Las protestas de agricultores y ganaderos llegarán este sábado a Valladolid, inmersa en la gala de los 38 Premios Goya, pero no lo harán con una tractorada, como parecía la intención durante las últimas jornadas, sino con una movilización a pie para hacer oír sus reivindicaciones, permitiendo así que la entrega de los premios se celebre con normalidad.
Las convocatorias a través de redes sociales, la vía por la que se han realizado toda esta semana de protestas, animaban a los agricultores y ganaderos a acercarse a la Feria de Valladolid a las 17:00, aparcando en el aparcamiento, para realizar una concentración a pie coincidiendo con la alfombra roja, que se iniciaba a las 17:40. Tal y como informa Efe, también se indicaba que quien quisiera podía llevar banderas de España y chalecos amarillos, que se han convertido en un símbolo de las protestas de los agricultores independientes, tanto los que se organizan bajo la Plataforma de Agricultores y Ganaderos 6F como los que dicen ir por libre, en organización asamblearia.
Así, poco después de las 18.00 horas eran unos 150 agricultores y ganaderos los que, llegados de varios puntos de Castilla y León, se concentraban ante la Feria, según informaba Ical, aunque fueron en aumento hasta llegar a unos 600, según estimaba la Subdelegación del Gobierno a las 20.30 horas. Y efectivamente, con chalecos amarillos y acompañados de bocinas, cencerros, silbatos y numerosas banderas de España, los asistentes se dejaron ver y escuchar para visibilizar los problemas que atraviesa el sector en una cita tan relevante como la entrega de los premios al cine español.
En algunas de las proclamas se podía leer frases como: "El campo no se vende", "abajo la Agenda 20230", "renovables sí, pero no así". Además, desplegaron una bandera de unos 20 metros de largo en el aparcamiento, blindado por un gran operativo policial. Los concentrados contaron con la presencia del consejero de Industria, Comercio y Empleo de la Junta, Mariano Veganzones (Vox), que se dejó ver sobre las 17 horas en la plaza Juan Pablo II, desde donde llegaron a pie varios de los manifestantes.