Los toros volverán a ser un año más los grandes protagonistas de las fiestas de San Miguel y San Jerónimo. El municipio comienza hoy sus fiestas y, a pesar de la crisis económica, está preparado para disfrutarlas a tope. Música, peñas, diversión, toros, gastronomía, amistad y confraternización entre los vecinos y las personas que se aproximan hasta la villa para participar de su programa están garantizados.
Un año más no podrían explicarse estas jornadas festivas en Olmedo sin sus espectáculos taurinos. Más de diez festejos tiene programados el Ayuntamiento durante estos días, pero sobre todos ellos destacan los tres encierros tradicionales al estilo de la villa. Las reses se sueltan en la dehesa y son dirigidas por los jinetes hacia el municipio por la Carretera de Matapozuelos, entrando al pueblo por la fuente de la Pioja y el Mirador del Hontanar, un lugar inmejorable para su visión.
En este punto, los caballistas ceden el testigo a los corredores, que guían a los novillos a Plaza de Toros por el paseo de San Juan, atravesando el Arco de la Villa y la plaza de San Andrés hasta llegar a los toriles.
El origen de esta fiesta se remonta hasta el Siglo de Oro, el texto de Lope de Vega, El caballero de Olmedo, relata alguno de los rasgos principales de lo que era la fiesta de toros en el siglo XVII español, que incluía básicamente la lidia de reses bravas, y que iba frecuentemente acompañada de otro juego deportivo muy del gusto de la época, los juegos de cañas, y constituye el directo antecedente de las corridas de toros actuales.
Son miles las personas que se aproximan estos días a Olmedo para disfrutar de los encierros, pero también de la sueltas de reses por las calles, los encierros urbanos, la suelta de vacas en la Plaza de Toros, el toro del Alba. Son hasta diez los espectáculos relacionados con el mundo del toro que representan la parte más importante de unas fiestas que se prolongarán el sábado, 10 de octubre.