Los centros de salud serán claves cuando se inicie la llamada 'desescalada'. La idea la lleva repitiendo varios días la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que ya avanzó, incluso, que serán los profesionales de Atención Primaria los que empezarán a asumir también el control del grueso de los 250.000 test rápidos de anticuerpos comprados por la Junta de Castilla y León, de cara al control de la situación en función de los nuevos casos que fuesen surgiendo a medida que se suavicen las medidas de confinamiento impuestas a través del estado de alarma.
En este sentido, la Consejería de Sanidad -a través de la Dirección General de Planificación y Asistencia Sanitaria, de la Gerencia Reginal de Salud- ha dado ya los primeros pasos tendentes a preparar a los servicios de Atención Primaria para esa nueva fase. Ayer mismo se distribuyó entre sus profesionales un nuevo documento para fijar las pautas a seguir con los pacientes Covid-19 que vayan recibiendo el alta hospitalaria y que se han duplicado en las últimas tres semanas, y cuya dependencia pasa siempre a manos de los médicos de familia.
Bajo el título 'Protocolo de seguimiento en Atención Primaria tras el alta hospitalaria de pacientes adultos con infección por Covid-19', el plan establece controles telefónicos, cada 48 o 72 horas en función del tiempo trascurrido tras la salida del hospital, concreta en qué condiciones se debe decretar el aislamiento domiciliario, y habla de medidas de apoyo tanto físicas como psicológicas para los enfermos, según consta en el documento al que ha tenido acceso El Día de Valladolid y en el que se advierte que "trata de ser un complemento a las recomendaciones que figuren en el informe de alta hospitalaria" y se reconoce que "existen escasas evidencias disponibles" y, por ello, "esta propuesta puede cambiar según se adquieran nuevos conocimientos o si la situación epidemiológica así lo requiriese".
CON PCR POSITIVA
El texto recuerda que los pacientes pueden recibir el alta hospitalaria incluso cuando aún presenten una PCR positiva, siempre que la situación clínica del infectado lo aconseje y, por ello, se recuerda a los servicios de Atención Primaria que estos enfermos "deberán mantener aislamiento domiciliario con monitorización de su situación clínica al menos 14 días desde el alta hospitalaria, siempre que hayan transcurrido tres días desde la resolución de la fiebre y el cuadro clínico”. Para ello se pide a los equipos de los centros de salud que valoren "si el domicilio o residencia del paciente presenta las condiciones necesarias para ese aislamiento, y de no ser así, completarlo en la hospitalización o en un recurso intermedio".
Serían dos semanas de aislamiento, con un seguimiento telefónico cada 48 horas la primera semana y cada 72 en la segunda, antes de finalizar el control sobre ese paciente, siempre que desaparezcan los síntomas, pero sin necesidad de contar con una prueba molecular negativa: “El hecho de dar positivo en una prueba de PCR no significa necesariamente que la persona aún pueda contagiar. La PCR detecta material genético del virus, no necesariamente virus infeccioso. Por tanto, no sería necesario confirmar la negativizacion de la PCR para finalizar el aislamiento", recuerda el documento, que hace una excepción en el caso de los profesionales del sector, ya que "la falta de certidumbre no es asumible en algunos profesionales, como sanitarios y sociosanitarios, por lo que en esos casos es muy aconsejable la confirmación de la negativización", llevando a cabo las PCR con "una frecuencia que no debe ser inferior a tres días".
CON PCR NEGATIVA
En el caso de los contagiados que sean dados de alta tras PCR de control negativa no se pauta aislamiento domiciliario "siempre que tenga mejoría clínica y haya permanecido afebril durante los últimos tres días", explica el protocolo, que apunta que "hay un porcentaje de pacientes, con alta sospecha de infección por Covid y PCR repetidamente negativas durante el ingreso" y, en estos casos, se dice que "debería realizarse un test de anticuerpos IgM e IgG si no se ha realizado previamente, para valorar situación inmunológica y confirmar el diagnóstico", mantiendo el aislamiento hasta obtener los resultados serológicos.
Por su parte, el paciente que sea dado de alta con PCR seriadas negativas (por elevada sospecha de infección Covid) y con serología IgM e IgG positivas deberá repetirse la serología hasta que la IgM negativice.
Por último, aquellos que salgan del hospital con PCR seriadas negativas y con serología IgM negativa e IgG positiva no precisaría ya ningún tipo de aislamiento domiciliario.
SEGURIDAD DE LOS PROFESIONALES
El protocolo insiste en que los profesionales sanitarios que entren en contacto con estos pacientes deberán "adoptar las medidas de protección adecuadas" y desinfectando posteriormente el material utilizado.
El documento determina también qué pruebas se deberán realizar (radiografías, analíticas...) en función de los casos, igual que las medidas a adoptar en lo relativo a prescripción de medicamentos.
Además, se ofrecen pautas que van más allá de lo estrictamente infeccioso, como "la evaluación del estado emocional del paciente y valorar la necesidad de apoyo psicológico, en función del estado de ansiedad, insomnio, depresión…"; la "valoración de la dependencia y de situaciones de especial vulnerabilidad", para, si es preciso, su derivación al trabajador social; y la "valoración del cumplimiento de medidas de aislamiento", informando sobre el protocolo de la cuarentena, insistiendo en "la importancia de mantener y cumplir las medidas de aislamiento domiciliario", valorando "la situación de convivientes".
AL FISIOTERAPEUTA
Asimismo, se recuerda a los profesionales del centro de salud que, "tras la inmovilización prolongada es necesario realizar ejercicio físico", para lo que el protocolo determina que "se introducirán pautas regladas de ejercicio físico y rehabilitación respiratoria adaptadas a la situación basal del paciente y las posibilidades de su entorno, para lo cual se puede contar con el apoyo de fisioterapeuta de Atención Primaria".