La Aemet pronostica buen tiempo para Semana Santa

SPC
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A pesar de 'Filomena' y de mínimas de hasta -22 grados, este invierno ha sido el sexto más cálido del siglo en Castilla y León

La Aemet pronostica buen tiempo para Semana Santa - Foto: Ical

Castilla y León disfrutará la próxima Santa Santa de buen tiempo, con temperaturas normales para la época y con apenas precipitaciones, aunque no se descarta algún chubasco de forma puntual, según las previsiones anunciadas esta mañana por el jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Comunidad, Jesús Gordaliza, que también adelantó que se espera una primavera seca y cálida y un mes de junio muy caluroso, que vendrá a ratificar el adelanto del verano que está provocando el cambio climático.

Gordaliza, que compareció junto al delegado del Gobierno, Javier Izquierdo, también destacó que este invierno -diciembre, enero y febrero- ha sido el sexto más cálido del siglo XXI en Castilla y León, con un promedio trimestral superior en 0,8 grados a la media, y a pesar de los efectos de la borrasca ‘Filomena’, que llegó a dejar temperaturas muy bajas, como los 22 bajo cero registrados en Radona (Soria) el 11 de enero.

El responsable de la Aemet también adelantó en declaraciones recogidas por Ical que, a partir de esta tarde ya se comenzará a notar en la Comunidad la llegada de una masa de aire polar continental que provocará una caída de las temperaturas y que el viernes podría dejar nevadas en zonas altas de la Cordillera Cantábrica y del Sistema Ibérico. En este sentido, Gordaliza matizó que en el caso de las ciudades de Burgos y Soria se podría registrar nevadas de poca intensidad y sin llegar a cuajar.

Además, indicó que a partir del lunes, día 22, las temperaturas se comenzarán a recuperar paulatinamente, para alcanzar a mitad de semanas máximas sobre los 15 grados, temperaturas que se mantendrán durante todo el fin de semana.

Por otra parte, el responsable de la Aemet resaltó el anómalo comportamiento del mes de enero, dado que además del frío y la nieve que dejó la borrasca Filomena, también fueron reseñables los episodios durante la última quincena del mes de enero, debido a la continua presencia de profundas borrascas -’Gaetan’, ‘Hortense’, ‘Ignacio’ y ‘Justine’- que dejaron precipitaciones generalizadas, algunas en forma de nieve, y vientos de carácter fuertes, especialmente en la madrugada del día 22, cuando derribaron dos torretas de alta tensión en el valle del Esgueva (Valladolid). Ese día, según explicó Gordaliza, se formó una línea turbonada, un “fenómeno extraordinario”. Además, el mes de enero se cerró con temperaturas muy altas, tanto en las mínimas con los 10,3 grados alcanzados en Valladolid el día 27 o los 20,4 de máxima de Saelices el Chico (Salamanca) el día 28. En global, enero se cerró con una temperatura de 0,9 grados por encima de la media.

El febrero más cálido

Mientras diciembre presentó un comportamiento normal, el mes de febrero fue el que más destacó en el balance térmico estacional, con una anomalía positiva de 2,5 grados. Aunque tanto máximas como mínimas se situaron por encima de su promedio, fueron las temperaturas nocturnas las más cálidas puesto que superaron en 3,5 grados su valor medio. Fue el mes de febrero con mayor registro de temperatura media de mínimas desde 1961 y con menor número de días de helada.

Precipitaciones

La precipitación acumulada durante el invierno 2020-2021 se encuentra, de media, en torno a un 33 por ciento por encima del promedio para el treintenio 1981-2010, con 41 días de precipitación apreciable (14 días por encima de su promedio) y 7 días de nieve (muy próximo a su media).

También en este caso, el mes de febrero fue el que más influyó en el carácter de la pasada estación invernal. La persistente entrada de masas de aire húmedo atlánticas dejó precipitaciones continuas y generalizadas en toda la Comunidad. La precipitación acumulada en el mes de febrero fue un 90 por ciento superior al promedio mensual, con valores que superaron casi en toda la Comunidad los 60 litros por metro cuadrado y dejando un carácter muy húmedo en la mayor de la región, alcanzando la valoración de extremadamente húmedo en zonas de meseta de Zamora y Salamanca.