Las terrazas ya son un elemento más del paisaje urbano. En los últimos años se ha registrado un crecimiento continuado, agudizado en los meses de las restricciones de la pandemia. Una proliferación que no está exenta de controversias, sobre todo por las quejas vecinales por ocupación de espacio público y generar problemas para el tránsito de los peatones.
La actual ordenanza municipal es restrictiva con las terrazas fijas y la recogida del mobiliario. Y establece un amplio abanico de situaciones sancionables, que en los casos más graves conllevan multas de entre 1.500 y 3.000 euros. De hecho, de los 84 expedientes que se tramitaron en 2023 unos 15 acabaron en sanción. Una media que se mantiene en los últimos años. De hecho, en lo que va de ejercicio se han tramitado 41 expedientes y todavía no se ha llegado a ese número de sanciones.
Un ejemplo son las dos que aprobó la Junta Local de Gobierno el pasado mes de julio. En ese caso se sancionó con 1.500 euros a un bar en la calle Angustias, frente al Teatro Calderón, por haber acumulado mobiliario en la acera sin que el establecimiento tuviese la oportuna licencia. Esta es una de las sanciones más habituales en la zona centro de la capital, donde se concentra la mayor densidad de terrazas y donde también hay más quejas vecinales.
En esa Junta de Gobierno se tramitó otra multa de 1.500 euros a un bar del paseo Juan Carlos I, en la zona de Los Santos-Pilarica. En este caso por tener más mobiliario del que tenía autorizado y tener instalados dos televisores. Desde la Concejalía de Movilidad se apunta que es otro de los ejemplos más comunes de sanción. De hecho, aunque la proliferación de terrazas es menor en los barrios, se detalla que hay muchas más quejas vecinales que en el centro, donde hay más control policial. En este sentido, los expedientes apuntan a las plazas de Parquesol, Rondilla, Las Delicias o Covaresa como verdaderos puntos negros.
Estos expedientes sancionadores que se tramitan en el área de Movilidad derivan de las actas que llegan de la Policía Municipal. La mayoría son por incumplimientos de horario, por ocupación indebida del espacio público y por no haber pagado la tasa o no tener licencia para instalarla. En la actual ordenanza, que el equipo de Gobierno anunció que se modificará para «controlar su proliferación», también se contempla que si hay más de un acta, aunque en la primera no hubiera sanción, la repetición sí que implica la tramitación de la sanción.
La Policía Municipal también puede sancionar a los establecimientos con terraza por incumplimiento de la ordenanza de tráfico. En este caso, el año pasado se tramitaron ocho expedientes y en lo que va de año ya van nueve. En ambos caso, el grueso de las multas son por no evitar comportamientos incívicos de los clientes y la minoría por almacenar material de forma inadecuada. Además, si la terraza está más de tres días sin actividad, también se obliga a recogerla.
Nueva ordenanza. Movilidad anunció un plan director para antes de final de año, ya que la intención del área es iniciar los trámites de la nueva ordenanza este mismo año. Tanto en el futuro plan director, como la nueva ordenanza, se plantearán criterios para corregir la proliferación de ocupación del espacio público, que se reconoce que ha llegado a «irse de las manos» tras la flexibilización que se impuso para afrontar las restricciones en pandemia.