La factoría medinense de Ibersnacks, integrada en el grupo Europe Snacks desde 2018, alcanza en 2024 un hito clave en el plan de internacionalización que empezó entonces y que espera que le garantice crecer de forma progresiva, al menos, hasta 2028. Actualmente cuenta con más de 300 trabajadores (314 indefinidos, según datos facilitados a principios de diciembre) y tres líneas de producción que ocupan otros tantos edificios independientes, de ahí que sus dirigentes suelan hablar de tres fábricas, en lugar de una, dentro de su complejo de más de 20.000 metros cuadrados ubicado en el polígono Escaparate; y en enero cuenta con terminar de construir la cuarta, que propiciará otro centenar de contrataciones.
«El proyecto verá la luz el 1 de julio de 2024», avanza a El Día de Valladolid su director de Recursos Humanos, Joaquín Espinosa. Es la fecha señalada para que salgan los primeros camiones con producción en serie de la nueva gama de snacks que asumirá, que ya se fabrican en otras plantas extranjeras del grupo pero que se quieren llevar en parte también a Medina del Campo para «suministrarlos desde España a los países más cercanos».
El nuevo edificio ya está prácticamente acabado y en pocas semanas se espera que empiece a llegar «la maquinaria y los elementos necesarios para el montaje», de cara al inicio de «un trabajo de industrialización» que se prolongará seis meses, «con todo tipo de pruebas hasta obtener la primera producción seriada, vendible».
El proceso de contrataciones, mientras, avanza en paralelo. La empresa precisa personal de producción, de control de calidad, carretilleros, maquinistas… Sin perfiles de edad determinados, con cualificaciones diversas y el aliciente de poder lograr un empleo indefinido, «dando más estabilidad a la empresa y el entorno de Medina», aprecia el director de Recursos Humanos.
Claro que Europe Snacks requiere que la nueva plantilla adquiera conocimientos avanzados sobre los procesos y rutinas de trabajo, y para ello ha recurrido al 'Programa de formación profesional específica con compromiso de contratación' de la Junta, a través del cual el grupo de empresas formativas Aspasia asume las tareas de gestión y desarrollo de un itinerario de aprendizaje de 250 horas concentradas entre el 15 de enero y el 27 de febrero. Abordarán contenidos sobre I+D y calidad en la industria alimentaria, así como logística, almacén o análisis de alimentos; y una vez completada la formación, hay compromiso de que se queden en plantilla al menos el 50% de los participantes, si bien el objetivo final a corto plazo es alcanzar el citado centenar de contrataciones.
De esta forma, Europe Snacks pasará a tener más de 400 trabajadores, cifra que ya llega a rondar en ciertos momentos del año y que incluso ha llegado a superar, pero en adelante lo hará de manera estable. «Un crecimiento muy importante de empleo tanto a corto como a medio plazo», incide Espinosa. No en vano, 2024 es el primer año de «crecimiento sostenido» y progresivo que se ha marcado la empresa, a todos los niveles (negocio, producción, facturación), dentro de un plan que se extiende hasta 2028. De 2020 a 2021 pasó de 72,4 a 72,6 millones en ventas anuales, pero en 2022 bajó a 64,7, sin que haya dejado de ser por ello una de las 20 empresas más importantes de Valladolid. El volumen de inversión previsto, dentro del plan de internacionalización en curso, asciende a unos 25 millones.
Los productos que ya comercializa desde Medina del Campo (con las tres líneas operativas para patatas fritas, aperitivos de maíz y extrusionados -tipo gusanitos-) están presentes en la mayoría de supermercados, fundamentalmente bajo marcas blancas. Se constituyó en 2001 y hasta hace poco más de una década contó con Mercadona como su único cliente, para Hacendado (salvando distancias, al estilo de Queserías Entrepinares), pero hoy en día también se extiende a lineales de Lidl, Carrefour y otros, además de la cadena valenciana, que sigue teniendo un peso importante dentro de su facturación.
Fue ya a mediados de 2018 cuando se produjo su integración en el grupo Europe Snacks, con sede central en Francia y fábricas tanto en el país galo como en el Reino Unido, que son las que derivarán parte de su producción, la destinada a países del entorno de España, facilitando el buscado salto definitivo a la internacionalización del complejo fabril medinense.