Un coche con 53 años y sin una falta leve en la última ITV

David Aso
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«El problema se lo da la ITV al coche, que cada vez que va sale con algún ruido nuevo por el traqueteo que le dan», cuenta el dueño

El Seat 600 de José Fernando Santos, aparcado en una calle de La Victoria. - Foto: Jonathan Tajes

Aparcado como un coche más en una calle del barrio de La Victoria, sorprende un Seat 600 sin una sola raya ni picada a la vista en su flamante chapa verde claro. Joven por fuera y también saludable por dentro pese a sus 53 años. Casualmente, los mismos que su actual propietario, José Fernando Santos: «Él tiene unos meses más y a este paso durará más que yo», bromea. «Siempre» quiso tener uno y decidió comprarlo cuando le surgió la oportunidad «hace unos 20 años». Se lo vendió la hija de un médico jubilado que incluso lo usó en su día para ir a pasar consulta en pueblos: «El cuentakilómetros sólo llega a 99.999 y no se cuántas vueltas puede llevar». 

Averías, «muy pocas». La última ITV la superó el pasado noviembre «sin una sola falta leve, perfecto», y así dice Santos que suele ser cada año: «Sólo tuve problemas cuando lo llevé después de comprarlo y le vieron una fuga de aceite». Por lo demás, «el problema es el que le da la ITV, que cada vez que va sale con algún ruido nuevo por el traqueteo que le dan en una parte de la inspección», lamenta resignado, «pero nada más». Tiene sus achaques pero, averías serias, «ninguna desde que hace siete u ocho años hubo que cambiarle el radiador». «El mecánico me dijo que estaba podrido y no se podía reparar, pero localizó a alguien que los hacía», relata. Se gastó «unos 500 euros» en ponerle uno nuevo, y aunque ha tenido algún que otro imprevisto más desde entonces, afirma que siempre los ha resuelto con facturas menores que aquella. «Hace unos diez años», eso sí, pagó unos 2.500 años a un vecino del barrio para que se lo repintara. 

Y mientras tanto, ahí sigue con su clásico, al que trata como uno más en todos los sentidos: «No lo registro como histórico porque me interesa poder usarlo sin restricciones». De hecho, lo mueve «casi a diario», o al menos dos veces por semana para ir al gimnasio; y también de cuando en cuando lo ha sacado a la carretera «para ir a Palencia o Segovia». Suele gastarse «unos 30 euros al mes en gasolina» y para el uso que le da, considera que le sale más barato seguir con el 600 que comprarse un coche nuevo. Lástima que su caso sólo sea una excepción en la temida relación entre la edad del parque móvil y los accidentes de tráfico.