«Lo que más me costó fue adaptarme al clima»

D. Núñez
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La colombiana Brigitte Tiuso lleva un cuarto de siglo en Valladolid y actualmente juega en el club Inclusport de balonmano en silla de ruedas

La colombiana Brigitte Tiuso Hoyo. - Foto: J. Tajes

Brigitte Tiuso Hoyo (Colombia 1973) escogió venir a Valladolid hace ya 25 años para continuar con sus estudios porque vio que ya era una ciudad en que iba a  poder moverse con su silla de ruedas de forma independiente. Un accidente en su país natal le provocó una discapacidad. Estudiaba Ingeniería Química y su ilusión era trabajar en refinerías de petróleo o en industrias de este tipo. Tras ese suceso, su cuerpo no le iba a acompañar en empleos de este tipo y se enfocó en otros posibles trabajos, como las simulaciones. Lo cierto es que esa discapacidad no la frenó ni lo hace ahora. Se ha dedicado en cuerpo y alma a cuidar de su hija y, ahora que ya es mayor, Brigitte ocupa parte de su tiempo a practicar el balonmano en el club Inclusport.   

Fue en el año 2000 cuando decidió dar el salto a España para continuar con su formación académica. La idea era hacer un doctorado y la aceptaron en Salamanca, Sevilla y Valladolid. Su preocupación hace 25 años era elegir un lugar al que poder llegar y ser autónoma en su silla de ruedas. Y fue en esta última ciudad donde encontró las mejores condiciones para ello. De hecho, le adaptaron una habitación para que tuviera un baño completo en la residencia de estudiantes. Y no se arrepiente de esa decisión. «Lo que más me costó fue adaptarme al clima, pero soy una más de aquí», asegura. Es más, dice que, aunque no ha perdido su acento del todo, está dejando esa dulzura y adoptando el tono de Valladolid. «Me asenté y me siento de aquí». 
De hecho, solo ha estuvo fuera de España durante unos meses para dar a luz en Colombia. Y cuando su hija empezó a levantarse y dar sus primeros pasos, volvió a Valladolid. Subraya que es una ciudad plana y puede moverse con su silla sin problemas. Ha visitado otras ciudades, como Madrid, Barcelona o San Sebastián, pero aquí tiene autonomía. 

Brigitte reside en La Rondilla y adora su barrio. Afirma que tiene todos los servicios a un paso y acceso a todos. Lo único que le falta es un garaje adaptado que no encuentra. Y es que afirma que los vehículos van muy rápido y a veces es complicado salir del coche y montar la silla en plena calle. Su lugar favorito también está aquí: el parque Ribera de Castilla, donde su hija empezó a caminar. En cuanto a la comida, le gustan todos los platos, desde un cocido al jamón. Pero, si tiene un antojo, siempre es de churros con chocolate. 

Además, en 2022, tras una sugerencia de una vecina, empezó con el balonmano.  Ya había practicado otro deporte, pero se hizo daño con la silla y dudaba si volver a una pista deportiva. «Le perdí el miedo y jugar es una manera de salir de la rutina y sentirme viva».