Endrick vive en la Copa del Rey su gran momento en su primera temporada en el Real Madrid. Cuatro titularidades de cinco posibles, divididas en 351 minutos, 140 más que los que suma entre LaLiga y la Champions. Y está respondiendo. El pasado martes logró su quinto gol en la competición, fue ovacionado al ser sustituido y sufrió para vivir su cuarta final con la camiseta blanca.
El brasileño sabía que tenía ante sí su gran oportunidad con miras al último tramo de la temporada. Con un protagonismo residual desde la ida de las semifinales ante la Real Sociedad -en la que marcó el tanto de la victoria- al sumar solo 24 minutos en tres partidos y sin jugar en los cuatro restantes, le llegó su momento.
Avisó Ancelotti en la previa de que tenía opciones de volver a ser titular, aunque eso relegase a todo un Kylian Mbappé a la suplencia. «Endrick no está preocupado, está muy contento y trabajando muy bien. Estoy encantado con él, cuando he podido le he dado minutos y siempre los ha aprovechado. Le veo motivado, puede tener opciones porque en la Copa del Rey lo ha hecho muy bien», respondió el italiano.
Y cumplió. Gol en su tercer disparo, el primero entre los tres palos, que permitió al bloque merengue recuperar la ventaja en el cruce tras el tanto previo de Ander Barrenetxea para los visitantes. Eso sí, se marchó del campo en el minuto 66 con 1-1 en un encuentro que finalizó con 4-4 tras la prórroga.
Pase con el exterior de Vinícius Júnior al espacio y Endrick aprovechó las dudas en la salida de Álex Remiro para colocarse el balón en su pierna más hábil, la zurda, y picar el cuero ante el guardameta para anotar su quinto gol en Copa del Rey.
«Cuando 'Vini' me mete el balón creía que el portero iba a salir. Pensé en tirar fuerte, pero al mirar al meta sabía que iba al suelo. La única opción era la picada y ha salido bien», explicó el delantero.
Su 'jardín'
Celebración con baile y beso al escudo incluido para un futbolista que encuentra en la Copa su refugio. El brasileño solo se quedó sin marcar en el que era, a priori, el día más propicio para hacerlo: en dieciseisavos, ante la Deportiva Minera, un duelo en el que se le vio precipitado buscando ese tanto que sí ha encontrado en el resto de enfrentamientos.
Se sacó la espina con un doblete al Celta en la prórroga de octavos de final para dar al Madrid la clasificación a la siguiente ronda. En la victoria ante el Leganés de cuartos también aportó. Fue el autor de la única diana del primer capítulo de la semifinal en San Sebastián y repitió en el segundo. Su siguiente reto: repetir en la gran final de La Cartuja del próximo 26 de abril. Palabras mayores.
Un gran rendimiento en Copa que, eso sí, no le hace disfrutar de más protagonismo en otras competiciones. Y Ancelotti, el pasado lunes, le mandó un mensaje de calma. «Más allá de la competencia, a Endrick no le falta nada para jugar, es un problema de plantilla, con jugadores que son de una calidad extrema», aseguró el técnico.