Telefónica prescindirá de 54 empleados en Valladolid

David Aso
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Todas las salidas previstas en el ERE se podrán cubrir finalmente con voluntarios, sin que la empresa tenga que recurrir a despidos forzosos

Edificio de Telefónica en Huerta del Rey. - Foto: Ical

El expediente de regulación de empleo que ejecuta Telefónica conllevará la salida de 54 trabajadores de Valladolid de sus tres principales filiales españolas: 51 de Telefónica de España, dos de Móviles y uno de Soluciones. Prescindirá de esta manera del 21% de su plantilla sujeta a convenio, que pasará de 260 a 206 efectivos en esta provincia, pero al menos lo hará sin aplicar un solo despido forzoso, a pesar de que se había reservado tal opción en caso de no alcanzar el cupo esperado. 

De hecho, durante el plazo de adscripción voluntaria (del 9 de enero al 8 de febrero) se apuntaron tres trabajadores más, pero la empresa les ha denegado el cese por considerar necesaria su continuidad, al ser parte de departamentos críticos o no excedentarios, tal y como les ha comunicado en los últimos días. Asimismo, había otros nueve en Telefónica de España que, pese a cumplir los requisitos para salir, querían continuar y podrán hacerlo.

Cuando las salidas se hagan efectivas, en principio con fecha 29 de febrero, la plantilla en Valladolid de Telefónica de España bajará de 201 a 150 efectivos; la de Móviles, de 26 a 24; y la de Soluciones, de 33 a 32. Y a expensas de que, a partir de abril, unos 60 empleados sean reubicados por el próximo cierre del call center del 1004 de Valladolid, cuyo servicio será externalizado.

El balance de Valladolid prácticamente clava el registrado a nivel nacional, con 3.420 trabajadores que saldrán (el 21% de la plantilla) y todos de forma voluntaria, hasta el punto de que 3.640 solicitaron dejar la empresa y 220 no podrán hacerlo. «Viene a confirmar que las condiciones que negociamos fueron buenas», valora el presidente del comité de empresa y responsable de la sección sindical de CCOO de Telefónica de España en Valladolid, Juan Carlos Barberán. «Desde luego, mejores condiciones de salida que las que plantearía cualquier otra empresa del sector», añade, sin dejar de lamentar que, obviamente, lo mejor habría sido no perder un solo puesto de trabajo. 

Telefónica firmaba el ERE con los sindicatos el 3 de enero con previsión de 3.421 bajas (una más de las marcadas ahora). Lo ratificaron tanto UGT como CCOO y Sumamos Fetico, después de cuatro semanas de negociaciones en las que la empresa aceptó reducir la afectación del despido colectivo en un 33%, ya que de inicio planteó 5.124 bajas (1.703 más). Los nacidos en 1968 saldrán con el 68% del salario hasta los 63 años y un 38% hasta los 65; los de 1967, 1966, 1965 y 1964, con un 62% hasta los 63 y un 34% hasta los 65; y los nacidos en 1963 o antes, un 52% hasta los 63 y un 34% hasta los 65. En todos estos casos, a tales condiciones se suma una prima de voluntariedad de 10.000 euros.

Además, se incluye la reversibilidad de las rentas, de modo que, en caso de fallecimiento del trabajador, los herederos percibirían las indemnizaciones que tuviera entonces pendientes. También el abono del descuento de la Seguridad Social del empleado durante el paro, el seguro colectivo hasta los 63 años y la póliza de salud básica al 100% hasta los 63, o mientras se abone el Convenio Especial de la Seguridad Social.

En total, el ERE le costará a Telefónica entre 1.600 y 2.000 millones, según una estimación de la empresa de servicios financieros GVC Gaesco, con un coste medio de entre 468.000 y 585.000 euros por trabajador. Precisamente, una cantidad similar a la que le decidió asumir el Gobierno en diciembre para comprar el 10% de Telefónica y convertir al Estado en su accionista mayoritario.

El grueso de las salidas se ha fijado para el 29 de febrero, pero el ERE continuará abierto hasta el 31 de marzo de 2025.