Creció políticamente a la sombra de Óscar Puente y ahora toma su relevo al frente del grupo municipal en el Ayuntamiento, que también pierde a su 'número dos' para pasar al ministerio de Igualdad. El reto no es nada fácil, pero recalca que cuentan con un equipo sólido.
Asume oficialmente el liderazgo, ¿cómo se procesa este relevo?
Con bastante naturalidad, alegría y responsabilidad. Ya era el portavoz, lo había sido ocho años en el gobierno y ahora en la oposición, con lo que conozco las funciones. Con alegría porque es la primera vez que dos concejales, y que un exalcalde son ministros y a la vez. Es una noticia estupenda para nosotros, para el Ayuntamiento y para la ciudad. Con responsabilidad porque tenemos que hacer oposición y es un cambio de ciclo tras 15 años de Puente como jefe del grupo municipal, y su impronta, desde luego, está aquí. Ahora habrá otro estilo, aunque los pilares están bien puestos y su impronta permanezca.
Habla de impronta, pero ¿puede ser también un lastre sustituirle?
Es un clásico. Óscar, en este sentido, es un buen maestro. He trabajado muy a gusto con él, a pesar de que somos muy diferentes, pero a la vez muy complementarios. Deja un equipo preparado y formado, que conoce perfectamente el Ayuntamiento. El funcionamiento y la experiencia se quedan, y el modelo de ciudad permanecerá siempre invariable.
El proyecto que tenemos, que además se sabe porque hasta hace cuatro días gobernábamos, es prácticamente el mismo, no va a cambiar. Lo único que se modificará un poco son las formas, pero la gente va a seguir reconociendo perfectamente el sello de Óscar Puente.
Junto a Puente se ha marchado Ana Redondo. ¿Se llevarán a alguien?
No sabemos lo que pasará en el futuro cercano. De momento, son el 'número uno' y la 'dos' los que se han ido, que ya es bastante. No sería de extrañar que alguien más se pudiese ir. Pero, de momento, no hay más cambios. En cualquier caso, es una oportunidad poder estar allí. Hay que entender que entre estar en la oposición y marcharse a una aventura tan desafiante y atractiva, la gente quiera vivir la aventura.
¿A usted no le tentó?
Llevo muchos años trabajando con Óscar y sí, he tenido esa posibilidad. Me la planteó y no puedo negar que fue muy tentador. La aventura que emprende, por afinidad personal y política, me apetecería muchísimo, pero tengo muy claras las cosas y no se puede descapitalizar el grupo municipal. La salida de dos concejales para ser ministros es un sueño, que no sé en cuántos ayuntamientos de España habrá pasado. Creo que es un reconocimiento de la valía del grupo municipal, y para preservarla hay que intentar dejar aquí el capital humano que se pueda. Pensando en lo que es la ciudad y en nuestro proyecto para Valladolid, yo estaría encantado de que ya paremos la 'fuga'.
Se estrenó en el Pleno con la petición del PP al nuevo ministro del soterramiento. ¿Será más protagonista que nunca de estas sesiones?
Es curioso porque al Pleno no llevaron ninguna iniciativa de ese tipo. He escuchado declaraciones del señor Carnero, pero en los cinco plenos de este mandato solo han llevado un asunto que tenga que ver con la ciudad, que es el pago en metálico en los autobuses. El resto de cuestiones han sido de carácter nacional. Pensábamos que su marcha al Senado suponía que se iba a dedicar a los asuntos nacionales, y resulta que nos los está trayendo aquí.
Nosotros llevamos una moción para pedirle que cumpla el convenio de integración, que está vigente y se está ejecutando. Y era una oportunidad para dejar de jugar a la ciencia ficción; de no inflar esa promesa electoral eterna, que tanto rédito electoral ha dado al PP. Hay que poner los pies en el suelo, contar con un proyecto real, que se está ejecutando, que es el de integración, y que se cumpla lo que se ha firmado.
Hasta ahora el Gobierno asumía el proyecto del Ayuntamiento. ¿Para recuperar el soterramiento se debe denunciar el convenio actual?
No sé si son conscientes de dónde se han metido. Han conseguido el objetivo de la Alcaldía, algo que no apostaban mucho por lograr, y ahora están atrapados por sus promesas, y la estrella es soterrar. Han realizado afirmaciones que se les van a volver en contra. Es impresentable que ahora digan que tiene que soterrar otro, y que porque Óscar Puente sea ministro las posibilidades han cambiado y el dinero ha surgido. El PP va a jugar a esta demagogia y trasladará a Puente la responsabilidad, pero Valladolid no tiene un proyecto de soterramiento. Lo que hay es un convenio que hay que cumplir porque está a medio ejecutar.
¿Si se denuncia el convenio, en qué situación se quedaría?
Es como cuando alguien deja de pagar la hipoteca. Si el Ayuntamiento o cualquier otro socio le dice a la sociedad Valladolid Alta Velocidad (VAV) que no quiere seguir adelante, el procedimiento está establecido: tiene que pagar la deuda que le corresponde, que serían 100 millones de euros más intereses, y aportar las cantidades pendientes de pago de del convenio, que rondan los 35 o los 40 millones. Eso sumas más de 150 millones. ¿Y luego, qué?
Esto es una batalla de cifras. ¿Pedir la financiación al Gobierno central despeja las incógnitas? ¿Ven que pueden defender las cifras del no?
No sé si la batalla de los números está perdida, pero es la única racional. Esto no es una cuestión de sentimientos, ni de deseos, es de números. Hablamos de dinero público, que no lo hay, porque el caso de Valladolid no tiene comparación con ningún otro sitio. Hay que decirlo. Desde que el ministerio del Gobierno de Rajoy planteó la integración ferroviaria no hay soterramiento.
Por tanto, hay que hablar a la gente de las cosas reales y explicarle los números. Creo que el nuevo ministro reforzará la pedagogía que llevamos años intentando hacer y pondrá encima de la mesa todas las cifras y cuestiones técnicas. Es inviable el soterramiento en Valladolid.
Hablando de dinero, ¿espera que los presupuestos se aprueben antes de fin de año y que espera de ellos?
Tiene pinta de que no los van a aprobar este año. Tampoco se le ves trabajando con seriedad. Y es otra de las patrañas que se les vuelven en contra: prometieron bajar un 10% el IBI y el impuesto de vehículos, pero tardaron muy poquito en decir que no lo iban a cumplir. Y buscan excusas, como que no hay PGE, que si hay incertidumbre económica, que no les habíamos dejado dinero suficiente para los presupuestos...
Otro debate de los números. Lo siento, sé que es aburrido, pero es que los números aclaran cualquier tipo de debate. Y como no les cuadran, pues tienen un problema. Y el PP no está por la labor de pedir ayuda al PSOE. Están amarrados a Vox y no les veo la mano tendida para buscar enmiendas o propuestas.
¿Sería viable esa colaboración?
No vamos a colaborar para desmantelar carriles bici, cortar árboles, destrozar el puente de Poniente, quitar servicios sociales, recortar subvenciones a entidades sociales y sindicales. Si el señor Carnero quiere que hablemos de unos buenos presupuestos, que lo diga y rompa su acuerdo con Vox. Y hablamos.
¿Todo pasa por romper el pacto?
El PP no tiene ninguna mano atendida al PSOE para nada. Dedican sus energías a abrazar fuertemente a la ultraderecha. Van a hacer sus presupuestos, tarde y mal seguramente, que no tendrán nada que ver con nuestro modelo de ciudad.
¿Qué cambios le están sorprendiendo más?
Los de movilidad son los que más se notan, pero hay otros de orientación, como se vio en el acto institucional contra la violencia de género, donde Vox no participó. Y hay cambios internos: el ayuntamiento está absolutamente paralizado. Cultura y Eventos se han separado y no hay coordinación; el alcalde no está, y ese es el gran cambio, y ha traído a un funcionario, lo que llamamos el 'alcalde B', y sus concejales, pues son muy bisoños. La gestión a nivel interno es un auténtico desastre.
Otro cambio es que ya ustedes y diferentes organizaciones sociales han optado por judicializar varias decisiones municipales.
Se están creando problemas donde no existían:no había atascos y los quieren resolver quitando carriles bici y bus, no había problemas de convivencia y los están generando... Es que han venido a crear problemas. Traen a un funcionario amigo del alcalde para que haga su trabajo porque él se ha ido al Senado. No sabemos lo que dirá el juez de este nombramiento, pero desde un punto de vista político es un escándalo. Esto no había pasado nunca en el Ayuntamiento de Valladolid. No llevamos la iniciativa en ese sentido sino que reaccionamos al atropello que supone crear problemas donde no los había.
Habla de convivencia. ¿Ha tenido algún problema personal por la tensión de las últimas semanas?
Flota en el ambiente una crispación y una polarización que deriva del sentimiento de profunda frustración, incluso de ira, que se ha instalado en la derecha por la única, y exclusiva razón, de que esperaban sumar 176 escaños para gobernar y no los han sumado y este es el drama. Esto volverá a su ser, pero es muy peligroso jugar a hablar de golpes de Estado, que la Constitución destruye la nación...
Esto conlleva un calentamiento de las emociones y las pasiones más bajas, que luego es muy difícil de parar, y que puede acabar devorando a la propia derecha. El PSOE pasado el tiempo tendrá que ayudar al PP a volver al centro porque lo ha dejado completamente abandonado.
¿Le preocupa la falta de noticias de Switch e Inobat?
El alcalde no se ha reunido aún con directivos de estas dos empresas. Me parece muy grave. Se quejaba de que había mandado una carta a la ministra de Transportes y que no le había contestado; no sé si es que a lo mejor tenía que haber mandado una carta a los directivos de estas empresas. El Gobierno y Óscar Puente seguirán trabajando para que esas dos compañías se acaben instalando en Valladolid.
Retrata un Ayuntamiento paralizado, pero ¿qué proyecto considera usted que sí podrá llegar a buen puerto?
Soy pesimista, no veo empuje ni ideas propias más que destruir lo que hicimos, y vivir de la herencia. En fondos europeos dejamos proyectos por valor de 100 millones de euros y no han captado ninguno nuevo. Nos conformamos con que los ejecuten. Pero hay muchos proyectos en el aire como la Ciudad Deportiva, Las Catalinas, proyectos heredados y que ellos prometieron ejecutar. Pero el presupuesto de 2024 va a ser muy restrictivo, por cierto, y además tienen que dedicar 11,2 millones de euros al convenio de integración ferroviaria.
¿Cuál va a ser el sello que imprima desde ya en la oposición?
Los vecinos saben lo que nosotros representamos porque hemos estado gobernando hasta hace cuatro días. Nuestro modelo de ciudad es la calidad de vida, hacer de Valladolid una ciudad donde se viva mejor. Y el modelo del PP es distinto, volver al modelo de los años 90 y recuperar cosas que están completamente desfasadas y fuera de onda.
Queremos unos servicios públicos fuertes, una economía saneada, empleo, una ciudad que pinte en Europa. Y creo que, independientemente de la ideología y la sensibilidad, todo el mundo percibe esa diferencia entre ambos modelos.