Iveco ha reencauzado la negociación del convenio colectivo tras proponer la empresa una subida salarial del 9% para sus trabajadores entre 2024 y 2025, con carácter retroactivo a 1 de enero de este año y con garantía de recuperar tres puntos de poder adquisitivo, en función de cómo evolucione el IPC, hasta un tope del 12%. Resumiendo, nada que ver con la propuesta inicial de mediados de marzo, cuando planteó subidas anuales del 1% que provocaron varias jornadas de huelga en la fábrica de Madrid y un amago de seguir el mismo camino en la de Valladolid, donde finalmente no se llegaron a convocar movilizaciones gracias a que sus representantes sindicales reclamaron una reunión extra en la que se elevó la oferta a un 2,5%. Tampoco es que se considerase buena esa segunda propuesta, pero se valoró el gesto de mejorarla como un punto de partida "más decente" para seguir en la mesa (o para volver en el caso del comité madrileño), y así haber alcanzado en la quinta reunión el citado 9% con opción de llegar al 12%.
La nueva propuesta se aplicaría en cuatro fechas o incluso cinco, según las circunstancias: un 3,5% con carácter retroactivo a 1 de enero de 2024, un 1% más el próximo 1 de agosto y las mismas subidas en esas fechas de 2025, sumando así nueve puntos en total a incluir en tablas salariales. Asimismo, con fecha 1 de enero de 2026 la empresa activaría una actualización al alza si el IPC acumulado en los dos años de convenio supera el 6%. El objetivo de esta última cláusula es preservar una ganancia mínima de tres puntos de poder adquisitivo, pero topada al 12% de subida salarial máxima. Es decir, que si el IPC acumulado entre 2024 y 2025 fuera del 7%, la empresa sumaría otro punto a la subida del 9% para mantener esos tres por encima; y si el IPC llegara a ser del 9%, tres puntos más en la revisión al alza; pero ya de ahí no pasaría aunque la inflación se disparase por encima del 9%. E igualmente, si el IPC se queda por debajo del 6%, los trabajadores se asegurarían más de 3 puntos de recuperación de poder adquisitivo, ya que el 9% de subida estaría asegurado en cualquier escenario.
Con esta propuesta sobre la mesa, la presión de los sindicatos a la empresa se ha moderado y ahora hay más confianza en cerrar la renovación del convenio, aunque todavía queden cuestiones que son más que flecos.
La flexibilidad, otro asunto clave del convenio
Tal y como resumen desde UGT a El Día de Valladolid, la negociación arrancó con tres cuestiones fundamentales sobre la mesa: el periodo de vigencia del nuevo convenio, la revisión de tablas salariales y la flexibilidad; y falta por abordar sobre todo esta última.
Por un lado, los sindicatos reclamaban firmar un convenio largo, con una vigencia de entre cuatro y seis años para ir recuperando poder adquisitivo de manera paulatina, pero la empresa ha rechazado pasar de dos años hasta el momento. Por otro lado está la subida salarial, donde las posturas se han acercado de manera clara tras la última propuesta ya explicada; y el próximo jueves será cuando se aborde la tercera pata, la de la flexibilidad, de tal modo que si en este capítulo hubiera cierto entendimiento podría empezar a vislumbrarse el fin de la negociación.
En este contexto, en representación de UGT, Alicia Carrascal advierte sobre todo que la bolsa de horas ha alcanzado niveles negativos demasiado altos en algunos departamentos. "Hay trabajadores que tienen entre 300 y 400 horas en negativo", subraya, por jornadas no trabajadas que suponen una merma económica para los afectados. Que uno acumule -350 en bolsa, por ejemplo, supone que "debe" a la empresa el tiempo equivalente a 44 jornadas de trabajo que, repartidas a su vez en días laborables, suponen casi dos meses; de ahí que la delegada de UGT considere que "esto se tiene que arreglar en la negociación". Hay diferencias que salvar todavía, por tanto, pero ahora el diálogo está abierto y la negociación, en cualquier caso, cuando menos reencauzada.