Una pipa de fumar, primeras ediciones de algunos de sus libros -'Versos prohibidos', 'A la orilla de un pozo' o 'La Sinrazón'- así como una carta inédita para María Zambrano son algunos de los objetos que la familia de la escritora Rosa Chacel ha dejado hoy en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes.
El Instituto Cervantes continúa con su empeño de homenajear a la Generación del 27 y, tras acoger los legados de García Lorca, Luis Cernuda, Pedro Salinas o María Zambrano, esta mañana le ha tocado el turno a la autora Rosa Chacel.
Autora cuyo legado, según el director del Cervantes, Luis García Montero, hace que "nos contaminemos de la calidad literaria y cultural que enriquece nuestros valores y nos compromete con muestro futuro".
Según ha contado García Montero, a Chacel (Valladolid, 1898 - Madrid, 1994) se la recuerda por "la importancia de su literatura y porque este año se cumplen los 30 años de su fallecimiento", por lo que la biblioteca de la sede de Porto Alegre (Brasil), país en el que se exilió durante la Guerra Civil, lleva su nombre.
"Leyendo sus diarios, en una anotación de 1968, leí una reflexión que me interesó mucho por la situación de la democracia en el mundo y de los valores que occidente puede representar: 'Lo que pasa es que cuando un occidental lleno de pasiones tiene que meter las revueltas en un cofre para vivir cree que van a conservarse tal y como eran, y no, no queda ni una incontaminada'", ha recordado García Montero.
En representación de la familia de Chacel ha estado Jamilia Caetano, su nuera, quien no ha podido hablar por la emoción, mientras que Antonio Piedra, director de la Fundación Jorge Guillén, ha detallado que la carta inédita que se ha legado al Cervantes es una que Chacel escribió a María Zambrano tras 40 años sin intercambiar ninguna misiva desde la Guerra Civil.
En concreto, en estas páginas de Chacel -una 'autora contagiosa', según Piedra- se deduce el porqué de esa ruptura entre ambas autoras, las visiones distanciadas sobre el feminismo.
"Con Rosa se podía hablar de lo divino y humano, con Zambrano solo de lo divino", ha puntualizado sobre esta autora que afirmó que "el hombre y la mujer sirven por igual a la eternidad".
Además de esta carta la caja 971 contiene desde hoy una de las pipas que utilizaba Rosa Chacel, las primeras ediciones de libros como 'La Sinrazón', 'A la orilla de un pozo' 'Saturnal', 'Desde el amanecer' o 'Versos prohibidos', y la placa que el Ministerio de Cultura le otorgó en 1987 por el Premio Nacional de las Letras.s profundamente feministas, su planteamiento ideológico y progresista fue diferente", ya que "Chacel era absolutamente pragmática", mientras que María Zambrano "creaba en las nubes, en el cielo, su discurso poético".