No todo es oro lo que reluce en la llamada visa dorada, una transacción inmobiliaria eliminada ayer en Consejo de Ministros y  que permitía lograr la residencia española a cambio de comprar una vivienda de medio millón de euros. 

Según se desprende del portal Transparencia Internacional, la Golden Visa podría conllevar numerosos riesgos, desde el blanqueo de capitales, la evasión de impuestos o hacer de ello un negocio.

Así, un informe de esta firma señala que sin los debidos controles los visados dorados pueden proporcionar una gran oportunidad también para alterar identidades; huir a jurisdicciones sin extradición; acceder ilícitamente a sistemas financieros; cometer fraudes; y diferentes tipos de delitos financieros.

En el caso de España, el estudio  revela las mismas debilidades y sostiene que el país presenta vulnerabilidades tanto en el diseño del programa, la regulación, la implementación, así como en el control, seguimiento y aplicación de medidas correctivas.

De esta forma, apunta que no existen medidas con la suficiente diligencia y que hay una falta de investigación de antecedentes pormenorizada y de verificación del origen de los fondos.

La organización, que se dedica al movimiento anticorrupción y que está presente en España desde 2006, denuncia la falta de regulación adecuada y el insuficiente intercambio de información entre los distintos organismos. También la falta de control a intermediarios, agentes y facilitadores, y la existencia de un silencio administrativo positivo «absolutamente peligroso» para la concesión de estos permisos.

En este sentido, la empresa incide en que este silencio conlleva que en la práctica se termine concediendo estos visados a inversores foráneos sin un análisis de los requisitos al querer primar la flexibilidad y la agilidad en estos casos.

Transparencia Internacional sostiene, además, que este procedimiento a cambio de la compra de inmuebles se ha convertido en un negocio, lo que explica por qué la migración de inversiones es una industria en crecimiento.

También indica que pueden vulnerar el derecho a la igualdad, otorgando un trato diferenciado a los extranjeros que cuentan con un determinado poder adquisitivo para invertir en el país, en detrimento de los que deben seguir los trámites ordinarios para alcanzar la residencia.

Chinos, iraníes y británicos

La institución critica también la falta de transparencia y de información respecto a la concesión de estas visas doradas. En su informe apunta que entre 2008 y 2018, la UE acogió más de 6.000 nuevos ciudadanos y cerca de 100.000 nuevos residentes a través del procedimiento de evaluación de los visados dorados. En 2018 España, junto a Hungría, Letonia, Portugal y el Reino Unido, era uno de los que había otorgado más visas doradas.

Durante los últimos 10 años, el país concedió cerca de 6.200 visados a inversores de todas las nacionalidades, siendo los chinos los más beneficiados (2.712), por delante de rusos (1.159), iraníes (203) y ciudadanos del Reino Unido, con 177 visados.