La clave está en mejorar los servicios del medio rural

R.G.R
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Alcaldes y el profesor de Geografía de la UVa, que lidera la lucha contra la despoblación en el Gobierno, Ignacio Molina consideran que el secreto para aumentar la población está en mejorar servicios como la vivienda y el transporte

La clave está en mejorar los servicios del medio rural

La tendencia poblacional por la que atraviesa la provincia no es nueva. La pérdida de vecinos por parte de los municipios ocurre desde hace décadas. El éxodo de los pueblos a las ciudades con la revolución industrial marcó el principio del fin para algunas localidades y fijó una clara proclividad hacia censos municipales menores sin remedio, al menos hasta el momento. 

Vecinos, alcaldes y expertos son perfectamente conscientes de la situación. Incluso, las administraciones superiores a los consistorios también intentan paliarla con la adopción de medidas para conseguir atraer a nuevas familias, que se ubiquen en el medio rural.

No siempre es fácil y las opiniones sobre cómo llevarlo a cabo pueden ser diferentes. Eso sí, todos coinciden en señalar que la puesta en marcha de los servicios necesarios para aumentar la calidad de vida de estos habitantes son fundamentales para que los pueblos sobrevivan. 

Especialmente, en relación a la vivienda y a la movilidad como dos de los pilares básicos y fundamentales. La falta de casas en los pueblos es un problema que han puesto sobre la mesa las diferentes administraciones. No hay casas vacías a la venta o al alquiler. Y, por otro lado, se hace necesaria también una remodelación del transporte en el medio rural para facilitar la movilidad de sus ciudadanos hacia las cabeceras de comarca, que ofrecen todos los servicio. 

Sobre el futuro..., todos consideran que existen posibilidades reales de que los pueblos terminen desapareciendo con el paso de los años, aunque esperan que no ocurra. 

 

Jorge González

Alcalde de Fontihoyuelo

«Tengo 40 años y me gustaría seguir viviendo en el pueblo, pero la verdad es que no le veo futuro»

Son doce personas residiendo durante los meses de invierno. Fontihoyuelo es un pueblo terracampino donde la despoblación ha hecho mella. 36 vecinos censados. No tienen tienda, ni siquiera teleclub, un lugar para juntarse a tomar un café. Así de simple. No sería rentable mantener abierto un establecimiento para un número tan reducido de vecinos. 

El médico pasa una vez a la semana, al igual que el enfermero. Tienen algunas ventajas. «A mi madre a veces la va a ver a casa», reconoce el regidor. Precisamente sus padres, con 80 y 75 años, son las personas mayores de la localidad. Los vecinos van a Villalón para realizar la compra o cualquier otro trámite. No queda más remedio. El transporte a la demanda hace el viaje de ida y vuelta. 

Refleja una nueva realidad que viven muchos pueblos en la actualidad. Los agricultores ya no residen en los municipios, sino que viajan cada día desde la ciudad para atender sus explotaciones. «Vienen de León o de Valladolid». Entiende que el futuro de estas localidad puede pasar por la ganadería, ya que fija población. «Pero al precio que está también es muy difícil». 

Explica que, gracias al dinero que llega de otras administraciones, especialmente de la Diputación, han sido capaces de afrontar algunas obras, como la red de abastecimiento y saneamiento. «Antes teníamos problemas y al menos los hemos podido solventar». 

Sobre el futuro de su pueblo se muestra claramente pesimista. «Tengo 40 años y me gustaría quedarme, pero no lo tengo claro debido a la falta de oportunidades. Las explotaciones son cada vez más grandes y cada vez vamos a ser menos».  

 

Ignacio Molina

Profesor de la UVa y asesor del Ministerio de Reto Demográfico

«La vivienda, el transporte y la dinamización económica son muy importantes para estos pueblos»

Profesor de Geografía de la Universidad de Valladolid, actualmente ocupa un puesto de asesor en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Tiene claro que la despoblación ha afectado en mayor medida a los municipios más pequeños. «Pierden muy rápido y luego cuando empiezan a remontar son los que más problemas tienen».   

Este experto matiza que la salida de los vecinos jóvenes de estos pueblos se encamina directamente hacia las ciudades y destaca que tienen la dinámica demográfica condicionada teniendo en cuenta la media de edad de estas localidades es muy avanzada. «Esto no significa que no tienen futuro. No es así». 

Molina considera fundamental que se instauren políticas que garanticen la prestación de servicios, así como la implantación de nuevos vecinos a través de la población inmigrante. «Serán flujos muy pequeños de una o dos familias, pero suponen mano de obra y población joven». 

Además, indica que es importe la fijación de población. «Necesitamos una política que sea un marco que asegure la prestación de servicios y la calidad de vida. Por desgracia, en el modelo de ordenación del territorio en Castilla y León no lo tenemos». 

Molina considera que la vivienda, la movilidad y la dinamización económica más allá de las actividades tradicionales son fundamentales para estos pequeños pueblos. «Si en estos pequeños municipios se ponen viviendas a disposición van a llegar familias porque lo estamos viendo en otros lugares». Y también la movilidad. «Pero a la demanda de verdad, no como ahora, que es a la oferta».