La siniestralidad vial vallisoletana vive en este 2022 un año atípico. No porque los accidentes de tráfico se estén incrementando, sino porque se están concentrando en las vías con menor intensidad circulatoria: las provinciales. Estas carreteras ya contabilizan los peores datos del último lustro, después de que se hayan acumulado seis accidentes mortales con otras tantas víctimas durante los diez primeros meses del año, que son el triple de lo que hubo tanto el año anterior como en 2018, seis más que en el inédito (y pandémico) 2020 y uno más que los cinco que dejó 2019.
La DGT sitúa en los excesos de velocidad y las distracciones las dos principales causas de este tipo de accidentes, lo que encaja con que en cinco de los seis casos hubiera una salida de vía, sin colisiones con otros vehículos; perdida de control o despiste que llevan al conductor a dejar el asfalto y empotrarse en la cuneta. Además de las menos transitadas, las provinciales son también las que menos medidas de seguridad pasiva (quitamiedos, bandas sonoras, señales luminosas...) tienen.
El acelerador aparece como la principal causa de los dos últimos siniestros mortales ocurridos en dos de estas vías y en un franja de poco más de 36 horas, tal y como confirman fuentes de Tráfico a este periódico. Se trata del que hubo a las 5.30 horas de la madrugada del pasado domingo 23 de octubre en la VP-3001 (término de Valbuena de Duero), donde fallecía un taxista de 35 años en una salida de vía; y del que se produjo al filo de las 18.20 horas del lunes 24 de octubre en la VA-404 (cerca de Pozaldez) y al que no iba a sobrevivir el hombre de 60 años que iba al volante y que llegó a ser evacuado al Clínico en una UVI Móvil, pero que perdía la vida horas después en el hospital. En ambos casos, la DGT maneja una velocidad inadecuada como causa de la salida de vía.
¿el móvil? Pero el problema de este tipo de accidentes –en vías sin desdoblar y con menos tráfico que una autovía– no está únicamente en la velocidad, ya que también aparece la distracción como otro de los factores concurrentes y ahí el móvil irrumpe como el principal sospechoso. Tráfico cree que un despiste estaría detrás de dos de los otros cuatro casos que se han dado en provinciales, así como de los dos siniestros (con fallecidos) que se han dado este año en las carreteras nacionales N-601 (el día 9 de enero moría una joven tras una colisión en Villavicencio) y N-122 (un padre y un hijo perdían la vida el pasado 26 de agosto, cerca de Peñafiel, tras empotrarse contra un camión tráiler).
Salida de vía tras una distracción
Por tanto, una distracción fue la causa del accidente registrado la noche del 19 de septiembre en la VP-3014, muy cerca de Piñel de Arriba y donde moría un hombre de 55 años en una salida de vía. Y también el del día 18 de julio en la VA-912, a las afueras de Mucientes, donde perdía la vida el conductor de una grúa.
La lista de víctimas de las vías provinciales se completa con los dos motoristas que también se han dejado la vida en una carretera de este tipo: el 2 de mayo, un hombre de 50 años después de colisionar contra un coche en la VA-932 (en el término de Saelices de Mayorga); y el 19 de agosto, otro motorista de 40 años, en esta ocasión por una salida de vía en la VA-542 (término de Castropol, también en el norte de la provincia).
Se da la circunstancia de que los seis fallecidos que acumulan por el momento las vías provinciales son hombres y todos en una franja de edad de 35 a 60 años.
Dos en autovía
La situación es tan atípica que esos seis accidentes mortales que se han contabilizado este año en carreteras provinciales se han cobrado más de la mitad de las vidas que acumula en este 2022 el asfalto vallisoletano. A la negra lista habría que añadir otros tres fallecidos en nacionales y los dos únicos casos ocurridos por ahora en alguna de las autovías que pasan por esta provincia. Ambos fueron salidas de vía: el 6 de junio moría un hombre de 30 años en la A-62 (en Alaejos) y el 20 de agosto, fallecía una mujer horas después de que sufriera un accidente en la A-6 (en Rueda).
En total, 2022 deja por ahora las once víctimas ya citadas, que son seis menos de lo que había a estas alturas el año anterior, un 2021 que sumó otras dos víctimas durante los dos últimos meses del año.