"Me podía caer por un acantilado y nadie habría sabido de mí"

María Albilla (SPC)
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Desconozco si el escritor, otrora abogado y presentador de televisión, le tiene cogido el punto al gazpacho, pero sí lo tiene del 'thriller', un género en el que domina el ritmo y los giros de guion, como se puede comprobar en su nuevo libro

Manel Loureiro - Foto: Javier Ocaña

El escritor Manel Loureiro regresa a su Galicia natal con su nuevo libro, Cuando la tormeta pase (Premio Fernando Lara 2024), una trepidante historia llena de giros inesperados e intriga que se desarrolla en un escenario asfixiante: la isla de Ons incomunicada en pleno invierno. 

Ha pedido a sus lectores que hablen de su libro, pero sin hacer spoilers. Denos unas pistas para no empezar metiendo la pata...
Sí, la verdad es que para mí es muy importante que en este libro no haya revelaciones imprevistas porque está lleno de pequeños guiños. El (bendito) problema es que hoy en día los lectores se las saben todas, han leído mucho y visto muchas películas y series y sorprenderlos es cada vez más difícil. Esto nos obliga a inventarnos nuevos quiebros y trampas y es, precisamente, lo que no quiero que desvelen antes de tiempo. Vamos, que no cuenten que Bruce Willis está muerto.

¡Le ha cogido el punto al thriller!
Me gusta pensar que cuento historias de las que mantienen al lector en vilo, sentado en el borde de la silla pasando páginas sin poder parar. A mí me encanta esa sensación de necesidad de leer, de saber qué es lo que va a pasar en la siguiente página. La lectura tiene que ser entretenida, sobre todo la de verano. 

¿Qué autor le recomendaría a un lector después de leerse su (o sus) libro(s)?
Es una pregunta muy puñetera.

Gracias.
Hay muchos autores muy buenos y algunos son grandes amigos...

Se lo pongo fácil. Elija uno que haya fallecido.
Alguien que hacía unos thrillers absolutamente electrizantes, aunque de otro estilo, era Tom Clancy. Era un maestro del género y, para mí, supone un referente en cuanto a la forma de construir narrativamente el ritmo de la historia. Sus novelas se leen sin aliento, siempre está abriendo nuevos frentes, lo que hace que sus personajes se enfrenten a situaciones cada vez más endiabladas y complicadas, pero manejando muy bien los tiempos.

Tom Clancy es un referente en cuanto a la forma de construir el ritmo"

En Cuando la tormenta pase hay sed de una venganza que representan los Docampo y los Freire, un reflejo de los Montesco y los Capuleto. ¿No fue Shakespeare el autor que firmó los dramones que hoy inspiran otros?
Sí, ahí está esa referencia, un guiño a Romeo y Julieta, pero también están los Izquierdo y los Cabanillas de Puerto Urraco.
En toda la España rural es fácil encontrar familias que no se hablan por cuitas y rencillas que vienen ni se sabe muy bien de cuándo ni por qué. La diferencia está en que en las ciudades tú te llevas mal con alguien y no te vuelves a cruzar con él, pero en los pequeños pueblos y villas es inevitable ese roce diario que hace que se mantengan vivos los rescoldos del rencor.

Este tema es bastante habitual en la literatura. ¿No estigmatiza un poco a lo rural?
Pienso que es todo lo contrario, es una manera de reflejar una parte de su realidad. Estigmatizas si dices que todos son así, si usas adjetivos peyorativos, pero la verdad es que suele ser gente tremendamente hospitalaria que está defendiendo un modo de vida imprescindible y que se enfrenta a muchísimas dificultades y desafíos en el mundo actual.

En toda la España rural hay familias que no se hablan por cuitas que vienen ni se sabe de cuándo"

Para escribir esta historia se retiró a un paraíso casi inhóspito como es la isla de Ons. ¿Como Roberto, su protagonista, buscaba la inspiración o en su caso ya había llegado?
Yo ya había tropezado con esta historia, pero para poder contarla bien necesitaba recorrer los mismos escenarios que mis personajes y por eso me fui en invierno a Ons, cuando la isla cambia por completo y se convierte en un sitio que se queda incomunicado por las tormentas y donde la luz eléctrica está racionada unas horas al día. Las condiciones de vida allí son más propias del siglo XIX que de la actualidad.
Durante varios días estuve allí como el protagonista de la novela, en una situación de total soledad profunda. La verdad es que la experiencia resultó interesante. Fue algo desasosegante.

¿Qué le dio más miedo la soledad o la posibilidad de encontrar la cabeza de un conejo muerto a la puerta de casa?
Una de las cosas que más zozobra me producía era pensar en que me podía caer por un acantilado y nadie sabría qué habría sido de mí porque nadie conocía mi ubicación en ese momento. Me sentía el último hombre en la tierra y me entraba una necesidad imperiosa de tener siempre el móvil encima y llamar a alguien.

¿Cómo influye en el desarrollo de la trama el escenario opresivo que es una isla en plena tormenta?
Es muy importante porque en cualquier otro escenario, en caso de extrema necesidad, el protagonista podría salir corriendo, pero aquí no hay escapatoria.

Las condiciones de vida en Ons son más propias del XIX que de hoy"

Como le tira, por cierto, su tierra, Galicia, como inspiración.
Me tira porque la conozco bien y me resulta muy cómodos usarla como elemento. Me atrevo a decir que no solo Galicia, que todo el norte de España tiene un componente común que es perfecto para construir historias de estas características. Su paisaje, sus valles profundos, verdes, húmedos, el paisaje humano y los pequeños pueblecitos...

¿Galicia es sinónimo de magia, que la hay en la novela?
No sé si es sinónimo, pero sí es un elemento consustancial a ella. Y, claro, aquí ahí varias referencias a la mitología, costumbres y folklore.