ver el ahorro de electricidad en muy poco tiempo. En este sentido, si se compara los consumos eléctricos del año 2021, primer año entero en el que se estableció toda la producción en la nueva fábrica, se observa como los kWh consumidos fueron 2.474.202 y, en 2019, en la antigua fábrica se consumieron 3.162.348 kWh. Es un dato destacado, sobre todo, porque la fábrica antigua de Zamora tenía una producción inferior a la actualidad, así como mucha menos maquinaria.
Pero, si se ha aumentado la maquinaria y la producción, ¿cómo se ha conseguido esa reducción en el consumo de electricidad? Leche Gaza ha optado por una mejora en la eficiencia de los instrumentos utilizados, por lo que gran parte de los equipos necesarios para llevar a cabo los procesos tienen recuperación de energía. Un ejemplo de ello es que se condensan los vapores que se utilizan en la esterilización y así se recupera agua caliente, que puede emplearse para abastecer a las calderas o para calentar otros fluidos a través de intercambiadores de calor.
Y precisamente en relación a las calderas, una innovación es que tienen un economizador, cuyo trabajo es, a través de la introducción de los humos de salida de la caldera, calentar el agua de entrada, por lo que el gasto energético es inferior.
Asimismo, la fábrica cuenta con un centro de recuperación térmica (CRT) que permite acumular gran parte de la energía liberada en los distintos procesos, utilizándose para calentar el agua que abastece la fábrica, que proviene de dos pozos, utilizándose a su vez esta agua fría para enfriar a través de intercambiador de calor, fluidos que lo requieran, disminuyéndose el gasto energético.
Declaración ambiental
En Leche Gaza cuidan toda la producción más allá de la propia fábrica. Cuenta con la Declaración Ambiental de Producto, por lo que ha definido todo el camino que lleva a obtener la mejor leche. Esto quiere decir que la empresa ha especificado en el documento desde el cultivo de los cereales que utilizan como ingredientes de los piensos que toman las vacas y ovejas a la cría de los animales, el empaquetado de todos los productos y su posterior distribución.
En relación con el empaquetado, Leche Gaza cuenta con un envase de carbón neutral. No es solo más atractivo y cómodo, sino que es ecológico y cuenta con esta certificación que lo avala. Y es que Elopak, la empresa que provee los envases, fue la primera en promover el uso de la energía renovable. Durante los últimos años ha reducido sus emisiones y ha mejorado su eficiencia energética hasta el punto de que todas las emisiones relacionadas con la producción interna, así como las emisiones de transporte relevantes ya se han compensado. Es más, las emisiones no incluidas en los informes de la compañía se compensan también, como son los de producción de materias primas. Y no solo el envase de Leche Gaza es de 'cero emisiones de CO2', sino que está dentro del programa FSC, donde el cartón utilizado para fabricar el envase es procedente de fuentes renovables.
En Leche Gaza se apuesta, en un momento en el que se está demostrando lo dañino que está siendo el plástico para bosques y mares, por cartón de fuentes responsables porque es más natural.
Leche de proximidad y menos emisiones
Además, Leche Gaza ha analizado la huella de carbono de todo el proceso de producción de la leche y ha analizado esta cuestión atendiendo a tres niveles de afectación. El primero de ellos, bajo el nombre de 'alcance 1', toma nota de las emisiones directas derivadas de la actividad. En 'alcance 2' se recogen las emisiones indirectas derivadas de importar energía y el 'alcance 3' analiza las generadas en otras áreas de las que no tiene control la empresa, como la venta del producto final. No obstante, si destaca algo Leche Gaza es que sus granjas no están a más de 50 kilómetros de la fábrica y eso reduce la emisiones emitidas por el transporte.