Lágrimas en tres colores

Christian S. de la Blanca
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Fluminense tiene la opción de ganar la Libertadores bajo la novedosa dirección de Diniz y los goles de Cano

Lágrimas en tres colores

Cuando el árbitro del encuentro de vuelta de semifinales de la Copa Libertadores indicó el final, el estadio Beira-Rio de Porto Alegre cayó en un letargo sepulcral. John Kennedy y Germán Cano, en los últimos 10 minutos, remontaron ante Internacional una eliminatoria que parecía sentenciada para Fluminense, un conjunto habituado, para desgracia de su afición, a ser protagonista por acabar este tipo de partidos con lágrimas de tristeza en los ojos. Sin embargo, esta vez cambió el cuento. Marcelo, leyenda del Real Madrid, retornó a Brasil para dar sus últimos pasos en el fútbol y, tras hacer historia levantando Champions en Europa, puede llevar a un histórico como 'Flu' a su primera Copa Libertadores.

El exlateral merengue llegó a Río de Janeiro el pasado mes de febrero, se hizo dueño de la parcela izquierda de la defensa y lideró a su combinado al primer puesto de su grupo en la primera fase del torneo. Después, en el 'matamata', como conocen los sudamericanos a los cruces, su experiencia fue fundamental para guiar a un 'gigante' dormido hasta la final, dejando por el camino a históricos equipos del cono sur como Argentinos Juniors, Olimpia e Internacional.

Esa senda hacia el choque decisivo por el título, que se jugará el próximo 4 de noviembre, la recorrió, entre otras cosas, gracias a un goleador incombustible comoGermán Cano. El argentino, de 35 años, se hinchó a hacer dianas en Colombia, en sus aventuras en Independiente de Medellín, y llegó a Brasil avalado por ese acierto de cara a portería.

Sin embargo, descendió de categoría con Vasco da Gama y acabó recalando enFluminense. Ha sido en el inabarcable entramado cultural de Río de Janeiro donde ha encontrado su sitio ideal para brillar. El punta entró en la historia de la entidad carioca en 2022, pulverizando varias marcas a nivel realizador. De primeras, ayudó al club a conquistar el campeonato Carioca derrotando en la final a Flamengo, máximo rival de 'Flu', en la que anotó un 'hat-trick' que llevó a la 'torcida' tricolor al delirio más absoluto.

A su vez, también se convirtió en el máximo goleador del campeonato Brasileño, siendo el segundo futbolista extranjero en lograrlo tras PedroRocha en 1971, y rompió la barrera de dianas anotadas en un torneo desde que se disputa con 20 equipos con 26 tantos, superando los 25 de Gabigol en 2019. También fue el punta más prolífico en la Copa de Brasil. Por último, echó abajo el récord de más goles anotados en una misma temporada con Fluminense en el siglo XXI, con 44.

Pero, más allá del ariete argentino, el arquitecto de la hazaña de volver a meter al equipo de Río en una final, tras jugar la única en 2009, es su entrenador: Fernando Diniz. El preparador de Minas Gerais, seleccionador interino de Brasil desde el pasado julio, afrontó su segunda etapa en Fluminense en 2022 y ahí relanzó su carrera, convirtiéndose en uno de los técnicos de moda en Sudamérica.

Diniz es un estudioso empedernido de la táctica. Ha 'mamado' todo tipo de estilos de juego, por eso su 'Flu' ha adquirido un poco de todos para formar un sistema de juego de ataque funcional bajo un esquema 4-2-3-1. El dibujo es clásico, pero la forma  en la que sus jugadores se organizan no, ya que el lugar que ocupa la pelota lo dicta todo. 

Los jugadores de Fluminense se ubican en torno al balón, sin respetar la demarcación que, teóricamente, refleja el sistema, lo que genera un caos organizado sobre el césped. Esta disposición favorece la presión tras pérdida sin repliegue y la asociación en posesión con muchos futbolistas técnicos cerca del cuero. Este modo de juego tan llamativo y el rendimiento mostrado ha llevado a Fluminense a luchar para dejar de ser el único 'grande' que no ha levantado la Copa Libertadores.