Un juicio que pasa por probar la pérdida "objetiva" del olfato

D.V.
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Sí consideran compatible la fractura de los huesos de la nariz sufridos con la anosmia que "subjetivamente" asegura padecer el lesionado

Imagen de la Audiencia Provincial. - Foto: Jonathan Tajes

El informe pericial de las forenses judiciales en el caso de la agresión registrada en octubre de 2021 en Medina de Rioseco en la que un joven dejó a otro, presuntamente, sin olfato tras propinarle un puñetazo en pleno rostro considera compatible la relación de causalidad entre el golpe y la secuela pero, lo más importante, reconoce la dificultad de probar "objetivamente" que el agredido sufra desde entonces dicha anosmia.

La prueba pericial ofrecida por ambas expertas constituye la 'clave de bóveda' de esta causa que en el peor de los casos podría llevar al acusado, Óscar M.C, a pasar una buena temporada en prisión a tenor de las peticiones que la fiscal y la acusación particular han elevado a definitivas este miércoles en el juicio celebrado en la Audiencia de Valladolid y que se elevan a ocho y nueve años de cárcel, respectivamente, por delito de lesiones (artículo 149.1 del Código Penal), aquel que penaliza la pérdida o inutilidad de un órgano principal o de un sentido, informa Europa Press.

En el presente caso, la pericial de ambas forenses será la prueba principal que la sala deberá sopesar a la hora de dictar sentencia, sobre todo después de que ambas doctoras se mostraran unánimes en cuanto a que la fractura de los huesos propios de la nariz sufrida por la víctima, Rubén L, a raíz del puñetazo es perfectamente compatible con una anosmia pero, al mismo tiempo, no llegaran a ser tan categóricas respecto de si el agredido se encuentra privado desde entonces, total o parcialmente, del sentido del olfato.

Pruebas subjetivas

"Hay pruebas subjetivas, según lo que refiere el propio lesionado, y objetivas para determinar la existencia de la anosmia, si bien estas últimas son la mayoría experimentales y de difícil interpretación", ha sostenido las peritos, quienes, por tal motivo, han reconocido que en el presente caso la pérdida del olfato "no ha podido ser objetivamente probada".

Y es a este informe pericial al que se ha aferrado la defensa del agresor para mantener su petición absolutoria y subsidiariamente, en caso de condena, una pena muy inferior a la solicitada por las acusaciones por delito leve de lesiones con las atenuantes de haber actuado bajo la influencia de drogas y bebidas alcohólicas y la de dilaciones indebidas.

Pero además, la defensa también ha recordado que el lesionado fue víctima en 2012 de un accidente de tráfico en el que sufrió una fractura frontal y de la pirámide nasal, unas lesiones similares pero "bastante más graves", tal y como han precisado las forenses, que a juicio de la letrada podrían haber provocado esa supuesta anosmia que no da por probada.

En cuanto a cómo se produjeron los hechos, la versión del acusado, Óscar M.C, es que las lesiones que uno y otro sufrieron el día de autos, sobre las 20.30 horas del día 5 de octubre de 2021 ante la puerta del bar 'Alexander' en Rioseco, sito en la calle Ruedo, se las produjeron tras enzarzarse en una pelea en la que ambos contendientes cayeron al suelo.

El acusado, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha explicado que se encontraba en su piso, situado encima del bar, y decidió bajar a la calle tras escuchar el alboroto que estaba causando un vecino llamado Jonathan que le debía dinero y que, como así ha apostillado, se encontraba borracho.

Consumo

"Yo por aquellas fechas estaba sin trabajo y le recriminé que se estaba gastando el dinero que me debía", ha recordado Óscar, quien ha apuntado que bajó un tanto caliente porque los problemas económicos le habían hecho caer en el consumo de alcohol y cocaína.

Fue durante las palabras que él y Jonathan estaban intercambiando cuando Rubén L, que permanecía en la terraza del bar, se dirigió a él en tono despectivo. "¡No porque seas gitano te vas a comer el mundo!", es la frase que el acusado ha puesto en boca de la persona con la que poco después, como así ha explicado, se enzarzó en una pelea que llevó a ambos a caer al suelo y en cuyo transcurso los dos se dieron de puñetazos y patadas.

El otro contendiente, Rubén L, ha rebatido la versión del anterior al precisar que se acercó a él tan solo para tratar de mediar en la discusión que éste mantenía con Jonathan y que no le dio tiempo a más porque en ese momento 

Patedado

"Lo único que pude es taparme la cabeza con los brazos para que no acabara con mi vida porque siguió dándome patadas como si fuera un balón con sus botas de hierro", ha recordado Rubén, quien a raíz de los golpes sufrió la fractura de los huesos propios de la nariz y otras lesiones que como secuelas le han dejado, según sostiene, la pérdida total del olfato.

Un amigo de Rubén que se encontraba en la terraza del bar ha alegado que no llegó a ver la agresión inicial, ya que había entrado al servicio, pero sí ha corroborado que cuando salió vio al lesionado caído en el suelo ensangrentado tratando de protegerse mientras el acusado no cesaba de patearle.

Lo llamativo del caso es que el banquillo no solo lo ha ocupado el presunto autor del puñetazo sino también el receptor del mismo, ya que el principal acusado le responsabiliza también de las lesiones que él padeció durante la pelea y por las que solicita una indemnización de 700 días por los 14 días de perjuicio básico sufridos.