La Diputación de Valladolid destinará 10.000 euros para implementar diversas iniciativas contra la soledad no deseada de personas ciegas en áreas rurales de la provincia, una propuesta "para llevar a cabo la colaboración entre las administraciones y entidades del tercer sector". Así lo ha señalado el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, acompañado con el delegado territorial de la ONCE en Castilla y León, Ismael Pérez, en la firma del convenio "innovador" entre la institución provincial y la ONCE, donde el objetivo es abordar "un problema muy creciente en la provincia de Castilla y León, y en España, que es la soledad no deseada", tal y como informó Europa Press.
Se trata del primer convenio de colaboración entre ambas instituciones para desarrollar el programa 'Lucha contra la soledad no deseada en personas ciegas de la provincia de Valladolid'.
En este marco, Íscar ha destacado que "la soledad no deseada es un fenómeno de importancia creciente, una cuestión prioritaria para las administraciones públicas y una responsabilidad compartida por el conjunto de la sociedad". Ha recordado que se estima que el 20 por ciento de la población española sufre soledad no deseada y que "curiosamente los jóvenes son los que más soledad padecen", a los que siguen el tramo de personas de más de 75 años.
Asimismo, los datos del Observatorio Nacional de Soledad no Deseada muestran que "la soledad no deseada es mucho mayor en las personas con algún tipo de discapacidad, colectivo en el que este problema afecta a más del 50 por ciento de estas".
Además, el presidente de la Diputación ha recordado que la institución provincial lleva desde los años 90 en lucha contra este problema a través de diferentes líneas, tanto dentro del programa de 'Envejecimiento Activo' como en el 'Plan Provincial de Juventud'.
También, desde el año 2017 han implementado diferentes programas específicos para combatir la soledad no deseada, como el programa proyecto 'Convive', en el que una persona mayor sola en Navidad convive con mascotas, entre otros.
Asimismo, ha señalado que la firma de este convenio con la ONCE tiene por objetivo "ofrecer una atención integral que facilite la autonomía personal a las personas ciegas de la provincia, al tiempo que se prestan los apoyos que precisen para su participación en actividades comunitarias, potenciando su rol como ciudadanos y su inclusión".
Por su parte, Pérez ha señalado que este convenio "es un paso importante", que "va a afectar al millar de afiliados a la ONCE en la provincia de Valladolid" y, la primera tarea será "detectar a las personas que pueden estar afectadas por esta situación, que ya las tenemos detectadas" y, en segundo lugar, "actualizar permanentemente ese listado de personas para no dejar a nadie atrás, porque este es un elemento vivo que cambia todos los días".
Así, ha indicado que "el siguiente paso es ver qué recursos tenemos en ese entorno, qué recursos podemos aprovechar y ahora no están aprovechando por mero desconocimiento, tanto en el ámbito público como en el ámbito privado". Y, por último, "implementar las medidas que permitan el acceso a cualquier tipo de recurso para combatir esa soledad no deseada".
Siete campos de actuación
El convenio suscrito este lunes, 16 de septiembre, se articula en torno a siete campos concretos de actuación, correspondientes con otras necesidades que se pretenden satisfacer.
La primera actuación es la integración de aquellos afiliados a la ONCE más alejados de los centros de prestación de servicios, principalmente aquellos que residen en el entorno rural, en iniciativas de su propio entorno, centros culturales, asociaciones de amas de casa y aulas de mayores, entre otros. Para crear a su vez una red social de apoyo que favorezca su participación social.
En segundo lugar, la orientación sobre opciones de accesibilidad que favorezcan su autonomía, con especial atención a las personas con sordoceguera.
La tercera línea de trabajo busca el fomento del voluntariado, incluido el telefónico y las opciones de conexión simultánea multilateral con varios afiliados al tiempo, para favorecer los contactos entre ellos, así como procurar la incorporación al programa de voluntarios con conocimiento de la lengua de signos y dactilología.
En cuarto lugar, se abordará, mediante la impartición de cursos y talleres, la mejora de los recursos psicológicos y emocionales para afrontar la soledad, especialmente en momentos concretos como el paso a la jubilación, los cambios de domicilio o de ciudad, y los procesos de duelo, entre otros.
En la siguiente línea, se va a trabajar, también a través de cursos y talleres, en la mejora de las habilidades sociales, la alfabetización digital y el uso de las nuevas tecnología, para prevenir o atenuar el impacto de la soledad.
Del mismo modo, otra de las medidas consiste en favorecer la creación de grupos de intereses compartidos que aborden actividades en común, como pueden ser las visitas culturales con la posible colaboración del servicio de voluntariado.
Por último, la séptima medida potenciará el desarrollo de actividades de solidaridad e intercambio generacional.