Llega a la secretaría autonómica, a pesar de ser de Valladolid. ¿Le ha penalizado el hecho de ser vallisoletano, algo que para otros cargos se tiene muy en cuenta?
Bueno, no sé si me ha penalizado, pero tengo una fuerte influencia y raíces en León. Nací en Ávila por cuestiones del trabajo de mis padres, pero mi madre es de Algadefe y mi padre procede de Calzadilla de los Hermanillos, en la comarca leonesa de Sahagún.
Yo creo que el hecho de ser de Valladolid, en este caso, no pesa, sino que incluso es un activo porque yo he sido secretario general de Valladolid, he estado en la comisión ejecutiva autonómica y todos los compañeros han reconocido el trabajo y la labor que he hecho tanto en la provincia como a nivel autonómico. Creo que eso es lo que ha primado mucho más que el territorio en el que esté viviendo ahora mismo.
¿Qué retos y objetivos se plantea para los próximos años desde la dirección autonómica de la organización juvenil del PSOE?
El principal reto es reconectar con la gente joven, que entiendan que en Castilla y León se pueden hacer las cosas de otra manera y que hay un futuro todavía en la Comunidad. Esto es básico para que nos puedan dar su confianza en las próximas elecciones y a través de de ello poder revertir las políticas llevadas a cabo en Castilla y León, que están expulsando mucho a a los jóvenes de aquí. Hay que reconectar con ellos para que entiendan que la política sí que es útil y que la izquierda puede ofrecer soluciones a los problemas de la Comunidad.
¿Considera que la polarización, la confrontación y la bronca política que hay a nivel nacional les perjudica a los socialistas en las elecciones a los ayuntamientos de la provincia y a la Junta?
Sí, en Valladolid y en otros muchos municipios, donde la gestión estaba siendo muy buena, quizás el el foco nacional apartó un poco la mirada de la cuestión municipal. Esta dinámica nacional tuvo un impacto muy fuerte en el resultado de las últimas elecciones en ayuntamientos como el de la capital. Y yo creo que el PSOE que es un partido de centro izquierda, que gobierna desde la izquierda, pero siempre con una mirada en el centro y en las cuestiones territoriales, se ha visto muy afectado por esta política de confrontación llevada a cabo en los últimos años.
Y ¿qué necesita cambiar el PSOE para poder gobernar Castilla y León después casi 40 años sin hacerlo? ¿Es suficiente el cambio de candidato con la llegada de Carlos Martínez o necesita algo más?
En este próximo congreso autonómico, los socialistas vamos a afrontar una renovación ideológica muy grande que trate de abordar y resolver los problemas de la gente. La cuestión territorial siempre le ha penalizado al PSOE, pero no tengo la varita mágica con las soluciones. Más allá de esto, necesitamos pisar mucho el territorio, trabajar mucho, conocer los problemas y explicarle a la gente que sí tienen soluciones.
Nosotros somos conscientes de de la dificultad que tiene Castilla y León, de su idiosincrasia, de sus municipios pequeños, de unas cabeceras de comarca que empiezan a estar ya abandonadas. Y precisamente queremos cambiar el modelo territorial para solucionar los problemas de la gente y de esa manera poco a poco ir conectando con muchas personas que, en principio, no nos votarían nunca en unas elecciones generales, pero que en unas municipales nos han votado muchas veces y quién sabe si también lo pueden hacer en unas autonómicas.
Hablando de los problemas de esta tierra desde la visión de un joven y castellano y leonés, ¿considera que la despoblación tiene solución o es inevitable el éxodo de la juventud hacia las ciudades y los grandes centros urbanos e industriales?
Soy uno de los pocos castellanos y leoneses y jóvenes que quiere y ha podido quedarse. Afortunadamente saqué unas oposiciones y he podido quedarme. Tenemos que empezar a ser conscientes de que única y exclusivamente la sanidad y la educación no pueden solucionar los problemas de los municipios. Tenemos que ser capaces de sacar cosas de las grandes ciudades, incentivar que medianas empresas lleven sus centros de producción y generen empleo en cabeceras de comarca o municipios de tamaño medio como Medina del Campo, Medina de Rioseco o Peñafiel.
Obviamente quien quiera trabajar en una gran consultora es difícil que se pueda quedar en Castilla y León, pero por ejemplo un ingeniero puede dedicarse, no solo a las placas solares, sino al sector vitivinícola, a las palas eólicas en Medina del Campo, a la automoción... no tienen por qué estar solamente en las grandes ciudades y creo que fomentando un empleo bien remunerado habrá gente se quedará a vivir. Por ejemplo, si hubiese buenos puestos de trabajo en Sahagún, a lo mejor la gente de mi pueblo, Calzadilla, en vez de irse a vivir a León se quedaría donde ha nacido, se ha criado y donde muchos quieren hacer su vida.
El empleo es un factor fundamental, pero ahora se habla de la vivienda como el mayor problema para emanciparse. ¿Cómo lo ve desde su perspectiva y qué se podría hacer?
No es lo mismo el problema en Segovia que en El Espinar o en Salamanca que en Medina del Campo o Medina de Rioseco. En los municipios más pequeños, muchas veces los propietarios no ponen las viviendas en alquiler, mientras que Salamanca tiene un gran motor económico que es la universidad y la numerosa presencia de estudiantes hace que el precio se dispare.
Respecto a la emancipación, hay un factor muy importante que es la incertidumbre, no saber si me voy a poder quedar. Cuando compras una casa, más que cuando la alquilas, lo que estás es, de alguna manera, hipotecando tu vida a ese municipio. Esa incertidumbre no da pie a la compra, pero es que el alquiler cada día está más caro. Ahora mismo estamos ya sobre los 300 euros por una habitación barata en Valladolid.
Yo creo que los nuevos pisos que se han ido construyendo en el último mandato municipal y los que está impulsando la Junta van a reflejar que la juventud sí que se quiere emancipar, lo que necesita es un poco de ayuda. Las administraciones tienen que apostar por la vivienda pública en alquiler para jóvenes y precios asequibles de venta.
Entrando en el ámbito político, ¿comparte totalmente las políticas del presidente del gobierno y secretario general del PSOE?
Por supuesto, creo que las políticas del Gobierno en materia de empleo, vivienda, sanidad, educación, etc han cambiado la vida de la gente y han sido positivas para la inmensa mayoría de los españoles y sobre todo de la juventud.
¿Eso incluye la ley de amnistía, el pacto con Junts y Bildu o la financiación diferenciada con Cataluña?
A ver, el presidente ha hablado de la financiación diferenciada, pero hay que recordar que en los últimos años las comunidades autónomas han recibido más fondos transferidos desde el Gobierno. Sobre los pactos, la aritmética parlamentaria es endiablada y exige llegar a acuerdos con con muchos partidos. Yo creo que vamos a ver antes la foto de Feijóo con Puigdemont que la de Pedro Sánchez con él.
Ha sido hasta ahora secretario general de Juventudes Socialistas en Valladolid, ¿cómo ve la política municipal en estos momentos?
Yo creo que ha habido una involución en la ciudad, se ve en muchas cosas. Creo que la reversión de los carriles bici se podría haber hecho de otra manera o incluso no haberse llegado a hacer. Entiendo que cuando un partido político lleva determinadas medidas en su programa las tenga que ejecutar, pero la ciudadanía de Valladolid está viendo cómo ponen pegas a la integración ferroviaria cuando saben que el soterramiento es inviable, cómo ponen problemas a las peatonalizaciones y a los carriles bici... todo eso va a ser perjudicial para la mayoría de la ciudad. Y eso lo percibe la gente.
¿Cuáles son los motivos entonces de que el PSOE no gobierne la Diputación, el ayuntamiento de la capital ni casi ninguno de los municipios grandes de la provincia?
Desde Juventudes Socialistas hemos reflexionado sobre ello y quizás el principal problema es que nos cuesta conectar con la gente y hacerle ver que nuestro programa es el que más se adecúa a los intereses de los municipios. Cuando hemos llegado a los gobiernos, en ayuntamientos de tamaño medio como Mojados, Cabezón o Portillo, el modelo de gestión ha tenido éxito y se ha visto reflejado en las siguientes elecciones. Yo creo que hay que pisar mucho la calle, escuchar a los vecinos para detectar las necesidades y así hacer un un buen programa político.
Los problemas son los mismos para una persona de izquierda o de derechas, la diferencia está en la forma de abordarlos y darles soluciones. Si nosotros somos capaces de ofrecerles soluciones a sus problemas, pues ésa será la clave del éxito.
Para concluir, como vecino de Valladolid y joven, ¿cuál sería la primera medida que adoptaría en la capital si estuviera en su mano?
Mi percepción, a través de lo que detecto por mis amigos, es que la ciudad debe ser más accesible a los peatones. El coche debe ser un actor secundario para los vallisoletanos, los jóvenes quieren moverse andando por el centro y se ve que en las calles peatonales hay más dinamismo y florecen las terrazas, el comercio.
Y para la gente que viene de la provincia sería fundamental contar con un buen sistema de transporte público, un consorcio de autobuses y bicicletas desde los municipios del entorno: La Cisterniga, Zaratán, etc.
Finalmente, habría que establecer aparcamientos fuera del centro para quienes lleguen en sus vehículos, porque todos no pueden dejar sus coches en los parking del centro.