Uno de los retos más importantes que tendrá por delante la Consejería de Sanidad en los próximos años es afrontar los problemas derivados de la escasez de médicos. Especialmente dentro de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. El presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí, es muy tajante en este tema: «El relevo no está garantizado». Y no lo está porque, según él, «no se ha hecho nada» en los últimos años para afrontar un problema «del que los expertos ya avisaban en 2008».
El estudio Demografía Médica en Castilla y León, del Consejo de Colegios de Médicos de la Comunidad, avanza que entre este año y 2033 habrá 759 facultativos en Valladolid que llegarán a los 65 años. Eso no significa que se jubilen, porque la edad establecida actualmente es 66 años y cuatro meses, pero sí lanza una alerta en determinadas especialidades. Atención Primaria concentra el 42% de esas bajas previstas con una tasa de reposición actual del 0,7, según denuncia Almudí. Es decir, por cada diez médicos que causan baja, solo se siete entran en el sistema. Una dinámica que, de no cambiar, acentuaría el déficit que ya acusa la provincia, especialmente en las zonas rurales. Si se tienen en cuenta todas las especialidades, la jubilación está en el horizonte de la próxima década para casi la mitad de profesionales.
Otro dato que pone de relieve este problema es que Medicina Familiar y Comunitaria tiene los profesionales con un promedio de edad más elevado, con 52 años. Solo Geriatría lo supera, con 54,9. El envejecimiento de la profesión es evidente, y así lo pone de manifiesto el estudio de los médicos si se compara con el mismo trabajo que hicieron en 2019. En estos tres años el número de profesionales colegiados en Valladolid ha pasado de 3.658 a 3.841, pero este aumento se sustenta, sobre todo, en los médicos que están jubilados, que en 2019 representaban el 18,5% y el año pasado ya eran el 20,8%. Los que están haciendo el MIR, es decir, periodo de formación, también han subido ligeramente y ya representan el 12,2%, frente al 11,9% de hace tres años. En cambio, el porcentaje de médicos que están en activo ha bajado del 71,2 al 69% en ese periodo.
Este envejecimiento de la profesión ha hecho que las administraciones pongan en marcha medidas para hacer sostenible el sistema a corto plazo. Hace poco más de un año el Ministerio de Sanidad presentó el programa de jubilación activa mejorada, que permite a los profesionales que decidan seguir trabajando cobrar el 75% de la pensión que les correspondería, además de su sueldo íntegro, si es que deciden seguir a jornada completa, porque también lo pueden hacer a media jornada. Aunque esto también implica perder el derecho a su plaza, de modo que Sanidad puede destinarlo donde considere. Según los datos facilitados por la Consejería, en los siete primeros meses de este año se han acogido a esta medida 44 facultativos de la Comunidad, todos ellos médicos de familia. Seis son de Valladolid, cuatro del área oeste y dos del área este. A ellos hay que añadir los que se han sumado a la prolongación del servicio activo impulsada por la Junta de Castilla y León. Entre el año pasado y julio del presente ejercicio, la Junta ha tramitado 507 solicitudes en la Comunidad, 383 de ellas de médicos de familia. En ambos casos, no se puede trabajar más allá de 70 años.
En el citado estudio, el propio consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, reconoce la importancia del trabajo de estos médicos. «Si hoy en día podemos mantener la asistencia sanitaria es, en buena parte, gracias a los médicos que voluntariamente han retrasado su jubilación», señala. Uno de ellos es el propio Almudí, quien reconoce que esto «no puede ser una solución permanente». «Parte del sistema se está manteniendo con médicos que han retrasado su edad de jubilación», reconoce. Por eso aboga por tomar medidas relacionadas con la tasa de reposición, pero sin traspasar ciertos límites, en referencia a la contratación de profesionales que no tengan el MIR, tal y como ha hecho Sanidad en los últimos meses, lo que ha valido un buen número de críticas. Entre ellas, las del propio Colegio de Médicos. Aunque desde la Junta, en boca del propio presidente, Alfonso Fernández Mañueco, se ha justificado como una medida «transitoria y necesaria para garantizar la asistencia». La alternativa, según Sanidad, sería cerrar consultorios.
En los tres últimos años también ha descendido la ratio de médicos de familia por cada mil habitantes. En Valladolid ha pasado de 92 a 86, la cifra más baja de la Comunidad, mientras que en Castilla y León ha caído de 129 a 119. Pese a ello, Almudí incide en que la cifra regional es «de las mejores de España». El problema es que la Comunidad tiene que dar servicio a 3.662 consultorios que están muy dispersos. «Eso requiere mucho personal y actualmente no tenemos los médicos allí donde los necesitamos, hay zonas básicas de salud con plantillas sobredimensionadas y otros centros de salud cuyo personal no se adapta a las necesidades», se queja. Un problema que habría que solucionar, según él, con una «reorganización de recursos humanos y una modificación del modelo de asistencia sanitaria». Siempre que se garantice que todos los ciudadanos reciban asistencia en un lugar próximo al sitio en el que viven. Las denominadas 'zonas rurales de difícil cobertura', más habituales antes en provincias como Zamora y el norte de Palencia, «ya están cerca de las grandes capitales y en provincias donde nunca había habido problemas, como Valladolid». Un ejemplo de municipios con muchas vacantes es Medina del Campo, Íscar y Peñafiel.
El propio consejero de Sanidad ya ha manifestado en otras ocasiones que la falta de médicos es un problema nacional y que, por lo tanto, tiene que abordarse con medidas de ese ámbito. Por ejemplo, aumentando las plazas de Medicina Comunitaria y Familiar en toda España, incluso con convocatorias de empleo exclusivas y apostando por la «telepresencia».
conclusiones. El estudio de los médicos, en sus conclusiones, incide en que «el déficit de médicos se manifiesta de manera singular en la Medicina Familiar y Comunitaria que, por su volumen e importancia (representa el 27% de los médicos en activo, es la puerta de entrada al sistema sanitario y ya tiene una grave carencia de efectivos), lo que impacta gravemente en el sistema de salud de Castilla y León de forma global».
Así, piden mejorar la financiación del Plan de Ordenación de Recursos Humanos y fomentar la estabilización, fidelización y atracción de profesionales, mediante un pacto por la sanidad. «De no ser así, creemos que el sistema, tal y como hoy lo conocemos, será inviable», concluyen los médicos.