Sus pequeñas cosas ya están en el cajón más preciado del Cervantes, y aunque sintió dejarlas, sabiendo que no podrá volver a sacarlas «para pasearlas por el Retiro», sabe que sus tesoros están a buen recaudo. La partitura original de la canción Mediterráneo, el primer disco que grabó en 1965, una antología poética de Miguel Hernández que compró «de contrabando» y una máquina de escribir son el legado que Joan Manuel Serrat depositó ayer en la Caja de las Letras del Instituto.
Visiblemente emocionado, el cantautor agradeció el «homenaje que es dejarme en vida entre tan buenos muertos» al guardar en la caja 1.276 estos cuatro objetos «tan representativos» de un oficio que «me ha hecho muy feliz y me ha permitido expresarme, comunicarme y encontrarme con los demás».
Fiel a su estilo, el artista afirmó que es «estupendo» utilizar las cajas del banco central para depositar cosas más importantes que las que hubo depositadas en sus tiempos. «Sueños, fantasías, pensamientos, arte, pero arte vivo. Arte de aquel que pueda estar en contacto con la gente», recalcó.
En la ceremonia, expresó su cariño por la máquina de escribir depositada, la primera portátil que tuvo y que le ha acompañado en «muchos viajes por el mundo». Con ella, escribió poemas, cartas y canciones en las que plasmó sus sueños. «Ha sido una gran compañera, llenó mi vida y llenó muchas horas en las que los sueños tenían ganas de plasmarse en papel».
Premio de los editores
Antes de abrir el cajón que ahora atesora sus recuerdos, Serrat recibió en la sede del Cervantes el XXIX Premio Antonio de Sancha que otorga la Asociación de Editores de Madrid, y aprovechó el reconocimiento para dejar claro que puede volver «en cualquier momento», así que pidió que nadie le dé «por muerto». Tras estas palabras, confesó que espera que haya un nuevo disco, al tiempo que pidió a la industria que busque «fórmulas» que favorezcan a los artistas y no a las plataformas.
«Espero ser capaz de comunicar estas canciones alpúblico porque las fórmulas que existen no me parecen en favorables a los que hacen canciones, más bien favorecen a las plataformas», sentenció.