La rana se come a la bruja

Javier M. Faya
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La administración de Río Shopping da el Gordo y cuatro quintos. El primer premio cae también en otros cuatro puntos

El copropietario de la administración de lotería La rana de oro, Luis Vázquez de Prada, celebra junto a su socio, Julio Mozo, y dos empleadas, el Gordo. - Foto: Jonathan Tajes

«Estamos a años luz de la Bruja de Oro. Nos falta muchísimo todavía para alcanzarles (en lo que a suerte se refiere)». El autor de estas palabras es Luis Vázquez de Prada, copropietario de la administración de Lotería de Río Shopping La rana de oro, que el año pasado dio el Gordo, este año también y cuatro quintos premios. Toda una proeza, sobre todo teniendo en cuenta que la todopoderosa Bruja de Oro, que este año no tenía al frente a su fundador, Xavier Gabriel, se fue de vacío. La suerte fue esquiva a los leridanos, pero no a los vallisoletanos, que fueron visitados por la Diosa Fortuna no una ni dos ni tres veces sino cinco. Cuatro quintos premios y un Gordo. 

Yes que son demasiadas casualidades. Los quintos disfrazados como 01.568, 88.979, 45.353 y 57.421  dejaron un buen pellizco, así como el Gordo y ese 88.008 que salió por puro azar vía internet y casi sobre la campana, ya que lo compraron en la tarde previa al sorteo. «Solo puedo decir que lo adquirió una persona de Castilla y León. Por protección de datos no puedo añadir más», comenta. No obstante, la fiesta no es completa porque es solo un décimo el que han repartido, aunque el currículum es el currículum. En estas mismas páginas ya dijo en agosto que tenía el pálpito de que iba a volver a dar el primer premio pese a que ya habían tenido suerte en 2022. También Azucena, una de las dependientas, que lamenta que el año pasado tenía el día libre y se lo perdió. «Hoy no y, mira, algo me decía que nos iba a tocar. De hecho, alguien nos ha dicho que también, que por eso nos traía unas trompetas de Nochevieja para celebrarlo», confiesa muy contenta mientras la toca.   

Aurora es la compañera de Azucena y se lo está pasando en grande:«Nuestros clientes se merecen lo mejor». No se corta y se pone a bailar porque no todos los días se celebra un Gordo de Navidad, aunque en La rana de oro se está empezando a convertir en una sana costumbre. 

No obstante, también pasó este Gordo 'tacaño' por más rincones. En el Paseo del Hospital Militar llamó a la puerta. Curiosamente, la dependienta, Belén, contaba que estaba muy contenta por dar el quinto (86.007). Es de la 'vieja escuela', clásica donde las haya, pues eso de la venta por la red no gusta. Es mejor ventanilla. Por eso confiesa que prefiere mil veces más vender un número premiado mirando a la cara que a la pantalla y si es a un cliente fijo, de la 'parroquia', mejor que mejor. No obstante, reconoce que al encontrarse su administración de loterías entre la estación de autobuses y la de tren hay mucho viajero que le compra, por lo que no tiene ni idea de quién puede haberse visto agraciado. También muestra su deseo de que la Diosa Fortuna 'bendiga' al que más lo necesite. Antes de despedirse, afirma que no pierde la esperanza en repartir uno de los dos premios que quedan, el segundo o el Gordo, y lo cierto es que da el Gordo. Eufórica confiesa que le parecía muy feo el 88.008, pero los feos también 'ligan'. 

También se dejó caer el Gordo en Portillo, en concreto en la calle Ensanche 28-29, y en Laguna de Duero, en la avenida Libertad 30. 

Un quinto que pesó lo suyo fue el de Vallsur (92.023), ya que repartió 288.000 euros. 

Quizás porque dieron dos estaban muy cansadas en la administración de Lencería Delia y Esther : salieron dos veces ante los mismos fotógrafos y cámaras de los mismos medios para dar dos quintos, el 45.353 y el 88.979. «El año pasado dimos un cuarto y un quinto», aseguró Esther, que parece estar en trance al decir «haremos lo que podamos» al referirse a que aún queda mucho sorteo por delante. ¿Estará realizando algún tipo de conjuro junto a su compañera? Ellas no han 'rascado' nada. Ni este año ni otros, y parece que se han gastado un pastizal. 

Casi puerta con puerta está la Administración Provincial de la Lotería. La delegada comercial provincial, Pilar Padilla, viste de negro para la ocasión, pues, como la gente de su equipo, va a las administraciones agraciadas con los clásicos carteles para pasar así desapercibidos. Habrá que ver si vuelven a darse un 'garbeo' con el Niño.