Santiago González

CARTA DEL DIRECTOR

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


Una semana con mucho impacto económico, social y turístico

24/03/2024

La Semana Santa es la celebración con mayor proyección de la ciudad de Valladolid, más allá del sentimiento religioso que está en su origen. Sin duda, se trata del principal acontecimiento cultural, religioso y un enorme foco de atracción de visitantes para la capital y gran parte de la provincia, ya que es la única que cuenta con tres fiestas declaradas de interés turístico internacional (Valladolid, Medina del Campo y Medina de Rioseco) por su gran relevancia en el ámbito turístico y cultural. Estas manifestaciones de fe, arte, patrimonio y tradición generan la llegada de miles de visitantes de todo el mundo, lo que contribuye al desarrollo económico y social de la capital y otros municipios grandes y pequeños que encierran ricas y ancestrales actos religiosos. La Semana Santa es algo muy nuestro, que forma parte del pasado, pero que atraviesa un presente pujante y dispone de un gran potencial para el futuro.
Desde el punto de vista religioso, la Semana Santa de Valladolid es castellana, de las que se viven con fervor, recogimiento y mucho silencio en las calles. Una veintena de cofradías y miles de nazarenos procesionan entre miles de personas que abarrotan las aceras en un entorno de misticismo y belleza artística inigualables. Y es que es no hay otro lugar en el mundo donde se puedan admirar al aire libre unas tallas tan valiosas y preciosas como las creadas por imagineros de la escuela castellana como Gregorio Fernández, Juan de Juni, Pompeyo Leoni, Pedro de Ávila y tantos otros.
De hecho, aunque siempre es buen momento para venir a Valladolid, no hay otra ciudad en España que saque a la calle catorce procesiones con 30 grupos escultóricos durante la tarde del Jueves Santo. Con excepción de la Procesión General del Viernes Santo, es el día por excelencia para disfrutar de la Semana Santa en cualquier plaza o rincón. Desde luego, es imprescindible visitar al menos una vez en la vida esta manifestación de religiosidad popular, mezclada con historia, arte y cultura, además de gastronomía, vino y compras. Todo ello forma parte de la fiesta.
Y todo en su conjunto constituyen el éxito de la Semana Santa vallisoletana. Un renombre que genera un impacto de 21 millones de euros en la economía local, según concluye un estudio realizado por un grupo de investigación de la Universidad de Valladolid. y que afecta especialmente a los sectores relacionados con la actividad turística, el comercio al por menor, los servicios culturales y algunos servicios públicos. De cada diez euros invertidos se reciben 141,8, casi 15 veces más, según el informe presentado hace unos días por la UVA y la Junta.
Estas cifras deben servir para impulsar el apoyo por parte de las administraciones públicas y de ciertos sectores privados. La Semana Santa necesita promoción, difusión y trabajo conjunto para atraer cada año más visitantes a la capital durante los diez días de duración. Y precisamente esta es una de las asignaturas pendientes, conseguir extender el atractivo para que los turistas vengan antes y se queden más días. Hoteles, apartamentos y restaurantes lo tienen todo lleno desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, sin embargo flojea este primer fin de semana y los primeros días de la siguiente. Ahí hay que poner el mayor esfuerzo y la imaginación con el objetivo de buscar iniciativas que complementen los actos religiosos y empujen la llegada de personas desde otros puntos de la geografía española. Madrid, Galicia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña son los principales puntos de procedencia de los turistas que se acercan a la capital durante estas fiestas y pernoctan en ella. Por supuesto que la mayor parte llegan desde el resto de provincias de Castilla y León, pero casi todos ellos únicamente pasan el día en la ciudad y regresan a sus casas aprovechando la escasa distancia entre Valladolid y las otras capitales.
Hay que tener en cuenta que el gasto medio del visitante rondó los 344 euros y el del turista, que pernocta o llega desde fuera de la localidad, subió a los 474 euros. Todas estas cifras deben hacernos caer en la cuenta de que hay que cuidar la Semana Santa por parte de todos, sin personalismos, sin querer adueñarse de unas celebraciones que sobrepasan la dimensión religiosa, pero que ahondan su raíz en la fe católica. Todos debemos trabajar por agrandar aún más la Semana Santa de Valladolid, cada uno desde su papel, en una suma de esfuerzos donde no caben los celos ni los protagonismos mal entendidos. Son diez días vitalesa para la economía y la imagen de la ciudad.