La tasa de reposición de empleados públicos vuelve a estar de actualidad este año, después de que el Gobierno anunciara que prevé eliminarla para facilitar la incorporación de más efectivos a partir de 2025. Ya el pasado 29 de mayo se iba a votar una proposición no de ley con ese fin en la Comisión de Hacienda y Función Pública del Congreso a instancias del Grupo Socialista, aunque finalmente la retiró por «problemas de agenda» del ponente. Con esa tasa, vigente desde los años 90, se regula el porcentaje de vacantes que pueden ser legalmente cubiertas, y en los años de crisis, entre 2008 y 2016, se mantuvo por debajo del 100% e incluso llegó a reducirse al 10%. Así hubo ejercicios en que sólo se convocó la cobertura de una plaza por cada diez que quedaban vacantes, aunque no se aplicaba la misma medida en todas las áreas ni administraciones, con los ayuntamientos como principales damnificados; y la estadística de hoy relativiza el impacto de tales ajustes si se observa el sector público en su conjunto, aunque se ha incrementado la contratación eventual.
De hecho, el empleo público está en máximos históricos. Crece a un ritmo que, en términos porcentuales, duplica el del sector privado, y acumula un incremento en la última década que en Valladolid ronda el 30% (28,43%), con 8.290 trabajadores públicos más en el balance neto de ese intervalo, hasta sumar un total de 37.443 en mayo de 2024 frente a 29.153 en mayo de 2014, según la estadística de afiliados medios mensuales a la Seguridad Social, analizada por El Día de Valladolid con datos actualizados hasta mayo de 2024. Y con la Administración autonómica copando más del 80% de tal aumento, aunque también hayan crecido tanto la estatal como la local.
Dentro de ese periodo sólo hubo una variación interanual negativa en esta provincia, la de 2015 respecto a 2014, y fue anecdótica porque reveló un descenso de sólo siete empleados públicos entre las medias mensuales de diciembre de uno y otro ejercicio. Pero ha sido sobre todo en los últimos años cuando más incorporaciones se han registrado y especialmente en 2023, que marcó un nuevo récord con 1.841 más que el año anterior, después de que en 2022 subieran en 419 respecto a 2021. Es decir, que el ritmo de incremento se ha cuadruplicado, aún hoy mantiene una tendencia parecida y apunta a seguir en esa línea, o incluso más al alza, por la citada previsión de eliminar la tasa de reposición.
Así ha alcanzado el empleo público unas cotas de crecimiento en proporciones que duplican las del privado, aunque siga siendo el segundo el que más personas ocupa y con mucha diferencia (37.443 por 192.753); y el año pasado hasta las llegaba a triplicar. Los empleados de Valladolid que trabajan en las administraciones aumentaron en concreto un 5,21% durante 2023 y un 4,56% en los doce últimos meses contabilizados (hasta mayo de 2024), frente a porcentajes del 1,6% y del 2,02% por la parte de las empresas privadas. Pero tanto unos como otros están en máximos, y en términos absolutos siguen siendo clara mayoría los trabajadores que acceden al sector privado (3.819 más que hace un año) que al público (+1.633).
Claro que el empleo público no ha crecido igual en todas las administraciones, ni mucho menos. La regional, que emplea a casi el 70% de los empleados públicos de Valladolid (69,63%), abarca el mayor aumento al haber pasado de 19.063 en mayo de 2014 a 26.070 en ese mes de 2024 (+7.007, +36,76%), así como un incremento neto de 1.575 en los doce últimos meses. Mucho más moderada la evolución de las plantillas en otras administraciones: en la estatal, de 3.521 a 4.087 (+566, +16,07%), con 138 más que en mayo de 2023; y en la local, léase ayuntamientos y Diputación, de 6.568 a 7.287 empleados entre mayo de 2014 y 2024 (+519, +10,95%), e incluso con 81 menos que un año antes. Aunque todas apuntan a aumentar las contrataciones, y más si se tiene en cuenta que más de la mitad de los funcionarios actuales se jubilará en la próxima década.