El Paracetamol se convirtió en determinados momentos de la pandemia en el maná contra los síntomas de la covid y los efectos secundarios de las diferentes vacunas que se ha puesto la población. Un fenómeno que ha convertido a este medicamento en el más consumido por los catellanos y leoneses en los últimos años. Hasta 2019 esa posición la ocupaba el Omeprazol, un remedio contra la acidez estomacal, pero ahora este analgésico ocupa el primer lugar, de forma muy destacada. Según los datos de la Consejería de Sanidad, el año pasado se vendieron 3,6 millones de envases, que son un 48% más que en 2019, último año antes de la pandemia y un 77% más que en 2016. Es decir, según estas estadísticas, en Castilla y León se venden casi 10.000 cajas de Paracetamol al día.
«Hay dos razones muy claras que explican este incremento del consumo de Paracetamol, el primero es el covid, que se trata como un proceso vírico, es decir, con Paracetamol y agua», asegura el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid, Alejandro García. Pero no es la única razón. El representante de estos profesionales reconoce que «hace dos o tres años, a nivel de inspección se pusieron muy serios para no dispensar Paracetamol sin receta médica, con lo cual todos estamos pidiéndola», dice. ¿Qué significa eso? Que muchas ventas que antes no quedaban registradas como tal, ahora sí que lo hacen. «El Paracetamol siempre se ha tenido que dar con receta, lo que pasa es que durante muchos años no ha estado tan controlado como ahora», dice García.
El Paracetamol es un analgésico que está indicado en cuadros como la fiebre moderada y el dolor. El representante de los farmacéuticos recuerda que este medicamento no cura, solo alivia los síntomas. «También se utiliza mucho en dolores crónicos, porque el Ibuprofeno sube la presión arterial y el Paracetamol no», explica.
No obstante, son frecuentes los mensajes de las autoridades sanitarias recordando los efectos negativos que puede tener un consumo inadecuado de este fármaco. El abuso puede afectar al hígado y una sobredosis incluso puede provocar la muerte. Sin embargo, no toda la población es conscientedel riesgo de un medicamento cuyo consumo regular está, en muchos casos, normalizado. El propio prospecto del medicamento avisa de que «si el dolor se mantiene durante más de cinco días, la fiebre más de tres días o bien el dolor o la fiebre empeoran o aparecen otros síntomas, hay que interrumpir el tratamiento y consultar al médico». También avisa de que no se deben tomar más de cuatro gramos cada 24 horas y que los síntomas por sobredosis pueden ser mareos, vómitos, pérdida de apetito, coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia) y dolor abdominal.