La pandemia se diluye, se esfuma poco a poco después de 18 meses de batalla contra el coronavirus, aunque nadie se atreva todavía a cantar victoria, por mucho que más del 80% de los vallisoletanos tenga administrada la pauta completa de la vacuna. Será el avance del otoño y la llegada del invierno lo que va a determinar si esto es el epílogo del covid o solo el final de una quinta ola que se ha anotado 13.000 de los más de 67.000 positivos que acumula este virus en Valladolid.
Septiembre suma 600 contagios y una treintena de muertos, pero la realidad epidemiológica coloca a la provincia cada vez más cerca del pleno control de la pandemia. Los 52 puntos de incidencia acumulada actual no solo es la ratio más baja de todo el año, sino que hay que remontarse hasta agosto de 2020 para encontrar algo similar.
La cosa va tan bien, que 206 de los 225 municipios vallisoletanos (más del 91%) ya han alcanzado una fase aún mejor, esa en la que el SARS-CoV-2 se ha convertido en historia después de conseguir que su tasa de incidencia acumulada a 14 días esté en cero, lo que significa que llevan al menos dos semanas sin declarar positivos. Evidentemente, la inmensa mayoría son pequeñas localidades, pero también aparecen algunas bastante más pobladas, como La Cistérniga, Aldeamayor y Santovenia, así como otras de entre 1.500 y 3.500 habitantes, que es el caso de Cabezón, Fuensaldaña, Mayorga, Portillo, Viana de Cega y Villanubla, por ejemplo. En concreto, hay algo más de 86.000 vallisoletanos residiendo en zonas sin contagios, lo que supone el 16% de la población.
LAGUNA, ARROYO, ZARATÁN Y BOECILLO
Los siguientes en incorporarse a esa lista, y que también arrojan ratios de incidencia de ‘nueva normalidad’ al estar por debajo de la tasa de 25 casos por 100.000 habitantes, serán (si nada se tuerce) Laguna, Arroyo, Zaratán y Boecillo. Si se suman los 53.000 vecinos de estos cuatro, la cifra de vallisoletanos que vive en territorios en los que el virus está bajo control rozaría ya los 140.000 y supone el 27% del total.
La capital también va acercándose a esos números en los que ya están las principales localidades del alfoz. Valladolid y otros seis municipios conforman el grupo que todavía está en zona de riesgo ‘bajo’, ese que el ‘semáforo covid’ establece cuando la IA 14 días se mueve entre 25 y 50 puntos. Cigales, Simancas, Medina de Rioseco, Tordesillas, Mojados y Olmedo acompañan a la capital en esa desescalada que les va aproximando a la zona de control del virus y que aglutina al 63% de la población; algo más de 330.000 personas.
Así las cosas, los últimos datos de la Consejería de Sanidad sitúan a solo ocho pueblos en incidencias medias, altas o extremas, es decir, en ratios que alertan de una falta de control del virus, aunque, en la práctica, toda Castilla y León viva desde el pasado martes sin apenas restricciones, al haberse declarado la situación de ‘riesgo controlado’. Los ocho suman poco más de 50.000 habitantes (11%).
Cuatro de esos ocho municipios se encuentran en la franja de los 50 a 150 puntos de incidencia: Medina, Tudela, Íscar y Pedrajas. Allí viven cerca de 40.000 personas (un 7%) y todos ya en tendencia a la baja.
Igual ocurre en Renedo, donde sus más de 3.800 vecinos soportan una IA 14 días de 157, después de que la primera semana de septiembre dejara un rebrote que la elevó a los 300 casi. En Serrada, en cambio, la tendencia es ascendente y llega al fin de semana en 181.
La lista se completa con Nava del Rey y Peñafiel. Las dos localidades arrastran semanas de descontrol de los contagios, coincidiendo con sus ‘no fiestas’. Peñafiel sufrió su rebrote el 26 de agosto, once días después de la patrona, iniciándose una escalada que ya parece haber tocado techo, aunque todavía está por encima de los mil puntos. En el caso de Nava del Rey, su día grande fue el 8 de septiembre y fue ahí cuando la incidencia se llegó a acercar a los 3.000 puntos, por los 500 actuales. Los poco más de 7.000 habitantes de ambos municipios suponen el 1,3% de la población de la provincia y son los únicos que todavía viven en una zona de riesgo ‘extremo’ de contagio.