La Consejería de Medio Ambiente rechaza las críticas sobre la gestión del fuego de la Sierra de la Culebra (Zamora) e insiste en que el resultado –30.000 hectáreas quemadas– habría sido «similar» con todo el operativo antiincendios de la Junta activado dadas las características de las llamas. El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, junto a dos técnicos del departamento, presentaron ayer el primer informe autonómico sobre el incendio que abrasó el oeste zamorano, que se originó sobre las 19.48 horas del miércoles 15 de junio, donde se pone de manifiesto que falló la previsión sobre los vientos, que alcanzaron velocidades de 70 kilómetros por hora y direcciones cambiantes, a lo que se unieron las tormentas secas.
De hecho, explicó como, dadas las condiciones del fuego, que fue «convectivo», el cincuenta por ciento del tiempo el fuego estuvo fuera de capacidad de extinción, lo que obligó a priorizar la defensa de las poblaciones. Además, el documento señala que el incendio tuvo un perímetro de 120 kilómetros y avanzó de forma errática en varias direcciones, lo que complicó establecer una línea de ataque, con avances, en ocasiones, de 200, 300 y hasta 500 metros, como cuando cruzó un embalse del Tera.
Los técnicos aseguraron que el fuego llegó a tener ritmos de avance de hasta 1.269 hectáreas a la hora, algo no visto hasta ahora, y que supone que cada hora se generan dos fuegos de más de 500 hectáreas.
Un siniestro medioambiental que, como subrayó, pudo ser mucho peor ya que se consiguió que 'solo' arrasara 30.000 hectáreas, ya que afectó a una masa continua de más de 70.000 hectáreas. «Con más medios nuestra impresión es que el resultado hubiera sido similar o muy parecido», afirmó Arranz, que insistió en que fue un incendio en el que no se podía actuar en muchos momentos. «No hubiera habido un resultado diferente si hubiéramos estado con todo el operativo desplegado», apostilló el director general, que denunció que se esté «intoxicando» con la declaración de peligro alto, aunque recalcó que esto «no tiene una relación directa con la activación de medios».
Insistió en que la Junta va incorporando medios a medida que evalúa la situación y entiende que es necesaria su activación. De hecho, indicó que el Ministerio para la Transición Ecológica tampoco tenía el 15 de junio medios aéreos en Castilla y León, sino que unos llegaron el 16 y el resto lo harán el 1 de julio. «No tenemos helicópteros todo el año», reconoció, como ninguna administración, sino que se utilizan periodos de «llamamiento».
Catorce focos en el origen
La explicación técnica corrió a cargo de Enrique Rey, responsable del Centro de Defensa contra el Fuego, y de Ángel Sánchez, jefe de servicio de Defensa del Medio Natural. El primero señaló que la tormenta generó en la tarde del miércoles hasta 14 focos, que tuvieron una «rápida» consolidación, dada las rachas de 70 kilómetros por hora, la baja humedad y las temperaturas extremas del día y de noche.
El incendio, remarcaron, estuvo fuera de capacidad de extinción entre el 15 y el 19 de junio, el 50% del tiempo que estuvo activo. Por ello, sostuvieron que por una «acumulación» de medios no se habría extinguido, ya que no se podía atajar, más allá de proteger los pueblos y algunas infraestructuras, dada la situación y las características del fuego, para lo que compararon lo ocurrido con el volcán de La Palma.
«Nunca hubo más medios de Castilla-La Mancha que de la Junta»
El director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, negó durante su intervención que en algún momento durante el incendio hubiera desplegados más medios de Castilla-La Mancha que de Castilla y León, como se asegura desde el PSOE, y defendió la colaboración entre comunidades, que en algunos casos intervienen en otros territorios con un «despacho automático».
De esta forma, explicó que el viernes 18 de junio el operativo sumó 415 operarios, de los que 202 eran de Castilla y León y, de ellos, 75 de Zamora. En esa jornada se produjo el despliegue de Castilla-La Mancha, que fue de 38 personas; a las que se sumaron ocho de Extremadura, y de 26 de Galicia, así como los de Cantabria, un helicóptero de Madrid, 26 efectivos de la UME y los medios del Ministerio. Además, explicó que la primera noche había 100 personas de la Junta, a las que luego se unieron las BRIF de Ávila y la UME.