Fiscalía de Valladolid ha mantenido este viernes sus peticiones de cárcel para los cuatro ciudadanos de origen chino que han rechazado su implicación en el lucrativo negocio de exportación de cogollos de cannabis entre la capital del Pisuerga y Holanda que regentaba una banda criminal desarticulada en noviembre de 2022, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El juicio ha quedado visto para sentencia en la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial, después de las tres sesiones celebradas el lunes, el jueves y este viernes y de que en la primera jornada tres de los siete encausados, una madre y sus dos hijos de la misma nacionalidad, se declararan culpables y aceptaran distintas condenas de entre dos años de cárcel y multa de 19.500 euros, en el caso de la progenitora, y de tres años de prisión y 960.000 euros de multa, como así asumieron sus vástagos.
Respecto de los otros cuatro encausados que se han declarado inocentes, Xiaojie Z. y Feng X. se exponen a una condena de cuatro años y medio de prisión y multas de 1.500.000 euros y Hongwu Z. y Wenjun Y. a cinco años y tres meses y multas de 10.800 euros, y ello a pesar de que sus respectivas defensas, en el trámite de cuestiones previas en la primera sesión, solicitaran sin éxito la suspensión del juicio al entender que el tribunal vallisoletano era incompetente para entender del asunto y que el órgano competente era la Audiencia Nacional y, subsidiariamente, la Audiencia de Madrid.
Cien kilos en UPS Valladolid
El fiscal del caso, sin embargo, ha mantenido los cargos contra los cuatro acusados, además del tráfico de sustancias les considera integrantes de un grupo criminal, y se ha apoyado en la prueba aportada por la policía a raíz de la investigación iniciada a partir de la detección de cajas de cartón "sospechosas" en las instalaciones de la empresa UPS en Valladolid.
Así lo explicó en una de las jornadas un inspector de la Policía Nacional de Valladolid, instructor de la causa, quien relató que la dinámica utilizada por los acusados era recepcionar los cogollos de cananis, se desconoce el lugar de procedencia, en los domicilios de los acusados, fundamentalmente en la calle Luis García Berlanga de Rivas-Vaciamadrid, para luego empaquetarlos y, con remitentes falsos, entregarlos en distintas empresas de paquetería diseminadas por Castilla y León.
Desde estas últimas, sobre todo de Aranda de Duero y Fuentespina, en Burgos, pero también de Salamanca y Benavente (Zamora), se reenviaban las cajas de cartón a las oficinas de UPS en la calle Norte de Castilla de la capita vallisoletana como lugar de recepción final antes de que el cannabis viajara hasta Holanda y Bélgica.
Precisamente, el funcionario policial precisó que la trama se descubrió a partir de una llamada a la Policía Nacional por parte de responsables de la empresa de paquetería UPS en Valladolid a raíz de recibir de su sucursal en Aranda de Duero (Burgos) catorce cajas de cartón, "con un formato anormal y con destino a Holanda", que despertaron las "sospechas" del servicio de seguridad porque eran "muy voluminosas y de poco peso".
La policía se personó con perros especializados en la detección de sustancias que al olisquear las cajas confirmaron las sospechas. Una vez abiertas, los agentes comprobaron que portaban más de 100 kilos de cannabis y a partir de ahí las pesquisas correspondientes, con la ayuda de las cámaras de seguridad de la empresa paquetera en Aranda, permitieron identificar el vehículo utilizado por dos de los acusados para el traslado de los paquetes.
Balizamiento de turismos sospechosos
"Se comprobó que quienes habían entregado las cajas en Aranda eran ciudadanos chinos y se obtuvo la matrícula de su vehículo", recordó el instructor de la causa, quien también explicó que más tarde las investigaciones condujeron a otros tres turismos más utilizados por el resto que, tras solicitar la correspondiente autorización judicial, fueron balizados para poder conocer sus movimientos.
En el transcurso de la investigación se descubrió que otras muchas cajas de idéntico formato estaban llegando a otras empresas de paquetería diseminadas por Castilla y León, con remitentes falsos, el mismo destino en Holanda y Bélgica y cargadas de cogollos de cannabis, que más tarde eran recepcionadas en Valladolid antes de salir de España. "Para camuflar los cogollos incluso utilizaban fulares, los mismos de los usados en el resto de las cajas intervenidas", puntualizó el testigo policial.
El balizamiento de uno de los turismos utilizados para los portes de la droga hasta las empresas de paquetería o centros colaboradores condujo también a la policía hasta la calle Luis García Berlanga, en Rivas-Vaciamadrid, donde los acusados preparaban las cajas con el cannabis.
El siguiente paso fue explotar la operación antidroga con distintos registros practicados en la provincia de Madrid, tanto en la calle Rutilo de la capital de España, donde la policía se incautó de más de 300.000 euros; como en un inmueble de la referida calle Luis García Berlanga, en Rivas-Vaciamadrid, en el que se hallaron dos cajas preparadas con droga de idéntico formato al del resto intervenido, y en piso de Marcelo Usera, también en la capital madrileña, donde se localizó más de un centenar de gramos de metanfetamina.