El Ministerio de Hacienda, a través de la Dirección General del Catastro, anunció en 2023 su intención de «intensificar la lucha contra el fraude, para adecuar la descripción catastral de los inmuebles a la realidad». ¿Qué quiere decir esto o qué implica? Pues que este año se ha realizado un trabajo de inspección por parte del Catastro de Valladolid que acumula, de momento, 1.114 incidencias.
Los datos se han recopilado gracias a la colaboración con los ayuntamientos, que han recabado información de obras no declaradas, pero también gracias a las propias declaraciones de los titulares. El Catastro también cruza datos con notarios, registradores de la propiedad y otras administraciones. De este trabajo surgen los expedientes de resolución que «alteran» el valor de las viviendas tras la realización en las mismas de obras de reforma, ya sea para la instalación de ascensores, para aislamiento térmico o cualquier otra mejora.
Estas actualizaciones incrementan los valores de referencia de las propiedades. Una referencia que luego tiene un efecto importante en los tributos de base inmobiliaria, donde destaca el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Aunque también repercute en el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, (IIVTNU), más conocido como plusvalías.
En el caso de la capital, el recargo que se genera en el IBI ya ha llegado a 814 propietarios de pisos en 17 bloques de viviendas de cinco calles de Rondilla. Aunque en las próximas semanas llegará a más bloques de XXV Años de Paz, además de a vecinos de Cigales, Rueda y Olmedo cuyos ayuntamientos no han dado datos a este periódico.
Estas revalorizaciones tienen especial incidencia en la capital, donde los valores catastrales no actualizan desde 1995. Y en esta ocasión se han centrado en un área de Rondilla donde se ha registrado una instalación masiva de ascensores. De hecho, según fuentes municipales, en los últimos años se han concedido más de 2.000 licencias para bloques de toda la ciudad, pero todavía queda una cifra similar de edificios colectivos con más de dos alturas sin elevadores que mejoren la accesibilidad. Además, en muchos edificios se han abordado numerosas obras de eficiencia energética gracias a los fondos estatales y europeos para rehabilitar un parque de vivienda muy envejecido.
Esta actualización de la Dirección General del Catastro se comunicó al Ayuntamiento de Valladolid, Cigales, Olmedo y Rueda. Y dicho y hecho. Los recibos con un cargo 'extra' ya están llegando a los propietarios y esto implicará un aguinaldo extra para sus arcas municipales.
El concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Valladolid, Francisco Blanco, confirma que en el caso de la capital, el recargo medio anual fruto de esta revalorización, es de 25,27 euros. Esto hace que la cantidad a pagar media sea de más de cien euros porque se han enviado cuatro recibos por los cuatro últimos ejercicios que se pueden cobrar. En las comunicaciones del Catastro, en algunos casos se advierte que se incorpora la revalorización de la vivienda con efectos de 2010. En este caso, los propietarios notarán el efecto de esta revisión en el caso de una venta, cuando se debe afrontar el pago de las plusvalías.
Desde el equipo de Gobierno se mantiene la idea de no afrontar la actualización general de los valores catastrales y defienden que apuestan por rebajar el IBI, que en 2025 supondrá un 5% menos.
Inmuebles afectados
Liquidaciones del IBI emitidas por el incremento del valor catastral. La mayoría es por la instalación de ascensores, aunque en algunos bloques se hicieron otras mejoras. Un número que se incrementará en los próximos días con los bloques de XXV Años de Paz.
Calle Oración, 10. 48 viviendas.
Calle Cardenal Torquemada, 8-18. 288 viviendas.
Calle San Juan de la Cruz, 12-18. 192 viviendas.
Calle Rondilla de Santa Teresa 2-10. 240 viviendas.
Calle Portillo de Balboa, 1. 48 viviendas.