Es uno de los socios fundadores de la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva), y de hecho el único que queda, y ahora está al frente de la misma. La entidad celebra su 30 aniversario con una gala en el Teatro Calderón.
¿Qué significa el asociacionismo para el pequeño comercio?
Es fundamental, sobre todo en los tiempos que estamos viviendo. La unidad es más imprescindible que nunca, no solo para la defensa de nuestros intereses ante las administraciones sino por hacer eventos que pongan de relieve la importancia que tiene el comercio para la ciudad. Nuestro lema es que el comercio da vida a la ciudad. Nosotros lo evidenciamos con más de 60 eventos y actividades que hacemos a lo largo del año.
Dice que el comercio da vida, pero pasando por las calles esa vida cada vez se reduce más.
Concretamente hay 25% menos de tiendas. Esto es preocupante y se debe a la transformación que está viviendo el comercio. Tenemos retos muy importantes con la competencia de las ventas online, el avance de las grandes cadenas y franquicias, que transforman los centros en fotocopias, son todos iguales. Nosotros queremos poner en valor que el comercio autóctono es precisamente el factor diferenciador.
¿Se está trabajando en la adaptación a esos cambios?
Nosotros les vamos a ayudar. El comercio tiene un grave problema con el relevo generacional. Muchos negocios cierran porque jubilación y no tienen relevo. No lo hay porque la gente joven no ve oportunidades de emprender, y sin embargo sí la ven en negocios online. Incluso estamos viendo el retorno en sentido inverso, o sea que hay gente que está poniendo negocios electrónicos y luego abre el físico.
¿Y la cuestión de los horarios?
Cuando entré como presidente de Fecosva lo primero que propuse fue el abrir los sábados por la tarde. En este sentido, creo que la pandemia ha perjudicado porque muchas tiendas incluso han retrocedido en sus horarios habituales. Sería bueno ir recuperando los sábados tarde, que tradicionalmente era un buen día de compra.
¿Llegar en coche al comercio de centro es tan básico?
Es fundamental que los compradores lleguen en su vehículo particular al pequeño comercio. Hay que tener en cuenta que Valladolid ejerce como capital de Castilla y León, y muchos compradores vienen de la provincia, pero también de otras, y lo hacen en su vehículo. Y la prueba es que los parking del centro están llenos normalmente. Mientras no exista un transporte público más efectivo, la opción es el vehículo privado porque de lo contrario caeríamos en la inmovilidad.
¿Se ha notado mucho la marcha del centro de El Corte Inglés?
Cuando cerró se notó menos afluencia. Era un centro que ejercía como motor de atracción, sin ninguna duda. Esperemos que la alternativa sirva para recuperar esa influencia para la zona comercial por excelencia. En el centro es donde menos locales vacíos hay, pero es verdad que son los más caros. Y ahora los están llenando las grandes cadenas, que son las que pueden pagarlos. Eso está disparando los costes, pero el precio lo marca el mercado.
¿Qué consejo le daría a un futuro emprendedor?
Primero, que se informara bien, si no tuviera clara ya alguna idea clara. Y luego que tenga en cuenta que la ubicación es muy importante, además de estudiar no instalarse en una zona saturada del producto que quiere vender. Es fundamental intentar dar un buen servicio.
¿Eso es la clave de la longevidad de su negocio?
En mi caso también incluiría la atención personalizada. No es un tópico, es la clave del comercio, que debe ser fundamentalmente venta, pero sobre todo dar un servicio completo al cliente. Además está la calidad y la variedad de producto. Eso implica también una inversión.
¿Qué evaluación hace de los planes municipales de apoyo al comercio?
Con el Ayuntamiento acabamos de lanzar esta semana la novena campaña de los bonos del comercio, que ha sido y está siendo una muy buena herramienta para el pequeño comercio. Es una de las acciones más efectivas para impulsar nuestro sector porque además cumple dos funciones: una es la de que ayuda a vender y otra es que también beneficia a las familias en momentos donde la inflación todavía es alta. En la última edición se vio una subida en las ventas de productos de alimentación.
¿Cómo está el comercio de los barrios?
Hay barrios con mucho tirón, y otros que en los últimos años han concentrado la actividad en las vías principales. Eso pasa en la avenida de Segovia, la avenida de Palencia, la calle Cigüeña… Son ejes principales. Antes prácticamente todas las calles tenían alguna tiendecita, pero esas han sido las que primero han desaparecido.
¿Y en la provincia?
En Valladolid tenemos unos 500.000 habitantes, de los que 300.000 están en la capital y otros 100.000 en el alfoz. Y el resto, si descontamos Medina del Campo y algún otro núcleo como Peñafiel, son pueblos con poco más de 100 habitantes, donde no es rentable abrir un negocio. La Diputación puso en marcha una campaña de 'Comercio mínimo', en la que subvenciona tiendas pequeñitas, sobre todo de alimentación. Se ha visto que fueron fundamentales durante la pandemia para dar servicio sobre todo a la gente mayor. Creemos que por esa línea deben de seguir porque el problema de la despoblación persiste.
¿Apoyan las peatonalizaciones?
En todas las calles, no solo en las calles peatonales, se ve la disyuntiva entre hostelería y comercio. Creemos que somos complementarios, pero lo ideal es que haya una mezcla equilibrada para que podamos convivir. Creo que no es bueno que en una calle solo haya tiendas, lo óptimo es que complemente con la hostelería porque a nuestros clientes les gusta comprar algo, pero también tomarse un café o ir a comer a un restaurante.