"La gente aquí es seca al principio, cuesta hacer amigos"

David Aso
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"Cambié Francia por Valladolid por la salud de mi hijo, que aquí está mucho mejor atendido, y también por ser un lugar muy seguro", valora Matthieu Cloud

Matthieu Cloud, en su rincón favorito de Valladolid, el Puente Colgante. - Foto: Jonathan Tajes

Años en Valladolid: 7.
Profesión: Profesor de academia y traductor de francés.
Comida y bebida local favorita: cachopo y cerveza con limón.
Rincón favorito: El Puente Colgante.

Nadie descubre Roma a estas alturas cuando dice que los hijos te cambian la vida, pero Matthieu Cloud (Noisy-le-Grand, 1979) cambió hasta de país junto a su mujer y su peque. Del cinturón metropolitano de París (entonces vivían en Lognes) a Valladolid; de trabajar en Eurodisney durante 18 años (en su hotel más icónico, el 5 estrellas rosa, y como formador de personal) a ejercer desde hace seis como profesor nativo de francés en una reconocida academia del paseo de Zorrilla (Atlantis); y desde hace cinco, también traductor para alumnos galos en un centro privado de FP (Lyceum).
No fue casual que Matthieu se mudara a la capital vallisoletana, ya que es la tierra donde nació su mujer, que había emigrado a Francia años antes de convertirse en pareja. La conoció en 2001, cuando ambos trabajaban en Eurodisney.  

Trece años después llegaba a este mundo su hijo. Sus papás sabían que «algo» le pasaba, pero visitaron unos cuantos médicos en Francia sin que ninguno acertara con el diagnóstico, hasta que recurrieron a un centro en Salamanca donde confirmaron sus sospechas: autismo. «Les sorprendió que no se lo detectaran en Francia, pero así fue», relata; entre otros motivos, «porque hay pruebas que se hacen aquí y allí no». De modo que, después de aquello, en 2017 decidieron mudarse a la capital vallisoletana: «Sabíamos que nuestro hijo estaría mucho mejor atendido. No sé si la gente valora lo buena que es la sanidad en España», piensa. «Mucho mejor que la de Francia, donde hay Seguridad Social y mutuas, pero no centros de salud como aquí, sino consultas privadas en las que, además, pagas una parte por adelantado para que meses después te devuelva el dinero el Estado», cita como ejemplo.

«La seguridad que hay en Valladolid también es increíble, y esa fue otra de las razones para venir», pero relacionada con la primera, ya que pensaron sobre todo en la seguridad de su hijo. «En más de siete años aquí jamás nos pasó nada», lo cual puede no parecer un gran hito salvo que se venga de vivir «con tal nivel de conflictividad en muchos barrios de París y alrededores que la presión se sufre cada día».

De su experiencia en Valladolid sólo pone un pero,«que cuesta mucho hacer amigos si eres de fuera», opina. «Tengo conocidos con los que compartes cosas por las que tienes de qué hablar o tomar un café, pero amistad... La gente aquí es un poco seca al principio, y aunque luego se abre algo cuando te conoce y se nota que hay buen fondo, parece que se pongan límites si no eres amigo ya desde el colegio». Una dificultad que confía en superar con el tiempo, dado que «las cosas buenas de Valladolid son muchas más».