El 'violador de la capucha' también logra reducir su condena

A.G.M.
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Este violador en serie actuó en Valladolid en 2009 y fue condenado a 18 años de prisión por seis delitos de agresión sexual, tres de ellos en grado de tentativa. Atacaba a chicas jóvenes en parques, garajes y portales. Ahora la pena se le rebaja a 15

Ropa que usaba el 'violador de la capucha' en sus agresiones. - Foto: Policía

La Audiencia Provincial también ha rebajado en tres años la pena al 'violador de la capucha', el último agresor sexual en serie que actuó en Valladolid y que fue condenado por seis ataques a jóvenes en portales, garajes y parques de la ciudad a un conjunto de penas de 18 años de prisión, que ahora pasarán a ser 15. La modificación aplicada por la Sección Cuarta se fundamenta en la aplicación de la modificación de la llamada ley del 'solo sí es sí.
Tanto la Fiscalía como el letrado que ejercía la acusación particular se opusieron a esta rebaja, ya que entendían que los seis años que se le impusieron en su momento por cada una de las agresiones sexuales con penetración consumadas sí entraban en la franja establecida por la nueva ley, pero la Audiencia Provincial de Valladolid ha optado por la reducción de un año en cada uno de los tres delitos para ser fiel al espíritu de su sentencia.
El auto al que ha tenido acceso este periódico recuerda que en este caso ya hubo una reducción de las penas previstas para este tipo de delitos, ya que J.A.V.M. (de 21 años en el momento de los ataques) confesó los hechos y, además, se le aplicó una eximente incompleta debido a la incapacidad parcial del violador, que tenía reconocido un retraso mental moderado y un trastorno para el control de sus impulsos sexuales. Por ello, todo desembocó en una sentencia a esos 18 años de prisión, que, tal como explica ahora la Audiencia, «es una pena que también era imponible en abstracto conforme a la redacción actual de los preceptos» de la nueva ley que lleva dos meses en vigor.
Pero la Sala se justifica en que «la determinación de la pena fue el producto de una conformidad en atención a las penas entonces existentes» y ellos argumentan que no pueden «ignorar que fueron impuestas en la mitad inferior, de ahí que este tribunal considere que es procedente imponer, conforme a la regulación actual por cada uno de esos tres delitos de agresión sexual con penetración, la pena de cinco años de prisión», en lugar de los seis de la sentencia inicial.

Siete meses de violaciones

El 'violador de la capucha' se cubría el rostro con una braga de cuello y la capucha de un par de sudaderas que fueron halladas por la Policía cuando registró su piso una semana después de su último ataque, uno de los tres en los que no logró su propósito.

La primera agresión se cometió el 21 de febrero de 2009. Fue sobre las 3.00 horas cuando abordó a una joven que tenía entonces 21 años, en el momento en que iba a entrar a su portal. Amenazándola con una navaja, la obligó a ir al garaje del inmueble, donde la efectuó tocamientos en los pechos y le introdujo uno de sus dedos en la vagina.

"Ves, no es para tanto..."

No volvió a actuar hasta un par de meses más tarde, el 11 de abril de 2009 sobre las 2.00 horas, cuando siguió a otra chica de 21 años (su misma edad) hasta La Rondilla, donde la abordó y la obligó a bajar hasta un parque cercano a la calle Valle De Arán donde, en una zona de arbustos, donde la obligó a desnudarse y a colocarse de espaldas a él. "El acusado se colocó un preservativo en el pene y se abalanzó sobre ella y, mientras le sujetaba los brazos, la penetró vaginalmente eyaculando dentro. Tras ello, le dijo "Ves, no es para tanto...", al tiempo que le indicó que se vistiera y se marchara sin mirar hacia atrás", según recogía la sentencia de la Sección Cuarta.

La noche siguiente repitió el modus operandi, atacando esta vez a una chica de 20 años en el momento en que ésta se disponía a entrar en el portal de su casa: "No grites, no me mires a la cara o te rajo...", la dijo mientras esgrimía una navaja, conduciéndola hacia los garajes del inmueble. "Una vez allí, se dirigió bajo una rampa y la obligó a desnudarse, diciéndola que se apoyara en un vehículo; el acusado, a continuación, se bajó los pantalones y,  tras varios intentos frustrados, la penetró analmente eyaculando dentro. Tras ello, amedrentándola con la navaja, obligó a la chica a arrodillarse y mientras le tocaba el pecho se masturbó", relata el fallo.

El cuarto ataque se produjo el 26 de abril de 2009 sobre la una y medi ade la madrugada, también en el portal de una joven de 16 años a la que siguió hasta los ascensores y abordó con una navaja. Ella le dijo que tenía la menstruación y el acusado abandonó el lugar sin hacerle nada.

Volvió a actuar el 9 de mayo, sobre las 3.30 horas cuando una joven volvía a su casa. Volvió a colocar la navaja en el cuello de su víctima y le dobló la rodilla intentando introducirla en el portal, si bien la joven opuso "enorme resistencia física" y "logró zafarse de él e introducirse sola en el portal consiguiendo cerrar la puerta, ante lo cual el acusado abandonó rápidamente el lugar".

Su última aparición, también frustrada, se produjo el 12 de septiembre, sobre las 4.15 horas, cuando abordó a otra joven en la zona del Teatro Calderón hasta la calle Gutiérrez Cetina donde, al entrar al portal, el acusado la agarró por detrás de un brazo y mientras le tapaba la boca le decía "calla, calla". "Sin embargo, el acusado no logró su propósito toda vez que la chica le propinó un mordisco al acusado en el dedo auricular de la mano izquierda, aprovechando ésta para huir", concluye la sentencia ahora rebajada en virtud de la ley del 'solo sí es sí'.