El gasto mediano anual de los hogares en alimentación fue de 6.000 euros en 2022, un 11% más respecto al años 2020, mientras que el destinado a otros bienes no duraderos fue de 7.000 euros un 30,2% más, según se desprende de la 'Encuesta Financiera de las Familias', publicada este martes por el Banco de España.
En este sentido, el organismo destaca que, aunque los incrementos de la renta mediana de los hogares en el período 2017-2020 no se tradujeron, en general, en un aumento del gasto en alimentación ni en otros bienes no duraderos (ni tampoco en bienes duraderos o vehículos), sí que se han producido incrementos importantes en estos conceptos (salvo en vehículos) en el período 2020-2022.
Analizando el gasto en alimentación por grupos de hogares, se observan cambios heterogéneos en casi todas las características de los hogares, salvo en lo relativo al estado laboral --autónomos, empleado por cuenta ajena o jubilado--, en el que el gasto en alimentación aumentó en todos los grupos.
Por lo que se refiere a los bienes no duraderos --suministros, gasto en educación, ocio, vacaciones, ropa, gastos médicos...--, se observa un elevado aumento, del 30,2%, en el conjunto de hogares. Además, este fuerte crecimiento se repite de forma generalizada en todos los grupos.
Caída continuada en el gasto en automóviles desde 2002
El Banco de España considera un punto a analizar la caída continuada en el gasto mediano en automóviles y otros vehículos desde el año 2002, pasando de 18.200 euros a 6.100 euros en 2022, lo que implica una reducción del 66%.
Según el informe, en el año 2022 el 13,2% de los hogares incurrieron en compras de vehículos en los últimos doce meses, lo que supone prácticamente el mismo porcentaje que el observado en 2020 (con una ligera caída de tres décimas), mientras que el gasto mediano de quienes efectuaron este tipo de gasto fue de 6.100 euros.
Este porcentaje de hogares crece sensiblemente con la renta, pero decrece con la edad y es relativamente constante en relación con el nivel educativo y con la riqueza neta.
Por su parte, la tenencia de automóviles y otros vehículos volvió a incrementarse levemente entre finales de 2020 y finales de 2022 (del 77,1% al 78,9%), con aumentos generalizados en casi todos los grupos de hogares.
Entre estos, destaca el incremento observado en los hogares de la quintila inferior de la distribución de la renta, aquellos cuyo cabeza de familia tiene más edad, los que no son propietarios de su vivienda principal, los hogares unipersonales y aquellos con cinco o más miembros.
Entre quienes poseen vehículos, el valor mediano de estos bienes se redujo un 4,9%, con caídas en la mayoría de los grupos, salvo en los hogares más mayores, los hogares con cuatro miembros y los que estaban entre los percentiles 75 y 90 de la distribución de riqueza --los más ricos--, en los que se observan aumentos importantes de más del 10%.
Crece el gasto en bienes duraderos, como mobiliario del hogar
Sin embargo, el valor de la tenencia de otros bienes duraderos --equipamiento del hogar-- aumentó para el total de la población (6,5%), con variaciones dispares entre grupos.
Así, se produjeron incrementos importantes en los hogares con menor renta, los hogares cuyo cabeza de familia tiene entre 35 y 54 años y aquellos cuyo cabeza de familia es mayor de 65 años, los hogares cuyo cabeza de familia está jubilado o bien se encuentra parado o inactivo, los que tienen un mayor nivel educativo y los hogares de la cuartila superior de la riqueza.
Sin embargo, se observan caídas sustanciales en los hogares más jóvenes, los que tienen un cabeza de familia empleado por cuenta ajena o cuenta propia, los de menor nivel educativo y los situados en el 75% inferior de la distribución de la riqueza.
El valor del gasto del conjunto de la población de hogares en otros bienes duraderos aumentó en un 11%, aunque se observa una ligera caída, de 1,4 puntos porcentuales, del porcentaje de los que incurrieron en este gasto en 2022 (del 56% en 2020 respecto al 54,5% en 2022).
Cabe destacar fuertes aumentos del gasto mediano (en los que incurren en él) en la decila superior de la distribución de la renta y la riqueza, en los hogares más jóvenes, en los más mayores, en aquellos cuyo cabeza de familia tenía estudios universitarios, en los hogares con más miembros y en los que tenían tres o más miembros trabajando.