Encierro contra los desahucios

M.R.I. / Agencias
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Unos cincuenta integrantes del 15M y varias familias vallisoletanas pendientes del embargo de su vivienda se encerraron ayer en dos oficinas bancarias del centro de la capital

Más de una veintena de personas del Movimiento 15M se encierran en una sucursal bancaria en Fuente Dorada. - Foto: ical

Decenas de activistas del 15M ocuparon dos oficinas bancarias del centro de la ciudad, en Fuente Dorada y en la calle Santiago, en protesta por las numerosos desahucios que se están registrando, una media diaria de medio millar en toda España y más de cuatro al día en Valladolid, según los manifestantes, que también convocaron una manifestación en la plaza de Fuente Dorada para pedir la aplicación de la dación en pago.


Una de las oficinas ocupadas está, precisamente, en Fuente Dorada, donde los manifestantes, un grupo de unas 23 personas, llegaron sobre 11.30 horas de la mañana. Un número similar ocupó otra sucursal en la calle Santiago, aunque aquí lo hicieron más tarde después de que agentes de la Policía Nacional les impidiera entrar en las oficinas centrales que esa entidad tiene en la calle Duque de la Victoria.


En ambos casos, mientras la actividad continuaba en las oficinas ante la sorpresa de los clientes, los concentrados expusieron los motivos de sus protestas, mientras algunas personas afectadas por ejecuciones hipotecarias comentaron su situación, como fue el caso de Encarnación, una vecina de la localidad de Íscar que mostraba su indignación al ver cómo su hijo, después de estar pagando durante cinco años una vivienda de protección oficial, está a punto de perderla tras quedarse en paro y no poder hacer frente al pago de la hipoteca.


Durante toda la tarde las dos oficinas estuvieron vigiladas por agentes de la Policía Nacional, mientras a las puertas otros manifestantes lanzaban consignas como que «los bancos son los verdaderos culpables y no hay que rescartarlos con dinero público».


Pasadas las 14 horas, representaciones de los manifestantes iniciaron negociaciones con los responsable de la sucursales, ya que ellos, según aseguran, protestan y piden justicia por casos concretos en los que el desempleo está detrás del impago de las cuotas de la hipoteca, y en los que menores se pueden quedar sin un hogar. En ambos casos las negociaciones no fructificaron.


Sobre las ocho de la tarde los ocupantes de la sucursal de la calle Santiago decidieron abandonar voluntariamente su encierro y se dirigieron a la concentración de apoyo al resto de compañeros, que estaba convocada en Fuente Dorada.


Mientras, en la oficina de la céntrica plaza, 15 integrantes del movimiento 15M y varios afectados por lanzamientos judiciales decidieron a la misma hora continuar con su encierro, aunque ocho de ellos salieron voluntariamente y se unieron a la concentración, que a esas horas reunía a varios centenares de personas. Durante algunos momentos, los manifestantes cortaron el tráfico y desplegaron una gran pancarta donde se podía leer ‘Stop desahucios’, para después realizar una sentada en la plaza.


Desde el interior de la oficina de Fuente Dorada, Luismi, uno de los ocupantes, aseguraba a El Día de Valladolid que los que han decido quedarse dentro no tienen «ni comida, ni agua, ni mantas para pasar la noche», pero que «han venido a luchar por la gente que necesita» su ayuda. Los manifestantes piden un «compromiso real» de las entidades bancarias para que «se arregle la situación».


La plataforma Stop Desahucios del movimiento considera que con estas protestas se puede conseguir una «solución  negociada» para seis familias que se encuentran en vías de desahucio «Ni podemos, ni  debemos consentir el atropello que el sector bancario está cometiendo  en este país», reivindican.


Además, aseguran que algunos casos son muy «llamativos» porque la deuda  global oscila entre los 800 euros de una  o los 2.400 de otra. Dicen que el caso de estas familias obligadas a desalojar sus viviendas ante la  imposibilidad de afrontar el pago de su hipoteca tras quedarse en  paro no es único,  «es algo que puede pasar a cualquiera y que está desembocando  incluso en casos de suicidio», concluyen.